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-¿Entonces lo invitaste a cenar? -Isabela se sentía feliz de ver a su hermana menor tan entusiasta por su primer novio

-Camilo siempre invita a Jiménez -Nada podía borrarle la sonrisa del rostro- Y pensé que ¿Por qué no?

-¿No te preocupa que todos contemos cosas vergonzosas suyas? -Y en verdad eso era lo que harían en la cena, como buena familia que eran, nada demuestra tanto amor como el avergonzar a alguien frente a su pareja

-Por favor -Camilo iba entrando, recién cambiado y bañado sacudiendo sus rizos como un perro secandose- Ella sola se avergüenza frente a él todo el tiempo

-Por lo menos a mí mi madre no me prohíbe estar a solas con mi novio -Se detuvo unos segundos antes de soltar una risita boba- Mi novio~

Camilo e Isabela rodaron los ojos con una sonrisa cómplice, verla tan animada y despreocupada hacía muy felices a todo el mundo en la casa Madrigal, incluso el ambiente era resplandeciente en cualquier rincón de la casita, tan llenos de vida

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Camilo e Isabela rodaron los ojos con una sonrisa cómplice, verla tan animada y despreocupada hacía muy felices a todo el mundo en la casa Madrigal, incluso el ambiente era resplandeciente en cualquier rincón de la casita, tan llenos de vida

-Eso da igual, cuando me case no podrán regañarme más -Dias atrás, Camilo y su novia se habían comprometido, a sus dieciocho años rompiendo un récord en la familia Madrigal, pues su abuela no se comprometió hasta los veinte

-Ni te emociones, tu boda tampoco se hará en un mes -Pepa llegó para ayudar en la cocina, bajando los ánimos de su hijo

-Ya se, ya se -Intento de manera fallida robar un poco de comida, su tía le dió un manotazo leve

-¿Hay algo en específico que a Julio no le guste? -Julieta se encargaba de la comida vigilando a su sobrino

-Camilo -Mirabel contesto señalando a su primo pero su madre había preguntado queriendo saber si existía alguna comida que le desagradara a su invitado

-Hablo de comida -Nego con la cabeza divertida por su respuesta

-Ah, entonces nada -Alzo los hombros- Él come de todo

-A tí, por ejemplo -Pepa le dió un zape a su hijo por el comentario tan inapropiado, pero al final de cuentas divertido

Las bromas siguieron todo el rato en el comedor haciendo que el rostro de Mirabel cada vez se tornará más y más rojo; hasta que al atardecer en la puesta del sol, vieran llegar a Julio Hernández y a la novia de Camilo juntos por el camino a la casa Madrigal

En la puerta de entrada, con mucho ánimo los recibieron dos Mirabel con los brazos extendidos invitándolos a pasar

-Este no entiende -Jimenez se golpeó la frente moviendo la cabeza de un lado a otro en negación, parecía ser que su novio no aprendía nunca la lección

-Hola preciosa -Julio no se dejó afectar y abrazo por la cintura a ambas Mirabel hasta que una revelará su identidad

Una Mirabel se sonrojó y correspondió el abrazo, mientras que la otra se asustó y se aparto de un empujón

-¡No de nuevo! -Escapo de ahí Camilo para refugiarse en los brazos de su chica

-Pero te gusta hacerte el gracioso -Lo regaño ella besando su mejilla

-Llegaste temprano -Mirabel se veía contenta en brazos de Julio, él le sonrió de lado y acarició su cabello

-Hice un compromiso contigo -Le dió un beso en la frente- No iba a llegar tarde

Una tos falsa sonó a sus espaldas, haciendo que ambos reaccionarán y se encontrarán con toda la familia Madrigal a la espera de ser notados; Julio se aclaró la garganta deshaciendo el abrazo con su novia pero sin retirar una mano de su cintura

-Buenas noches -Los saludo con cortesía y una buena sonrisa, Alma asintió con la cabeza, aprobando la educación del muchacho

-¿Que hay? -Lo saludo Toñito con confianza, imitando un poco el comportamiento de su hermano

-¿Pasamos a la mesa? -Sugirio su abuela, un familia tan grande tenía muchos ojos que podían hacer sentir incómodo al chico Hernández pero este no parecía afectado, casi acostumbrado a ser observado gracias a su deslumbrante novia

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-¿Pasamos a la mesa? -Sugirio su abuela, un familia tan grande tenía muchos ojos que podían hacer sentir incómodo al chico Hernández pero este no parecía afectado, casi acostumbrado a ser observado gracias a su deslumbrante novia

Llegando a la mesa Mirabel le indico su espacio reservado justo a su lado; como era costumbre para el muchacho recorrió la silla de su novia para que ella se sentará primero, luego la acercó a la mesa
Con ese acto tan educado, Agustín y Julieta se lanzaron una mirada aprobatoria, Hernández no dejaba de sorprenderlos con los que él llamaba detalles insignificantes

-Cuentanos Julio, ¿Cómo fue que conociste a nuestra Mirabel? -Alma empezó fuerte la conversación, directamente señalandolos a ambos como el centro de atención en esa cena

Y justo así era, todos tenían curiosidad por el chico que cautivo tanto a su Mirabü

-Pues la primera vez que supe de su existencia fue hace unos años -Bajo los cubiertos para poder contar su historia- Una niña del pueblo tiro el collar de su madre al lago así que le ayudaba a buscarlo -De pronto una sus ojos brillaron ligeramente, recordando aquel momento- Mirabel paso por ahí mientras bailaba, me empujó y caí al agua

-Yo no recuerdo eso -Se apenó ella encogiéndose en su lugar

-Ni siquiera te diste cuenta -Choco su brazo contra el suyo con dulzura- Ese día pensé "Dios, ojalá no me la tope más veces" -Algunos rieron por la ironía- Y henos aquí

-La vida siempre tiene sus vueltas -Agustín a su lado lo codeo, en esa familia probable él era quien más estaba de acuerdo con la decisión de Mirabel al escoger a su novio

-¡Salud por eso! -Mirabel alzó su copa con entusiasmo, ahora que ya era contemplada como adulta le permitían beber alcohol en la mesa, aunque con moderación





Julio por supuesto solo bebió agua, queriendo cumplir su promesa

°•Jurabel•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora