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- ¿Puedes creer que mi papá no tuvo problema alguno cuando le dije? - Sonrió mirando al menor.

- Tus padres siempre te han querido por quién eres así que me lo creo. - Comentó Yedam comprendiendo la sonrisa y siguió acomodando el juego de cartas que tenia en sus manos.

- Quiero presentarte como mi novio. - Le mencionó y esto hizo que Yedam volteara a verlo con miedo. - Te quiero demasiado y quiero presentarte a ellos.

- Ellos ya me conocen. - Miró a otro lado que no fuera a Yoshinori.

- Sí, lo sé. Pero no te conocen como mi novio. - Le tomó la mano dejando de lado lo que tenia e intentado que Yedam lo mirara.

- Me da miedo que vayan a decir algo, no es que piense mal de tus padres pero no sé, no tengo buenas experiencias con los adultos. - Se rascó la nuca con nerviosismo, claro que quería presentarse como su novio pero tenía miedo, demasiado.

- Saben que me gustas. - Le dio una sonrisa ladeada y el menor se sonrojo.

Yoshinori le sonrió y se sentó a su lado besándole la cabeza. Sabía que Yedam saldría del clóset ante todos sus compañeros pero le tenía cierto miedo a los adultos por culpa de los golpes de su padre, quería darle la seguridad de que sus padres jamás le harían cualquier tipo de daño. Agradecía haber crecido en un lugar lleno de amor y respeto, un lugar muy diferente a lo que estaba acostumbrado Yedam.

- Aún no entiendo porque quieres grabar casi toda nuestra vida rutinaria. - Yoshinori rió por lo dicho y por el repentino cambio de tema por parte de Yedam.

- Quiero que veamos todos estos videos cuando estemos lejos de aquí y ver todo lo que tuvimos que enfrentar. - Abrazó al menor por los hombros, gesto que correspondió de inmediato.

- ¿Estás seguro que podremos irnos? - Preguntó inseguro. Yedam quería huir con el pero poco a poco pensaba que era imposible.

- Estoy seguro, tu y yo nos iremos de aquí. - Se separó y tomo sus mejillas, miro cada parte de Yedam y sabía que tardaría en superar a alguien como el. - Quiero ser quien te saque de este lugar.

Se recargaron en la pared de su casa del árbol y se quedaron juntos, sosteniendo sus manos y despreocupándose un poco de las cosas que pasaban en sus vidas, estaban viviendo su presente juntos y esperaban hacerlo de igual manera en el futuro.

Yedam sabía que de las mejores cosas a recordar de Yoshinori eran sus palabras. Todos los días le hablaba de la forma más hermosa que conocía, le daba fuerza, apoyo y le decía que lo quería todos los días. Pero prefería recordar su tacto, sus besos y sus miradas que le daba, lo tocaba con delicadeza como si lo quisiera cuidar de todo lo malo; sus besos en sus mejillas, manos, cuello, frente y labios eran suaves; y sus las miradas que le daba fue lo principal que lo hizo caer a sus pies.

No se sentía bien para regresar a casa ni tampoco para ir a otro lado, solo quería quedarse en donde estaba y llorar. Y así lo hizo, se quedó acostado en el frío piso con su cabeza en un cojín esperando a que la tristeza se le pasará, claro que eso no iba a suceder. No podía olvidar a su primer amor con tan solo quedarse ahí sin hacer nada y eso era lo que le pesaba.


Doyoung suspiró preocupado al ver qué Yedam no contestaba su mensajes, lo espero afuera de su salón y quiso hacerlo al salir de la escuela pero supo que algo estaba mal al no ver su bicicleta. Yedam no solía irse aunque se sintiera mal.

Vio salir a Jaehyuk, sabía que Yedam le había dicho que no le había dado problemas pero no podía dejar de pensar en que el tuvo algo que ver.

- Jaehyuk. - Habló llegando a su lado, el nombrado solo alzó su vista y lo miró confuso.

- Kim Doyoung ¿Pasa algo? - Preguntó sin mucho interés.

- ¿Le hiciste algo a Yedam? - Se acercó al mayor de manera amenazante pero eso no sintió el más alto.

- No, no lo he visto desde la mañana. - Respondió viendo el rostro preocupado del menor. - ¿Paso algo con él?

- ¿Por qué tendría que decirte? - Se dio la vuelta para alejarse pero el mayor lo detuvo.

- Escucha, Yedam es un amigo mío así que me importa que le pase. - Explicó y miró como Doyoung se confundía.

- ¿Tu?¿Su amigo? - Se rió con sarcasmo.

- Sí, lo moleste al principio pero me disculpé y ahora somos amigos. - Parecía decir la verdad y aunque Doyoung no quisiera, necesitaba ayuda.

- No lo encuentro y el solía llevarme a casa o acercarme. No digo que lo esté buscando para que me lleve, no, solo quiero saber si está bien. Ha estado un poco decaído. - Jaehyuk asintió a su explicación.

- No sé muy bien en donde buscarlo. - Admitió. - ¿Conoces algún lugar al que suela ir? - Ahí las ideas llegaron a la mente del menor.

- Creo que sí. ¿Puedes buscar en la escuela? - Tenían que ver todos los lugares posibles.

- Claro, anota tu número aquí para avisarte. - Le dio su celular y Doyoung lo anotó.

- Te veo luego. - Se despidió del mayor y empezó a caminar.

Jaehyuk entro a la escuela en busca de Yedam. No eran amigos de años pero le había tomado cierto cariño desde que el menor le hizo saber que estaba con alguien de confianza. Mientras tanto, Doyoung ando por todos lados ya que no recordaba muy bien donde estaban los lugares a dónde le había llevado el mayor.

Primero, fue al lago como pudo, no encontró la bicicleta de Yedam así que supo que ahí no estaba, ahora tenía que ver cómo llegar a la casa del árbol. Sabía que estaba cerca del lago pero no sabía muy bien donde. Camino y camino hasta llegar a la casa del árbol del mayor, pudo ver su bicicleta así que respiro un poco aliviado.

Entro con dificultad pero tratando de ser lo más cuidadoso posible. Por la hora del día ya estaba un poco oscuro dentro de la casa pero había una pequeña luz que dejaba ver un poco.

- ¿Yedam? - Preguntó viendo por todo el sitio. Yedam alzó la mano para no hablar y Doyoung fue a su lado. - ¿Estás bien?

Sabiendo la obvia respuesta, decidió preguntar para que Yedam se abriera a el. El mayor negó reprimiendo sus lágrimas al estar ante el pelirrojo.

- ¿Qué paso, Dam? - Quitó el cojín y dejo que Yedam se recostara en sus piernas.

- Me duele. - Doyoung con sus ojos reviso alguna herida que tuviera a la vista. - Aquí. - Se tocó su pecho y el menor sabía a que se refería.

Doyoung no sabia que decir exactamente, no había pasado por algo así pero sabía que tenía que estar para el. Lo abrazo, no iba a pedir explicaciones, solo le quería hacer saber que estaba para el.

- Estoy para ti, Dami. - Lo abrazó lo más fuerte posible y escucho los sollozos del mayor.

No sabía que era tener un corazón roto pero esperaba que Yedam lo superará a su tiempo.


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~ elpiruetaslocas

TREASURE - Please Don't Leave Me NowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora