Crime and Punishment - melolcatsi

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Nota del autor: Snape utiliza el nombre de pila de Harry. Harry le pide que por favor no lo haga.

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'Crime and Punishment' de melolcatsi.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/melolcatsi/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/24102232

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Harry se levantó de golpe, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho, con un nombre aún en los labios. Estaba a punto de gritarlo, pero cada vez tenía más claro que ya no estaba en el cementerio.

Estaba en un dormitorio. No su dormitorio en Privet. Los patrones de la luz de la luna no eran los adecuados para eso. No, recordó lentamente, mientras buscaba a tientas sus gafas en la mesilla de noche, estaba en casa de Snape.

Menos mal que no había gritado. Sólo podía imaginar lo furioso que estaría el hombre al despertarse con los gritos de Harry por una pesadilla.

Harry se frotó las manos por los brazos unas cuantas veces, volviendo a cerrar los ojos. Necesitaba centrarse. Necesitaba alejar todas esas terribles imágenes, lejos de sus pensamientos conscientes. Necesitaba dejar de ver a Cedric allí tumbado, inmóvil, con los ojos muy abiertos y mirando a la nada...

Harry se levantó bruscamente de la cama. Snape había dicho que no estaba confinado en su habitación, ¿verdad? Bueno, necesitaba un paseo, y un poco de aire fresco.

Y aparte de eso, todavía tenía que recuperar su álbum.

Decidido, Harry sacó uno de sus nuevos jerséis del armario de la habitación (donde Snape había insistido en que guardara adecuadamente sus nuevas pertenencias, en lugar de meterlas 'desordenadamente en esa excusa raída de baúl que tienes'). Harry se había sentido ligeramente molesto por la insinuación, pero se las había arreglado para no morder el anzuelo. Después de todo, Snape parecía pensar que Harry estaba cargado de galeones, así que estaba claro que no era una insinuación de que fuera pobre. Y el maldito cacharro seguía siendo robusto y funcional, aunque un poco desgastado. Así que dejó pasar el comentario.

Ahora se deslizó con cuidado fuera de la habitación, asegurándose de cerrar la puerta suavemente tras él. Casi esperaba encontrar a Snape sentado de nuevo, esperando, al parecer, que Harry intentara recuperar su posesión más preciada.

Pero el piso de abajo estaba oscuro y silencioso, igual que la noche en que se había escabullido para lavarse. El fuego estaba apagado, pero por sus cenizas podía ver lo suficientemente bien como para navegar por el salón.

Harry soltó un pequeño suspiro de alivio y se escabulló por las habitaciones de abajo, atravesando hábilmente la oscura cocina y saliendo directamente al patio. El suelo estaba mojado por el rocío de antes de la mañana y le daba un frío desagradable en los pies descalzos, pero se encogió de hombros y se dirigió directamente al cobertizo, donde empezó a rebuscar entre los escombros apilados, rogando al cielo que no hubiera pasado nada, que el álbum siguiera intacto.

Pasaron unos instantes de búsqueda desesperada antes de que sus dedos rozaran las esquinas del libro. Para entonces casi le dolía la cabeza por el aire mohoso del cobertizo, y el corazón le latía tan fuerte en los oídos que ahogaba todo lo demás. Lo liberó de debajo de una tabla medio podrida y llena de clavos, apartando la lona sucia y rota que lo había ocultado a la vista, e inmediatamente lo acunó contra su pecho.

Harry respiró hondo y tembloroso, y en ese momento se dio cuenta de lo mucho que le había preocupado su álbum. Sentía como si sus pulmones estuvieran inmovilizados en algunas partes, y alguien finalmente había sacado esos alfileres lo suficiente como para que pudiera respirar correctamente. Volvió a respirar profunda y tranquilamente, saboreando la sensación de que su pecho se expandía y contraía por completo.