Capítulo 12: Margaritas

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Un día después.

Era día viernes a las 8.00 de la tarde, y Harry y Louis finalmente se encontraban trabajando en The Beer. Al bar solo habían llegado cinco personas, por lo que todavía no estaban teniendo demasiado trabajo para hacer. El rizado ordenaba algunas mesas y el ojiazul limpiaba la barra junto a Liam, otro empleado del lugar.

Eran tantos los nervios que tenía Harry, que ya no sabía como actuar normal y manejar la situación con tranquilidad. Para colmo, había encontrado a Louis especialmente atractivo ese día. Usaba sus skinny jeans negros (extremadamente ajustados) y la remera del trabajo también de ese color, ajustada perfectamente a sus brazos. Miró embobado como cuando el castaño limpiaba la mesada se le marcaban los músculos de los brazos, y se apreciaba su clavícula al bajársele levemente la remera.

El ojiverde se mordió inconscientemente los labios, y no se dio cuenta de que se había quedado mirando fijo a Louis, hasta que este clavó su vista en él. Entonces apartó su mirada, haciéndose el distraído.

Definitivamente Harry no iba a conseguir nada mirando al ojiazul como si quisiera comérselo (aunque quisiera hacerlo, en el pervertido sentido de la palabra). Debía acercarse a él de alguna forma u otra. Pero ¿cómo lo haría? Si parecía que Louis pretendía evitarlo a toda costa, y no lo culpaba por ello.

Repentinamente Liam, su simpático compañero de unos 21 años, alto, de bonita sonrisa, pelo castaño y ojos color miel, de repente se acercó hasta donde estaba Harry. Este le sonrió amablemente.

-¡Harry! ¿Cómo estás compañero?-Le preguntó, abrazándolo repentinamente por los hombros.

Realmente lo adoraba. El chico era siempre muy agradable y los había ayudado mucho a él y a Louis cuando habían comenzado a trabajar allí. Era gracioso, carismático y muy atento. Tanto, que los clientes regulares siempre buscaban ser atendidos por él. Además de que era increíblemente atractivo, claro.

-¡Hola Liam!-Lo saludó sonriente, acercándosele para darle un beso en la mejilla-Yo estoy muy bien. Aunque un poco cansado. Ya sabes, he estado estudiando mucho.

-¿Y te está yendo bien? ¿Qué tal te va con la filosofía?-Le preguntó amablemente.

-Hem... si, me está yendo muy bien. A veces es duro, pero realmente me gusta mucho-Contestó, mientras apilaba varias sillas-¿Y tú cómo estás?

En ese momento Harry cargó la pila de sillas, con la intención de llevarlas a otra mesa en la que no había ninguna. Sin embargo, cometió el error de, por pura inercia, mirar hacia donde estaba Louis. Se distrajo en el peor momento, y cuando dio un par de pasos tropezó torpemente con un pequeño escalón.

Hubiera caído al piso, con sillas y todo, de no ser por Liam, quien lo tomó de la cintura con una fuerza sorprendente, levantándolo y evitando que lo hiciera. Harry, asustado, dejó de golpe las sillas en el suelo y se giró a mirar al castaño que desde su costado lo tomaba con fuerzas.

-Yo estoy muy bien. La pregunta es, ¿ lo estás?-Preguntó riendo divertido, y entonces se alejó de Harry, una vez que vio que había recobrado la estabilidad.

Tomó la mitad de las sillas apiladas unas sobre las otras, dejándole las demás al rizado, que riendo nerviosamente las agarró para llevarlas a su lugar. ¿En serio se había tropezado por mirar a Louis? Definitivamente su sola presencia lo volvía un completo idiota.

-Gracias, estoy bien-Contestó, distraídamente-Es que no vi el escalón. No es la primera vez que me pasa, los detesto.

No pudo evitar observar de reojo a Louis, quien estaba detrás de ellos ordenando los vasos en la barra. Notó que los miraba a él y a Liam con disgusto y rabia entremezclados, sin disimulo alguno. Además, todos sus movimientos parecían ¿bruscos? Cuando colocaba los vasos en su lugar lo hacía demasiado fuerte, tanto que parecían correr riesgo de romperse.

¿Sólo amigos? [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora