°•Jurabel•°

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-Odio la escuela -Hablo Mirabel con la cabeza pegada en su escritorio

-No se de qué se quejan -Su mejor amiga compartía escritorio con ella y se refería a Mira y Camilo (Que golpeaba su cabeza contra su propio escritorio un puesto delante del de ambas)

-Yo no sé que hacemos en la escuela -Camilo recorrió su silla para voltear a verlas- ¿De qué nos sirve si no salimos del encanto?

-Chicos solo venimos tres días a la semana durante cinco horas -La novia de Camilo no entendía que tenía de malo, era una buena forma de convivir con personas de su misma edad- Y una hora de esas es estudio libre

-No lo entiendes -Mirabel levanto la vista- Justo ahora yo podría estar..

-¿Molestando a Julio? -Jimenez sonrió de lado, su intuición de mejor amiga le decía que entre ellos dos había algo más

-¿Por qué Julio no está aquí sufriendo con nosotros? -Con el seño fruncido inspeccionó Camilo el salón sin rastro alguno de Hernández a la vista, Jiménez rodó los ojos

-Va dos cursos más arriba -Su novia comenzó a atar sus alocados rizos en un chongo

-¿No dices que él y tú son amigos por cosa de la escuela? -Mirabel recargo el rostro sobre su puño cerrado- ¿Cómo va a ser eso sí estamos en cursos diferentes?

-Ambos somos voluntarios en las clases de primaria -Se le complicaba un poco atar el cabello de Camilo

-Yo quiero tu paciencia -A veces incluso a ella se le dificultaba estar rodeada de niños pequeños- Estoy aburrida

-Ponte a estudiar -Cuando termino de hacerle la chonga a su novio le robó un rápido beso que termino por sacarlo de su agonía y martirio

-¿Sabes que? -Vio pasar a unos chicos más grandes que ella por la ventana, dándole una idea- Iré a ver qué hace Julio, quien sabe, tal vez le alegre el día

-No hagas muchos desastres -Fue lo único que le dijo su amiga con la atención puesta en su novio

Mirabel salió del salón con una torpe imitación de sigilo, debía subir unas escaleras y cruzar unos pasillos antes de llegar al salón al que seguramente iba Julio a tomar sus clases, todo eso sin ser vista por ningún profesor que pudiera regañarla por no estar tomando sus clases

Era hora de estudio libre, los profesores no iban a regañarla

Cuando llegó al salón sus ojos inspeccionaron toda el aula desde una abertura de la puerta, sorprendida se encontró con una escena completamente extraña, no tenía sentido lo que estaba viendo justo ahora

La pizarra tenía escrita la frase "Estudio libre" y las personas dentro estaban realmente estudiando por su cuenta, no charlando ni durmiendo, ni había ningún profesor cuidando de ellos y aún así parecía que si

>>Usa lentes, usa lentes, usa lentes, usa lentes<<

Julio era de los pocos de pie, frente a un escritorio explicaba y enseñaba sus notas a unas tres chicas que parecían tener problemas con el tema que estaban tratando de estudiar
Él tenía un semblante tranquilo mientras explicaba las cosas, no tenía su mal carácter de siempre y estaba más relajado que en cualquier otra ocasión

En otro momento habría sentido envidia de esas chicas con Julio en ese ambiente tan pacífico pero no en ese instante, la imagen del muchacho la hizo sonreír enamorada, con unas gafas negras y un atuendo sencillo, con la apariencia de alguien en verdad inteligente, deslumbrante en todos los sentidos

-¿Buscas a alguien? -Solto un respingo cuando un chico apareció de pronto detrás suyo

-No, yo no..-El chico abrió la puerta de un solo empujón llamando la atención de los demás en el aula

-Oigan la chica Madrigal está buscando a alguien -Se fue de ahí después de dar su anuncio

El chico ni siquiera pertenecía a ese curso 

-Mirabel -Julio no se movió de su lugar, solo esperaba a que ella dijera algo

-Ah bueno, yo solo.. -Julio dejo su libro abierto sobre el escritorio en el que estaba recargado, recordando que Mirabel no era muy capaz de hablar mucho con personas de su edad

-Ya conocen a los Madrigal ¿No? -La tomo de los hombros, los demás seguían sin quitarle los ojos de encima

-Claro, eres la danzarina Madrigal -Una de las chicas sonrió amable, Mirabel no estaba enterada de que así la conocieran en el pueblo

-Perdiste a mi hermanito una vez -Un chico se rio al fondo del salón, varios más se unieron a sus risas

El ambiente era agradable, las personas no eran tan malas como ella se imaginaba, sonrió más calmada cuando vio que nadie la juzgaba y se dejó guiar por Julio hasta el escritorio en dónde él enseñaba a unas chicas

-Ella es Mirabü -La presento con aquel vergonzoso apodo familiar, su rostro enrojeció- Les dije que no tardaba en entrar e interrumpir a todos

-Siempre envidio el cabello de los Madrigal -Una de las chicas paso la mano entre los rizos de Mirabel

-Los bordados son muy lindos -Otra más tocaba con la yema de sus dedos los finas hilos de las ropas de la chica

-Aunque a ella le fascina ser el centro de atención -Julio aparto las manos de las chicas sobre Mirabel, con ligeros celos presentes en él- Ustedes y yo no terminamos hasta que se aprendan esto

-Que malo eres July -Se sentaron resignadas, en vez de burlarse del apodo Mirabel sintió una ligera brisa de fastidió al oírlo

-Tus quejas para luego -Cambio la página del libro y encerró en un círculo con su lápiz un párrafo

Su presencia ahora resultaba un poco inoportuna, no esperaba que el chico estuviera ocupado, por un momento se sintió incómoda creyendo que estaba de más
Pero esas ideas se esfumaron cuando el brazo de Julio se enroscó en su cintura y la atrajo hacia él, sin dejar de dar explicaciones a las chicas

Mirabel sonrió tontamente y con ambos brazos se aferró a su torso correspondiendo el abrazo
Julio ni siquiera la miraba, no tenía porque hacerlo, solo se limitaba a acariciar su cintura

[...]

-¿Por qué hicimos eso? -Camilo estaba sentado junto a su novia en ausencia de Mirabel

-Solo fue para darle un empujón -Jimenez lo abrazaba satisfecha

-Podia empujarla dentro del salón sin tener que haberme convertido en algún chico cualquiera -Camilo seguía cuestionando a su chica, era imposible de entender

-Tan tonto -Se rio ella antes de darle un corto beso y abrir su libreta para estudiar