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Nota del autor: Terapia, una tensa discusión, y algo de lectura ligera.

El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'Crime and Punishment' de melolcatsi.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/melolcatsi/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/24102232

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Harry empezaba a arrepentirse de haber accedido a ello. Le había parecido un asunto menor cuando Snape lo había planteado inicialmente. No, no le había gustado entonces, y siempre había tenido reservas, pero nunca imaginó este pavor en la boca del estómago cuando había accedido a hacerlo sin rechistar.

Eso fue antes del proceso de registro. La empleada del mostrador de la sala de Curación Mental les había asegurado que eso era sólo para pacientes primerizos. Pero la espera entonces había sido insoportable. Harry había rellenado una evaluación tras otra sobre cosas como su estado de ánimo, su autoestima, la ansiedad, el historial de uso de pociones, magia y sustancias que alteran la mente, una explicación de los encantamientos de protección que regían la discusión de cualquier cosa revelada durante las citas... pensó que nunca terminaría. Todo esto mientras Snape llenaba su propia pila de papeles para Dios sabía qué.

Pero después de una pequeña eternidad terminó, y la bruja de la recepción regresó para recogerlos y llevarlos a una oficina cómodamente amueblada con un solo sofá largo a lo largo de la pared del fondo.

Harry se encontró moviendo una rodilla nerviosamente mientras esperaban. Una mirada a Snape le indicó que el hombre se encontraba mucho mejor que él: estaba recostado contra el sofá, con las piernas estiradas delante de él y un brazo extendido sobre el respaldo del sofá. Snape miraba al techo, con el rostro contraído en una expresión adusta y poco divertida, mientras los dos esperaban la llegada del sanador de mentes.

–Tal vez se olvidaron –comenzó Harry, sólo para ser cortado inmediatamente por Snape.

–Nos vamos a quedar la hora completa, independientemente de las excusas que intenten poner.

Harry exhaló, volviendo la mirada a su inquieta rodilla. –Sólo digo que no creo que esto sea realmente necesario...

–Oh, lo siento. ¿No fui claro antes? No me importa lo que pienses.

Snape se había puesto definitivamente más tenso desde su llegada a San Mungo. Harry no podía entender por qué, ya que toda esta farsa había sido, para empezar, idea del maestro de Pociones.

Harry juntó las manos con fuerza. –Esto es una estupidez.

Snape se burló. –Ni siquiera has empezado. ¿Cómo podrías saberlo?

–Ni siquiera quieres estar aquí...

La puerta del despacho giró hacia dentro y una bruja redonda, de mediana edad, con el pelo oscuro y un pequeño lunar sobre el labio entró, con una brillante sonrisa en el rostro. –¿Señor Snape? ¿Señor Potter?

Snape se puso de pie mientras ella extendía una mano y la estrechaba cordialmente. Tardíamente, Harry se dio cuenta de lo que ocurría y se impulsó para ponerse en pie, casi tropezando con la mesita de café que tenía delante al estirarse para coger también la mano de la sanadora de mentes.

–Sanadora Angela –la saludó Snape formalmente, con un tono plácido–. Gracias por atendernos.

Angela volvió a sonreír. Harry decidió que probablemente era insípida y estaba llena de la clase de tonterías que Trelawney vomitaría, sin las referencias astrológicas. –El placer es mío. Siéntense, por favor, y espero que me disculpen por mi tardanza. Estaba revisando el papeleo inicial que llenó, señor Snape, y era bastante extenso...

Crime and Punishment - melolcatsiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora