Crime and Punishment - melolcatsi

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Nota del autor: La audiencia, y una cita para comer.

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'Crime and Punishment' de melolcatsi.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/melolcatsi/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/24102232

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Harry no quería salir del dormitorio. Sabía que se acercaba la hora de la salida. Estaba vestido y listo para salir: pantalones de colegio y la camisa de vestir de Dudley, un poco grande, que se había metido en la cintura lo mejor que pudo para dar la ilusión de que la camisa podría haberse comprado pensando en él.

No iba a ver a Snape ni un segundo antes de lo necesario. Si era posible, esperaría a que Snape se acercara a él, impaciente por irse. Entonces no habría tiempo para la conversación, ni para los insultos o los ultimátum, sólo la prisa por llegar a la estación de tren (¿tomaban el tren?) y la consiguiente tensión que no haría más que crecer durante el viaje.

Snape se acercó a él. Golpeó la puerta, y no esperó respuesta antes de empujarla para abrirla.

Se había puesto una camisa de vestir y unos pantalones planchados para el día, todo oscuro, e incluso se había atado el pelo menos que graso a la altura de la nuca. Se veía mucho mejor que los habituales mechones lacios que enmarcaban su cara, pero Harry sabía que no debía comentarlo.

–Necesitas desayunar –dijo claramente, con un tono extrañamente desprovisto de malicia.

Harry abrió la boca para ofrecer la formulación más educada que pudo conseguir de 'vete a la mierda', pero Snape le cortó antes de que pudiera sacar las palabras.

≫¿Tiene corbata, señor Potter?

Harry sintió que se sonrojaba ante esa pregunta. En lugar de responder, se volvió con rabia hacia su baúl y empezó a buscar una de sus corbatas del colegio. Si no tenía que hablar con Snape, no lo haría. Así de simple.

Finalmente encontró una y acababa de empezar a atársela al cuello cuando sintió que Snape salía de la habitación. Casi dio un suspiro de alivio, pero el profesor regresó en cuestión de segundos.

–Toma –le ofrecía una corbata gris pizarra, lo suficientemente brillante como para que pareciera seda–. Esta es preferible.

Harry la miró por un momento. ¿Qué demonios era esto? ¿Snape le estaba prestando ropa? Era sólo una corbata, por supuesto, pero aun así... –La mía también sirve –murmuró inseguro.

Snape se limitó a sacudir la corbata ligeramente. –Hazme el favor, Potter.

Harry lo hizo. Después de lo de ayer, después de enterarse de las largas semanas que le esperaban, no le quedaba nada de lucha. Con los ojos aún apartados, se deshizo de la corbata del colegio y comenzó a arreglar la otra. Cuando la hubo ajustado bien, se volvió hacia Snape, manteniendo cuidadosamente la mirada dirigida al marco de la puerta, justo al lado del profesor.

De repente, Snape sacó su varita oscura. Harry retrocedió instintivamente, preguntándose si el hombre iba a ceder finalmente al impulso de hechizar a su alumno menos favorito.

Snape se congeló en cuanto Harry reaccionó. Una mirada a su rostro reveló una boca tensa y un tono inusualmente pálido en su piel. Su mano bajó un poco y se aclaró ligeramente la garganta. –¿Me permites ajustarte la camisa?

Oh. Harry se sintió como un idiota llorón. Después de todo, Snape no le había hecho daño, ni con magia ni de otra forma. Había sido un bastardo insensible y había violado su intimidad, claro. Había sido verbalmente cruel y despiadado. Pero no había hecho nada tan inapropiado como empezar a maldecir a Harry.