Capítulo 21: ''Amigos''

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Una semana después.

''Estoy bien. Todo está absolutamente bien'' se repetía Harry constantemente a sí mismo, al recordar el incómodo momento que había tenido con Louis hacía exactamente una semana. 

Le había confesado a su mejor amigo que lo amaba, y claramente no en términos amistad. No entendía si había sido la emoción del momento o los tragos de más, pero lo había malditamente hecho. Y Louis lo había mirado con absoluto pánico, sin palabra alguna saliendo de su boca. 

Lo miró como si le acabara de confesar que era un maldito asesino serial a sus espaldas, al estilo Ted Bundy. 

Y justo cuando había estado por decir algo, el celular de Louis había sonado, impidiendo que Harry tuviera su ansiada respuesta. Este podría no haber respondido, e ignorar el entrometido sonido. Sin embargo, se había levantado rápidamente de la cama para ir a buscar su celular con desesperación, como si estuviera esperando una noticia de vida o muerte. 

Fue a hablar al pequeño balcón por algunos minutos, dejando a Harry absorto en un vacío existencial y con la angustia acumulándose en su pecho. Y esto se incrementó cuando Louis volvió y se disculpó con él, diciéndole que tenía que irse de inmediato por una emergencia familiar y que luego le explicaría todo. Le dio un tierno beso en los labios, diciéndole que no bebiera más y que tuviera mucho cuidado al volver a casa.

Y se fue, como si Harry no le hubiera confesado su amor mirándolo a los ojos. Como si no le acabara de abrir su corazón por primera vez.

—Harry, ¿has visto mi perfume Armani?—Preguntó Louis en un tono bajo de voz, alejándolo de sus pensamientos.

Era sábado a la noche, y Anne y Ben los habían invitado a una muy especial fiesta que habían organizado. Ya se encontraban ambos vestidos y casi listos para salir, aunque se supone que deberían haberlo estado hacía 10 minutos.

Harry le había dicho que no fuera si así lo deseaba, pero Louis había insistido en ir. Más aún teniendo en cuenta que Harry había estado algo frío esa última semana con él. No propiamente enojado, sino distante.

Habían vuelto a tener sexo una vez más (muy poco, a comparación de las semanas anteriores) luego de que hubieran comenzado a besarse muy intensamente una noche en el sofá. Harry había gemido en su boca, acariciándole la espalda y los hombros. Louis no había dejado lugar de su cuerpo sin besar y acariciar, y se había hundido en él con suavidad, en medio de movimientos lentos y precisos. 

Todo había sido perfecto, hasta que terminaron y todo fue silencio. Harry no podía ni debía volver a decir lo que sentía y Louis, aunque igualmente quiso pronunciar esas dos palabras, no pudieron salir de su boca. Algo se lo impedía, y no tenía absolutamente nada que ver con Harry, quien lo tenía enloquecido de amor y deseo desde el momento en que había sucedido algo entre ellos por primera vez. La culpa era de Louis, con sus traumas y malditos disturbios familiares. 

En fin, el castaño sabía que Harry no estaba enojado con él, pero se había dado cuenta de que si él no se acercaba a abrazarlo, mimarlo y robarle besos inesperados, el rizado ya no lo hacía. Estaba lejos de ser el Harry tierno que lo buscaba dormido por las noches para abrazarlo, o que buscaba tener sexo descontrolado con él. Y eso le estaba jodiendo los sesos. 

—¿Por qué supones que debería saber donde está?—Le preguntó Harry desde el sillón, mientras terminaba de comer un poco de helado de vainilla. Louis lo miró, cruzándose se brazos. Bufó—Lo dejaste en el baño.

Louis asintió con la cabeza, algo divertido. Fue entonces a buscarlo y se colocó una generosa cantidad en el cuello y muñecas, para luego volver a donde estaba Harry. Observó como justo se levantaba del sillón, para ir a dejar la compotera vacía dentro de la pileta de la cocina. Suspiró, sin poder creer como hasta haciendo algo tan básico y cotidiano como eso se podía ver tan hermoso

¿Sólo amigos? [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora