— No importa lo que hagáis para impedirlo, ella encontrará la forma de acabar con vosotros — la sonrisa soberbia que adornó su cara, junto a sus palabras provocaron la ira del dragón celestial, la cual manifestó en forma de bofetada. — El tiempo pone a todos en su sitio, estáis en peligro de extinción. — dijo manteniendo su sonrisa.
Skadi, cansada de la arrogancia del dragón, al finalizar la conversación usó las fuerzas que le quedaban para huir de su prisión.Una prisión creada para contener fuerzas incomprensibles para los seres humanos, una prisión creada para contener dioses. O eso pretendían los dragones celestiales.
Skadi, muy débil, hizo sus mejores esfuerzos para cruzar el cielo y volver a casa, a Vanheim, el hogar de otros dioses como ella.
A medida que surcaba los cielos notaba que se acercaba a una presencia familiar, una pequeña isla aparecía tras el horizonte y, en contra de las normas establecidas por el consejo divino, liberó un objeto a modo de regalo junto a un susurro cariñoso.Eso no solo le permitiría ayudarla si no que el hecho de romper la norma de "no intervención" le proporcionaría una audiencia obligatoria con Odín, dónde planeaba explicarle donde había estado todos estos meses.
ᚨ ᚹᛖᚲᛖᛊ, ᛖᛚ ᛗᚨᛊ ᛗᛁᚾᛁᛗᛟ ᚠᚨᚹᛟᚱ ᛈᚢᛖᛞᛖ ᛊᚢᛈᛟᚾᛖᚱ ᛚᚨ ᛗᚨᛊ ᚷᚱᚨᚾᛞᛖ ᛞᛖ ᛚᚨᛊ ᛞᛁᚠᛖᚱᛖᚾᚲᛁᚨᛊ
"A veces, el más mínimo favor puede suponer la más grande de las diferencias"
En un lugar recóndito de la isla de Dawn Lyra, Ace y Sabo entrenaban a puñetazo limpio; un uno contra uno entre los tres era su método favorito de entrenamiento, sin alianzas y sin quartel.
Fue todo idea de Ace y desde que se entrenaban así sus incursiones a la terminal gris eran mucho más limpias y exitosas, sus golpes más certeros y sus movimientos más compenetrados.
Lyra se congeló antes de golpear a Sabo en el hombro, miró al cielo tras sentir una cálida sensación y escuchar un susurro impregnado de cariño. Justo alzó la vista y vió una estrella fugaz cruzando el cielo.
— ¿Estás bien? — preguntó Sabo deteniéndose y siguiendo la mirada de Lyra.— He visto una estrella fugaz y he sentido una presencia cálida — dijo mirándolos fijamente, advirtiéndoles con la mirada que no se lo tomasen a broma.
— Venga ya Lyra, no es momento de cuentos. ¿Cómo vas a ver una estrella fugaz si es de día? — dijo Ace burlón. Lyra resopló y puso los ojos en blanco.
Sabo se giró un momento al escuchar un ruido, primero supuso que sería el dragón de Lyra quien normalmente rondaba la zona, pero éste se había ido a pescar hacia tan sólo diez minutos. Por si a caso se acercó a investigar la procedencia del ruido.
Entre las hojas secas del otoño, vió una vara envuelta en un paño. En él había escrito "Muéstrale al mundo la ira del norte" y a sabiendas de que Lyra procedia del North Blue les avisó para investigarlo.— ¿Y dices que ha aparecido aquí?¿Quién lo habrá dejado? — preguntó Ace agarrando firmemente el palo con una mano.
Tras juguetear con él se lo pasó a Lyra, cuándo ésta lo tomó, el mismo palo se iluminó de una punta a la otra con dibujos tribales dejando ver tras su estela su apariencia real.
Una lanza.
Una lanza con la cuchilla final azul, toda su longitud cubierta con dibujos tribales y en la culata había una gema, azul también, con una runa nórdica: Isa. La runa del hielo.
La luz que iluminó las runas se apagó, dejando la lanza con un color turquesa. Y la hoja lisa sin ondulaciones perfecta para pinchar, cortar y atravesar.
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La Última Vikinga
FanfictionLa historia que os voy a narrar, va de la última superviviente de su isla. Una isla eliminada de la faz de la tierra debido a la peligrosidad de su gente: los vikingos. Pero, oh esto no es por los vikingos en sí, el problema eran sus dioses. Más bie...