Crime and Punishment - melolcatsi

• Interludio •

Nota del autor: Desde el punto de vista de Severus tras la llamada por Flu de Harry con Sirius en el capítulo 21.

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El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'Crime and Punishment' de melolcatsi.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/melolcatsi/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/24102232

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Una charla nocturna

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Severus retrocedió ante el repentino e inesperado ruido de la chimenea a su derecha. Era tarde, y sólo podía imaginar quién les llamaría a estas horas.

–Snape.

Severus se relajó instintivamente un poco, aunque no del todo. El chucho era sólo marginalmente mejor que uno de sus compatriotas mortífagos. –Black –no se molestó en dejar su lectura, ni siquiera en volverse hacia la chimenea.

–Quiero hablar contigo.

Severus miró con desprecio el texto muggle de segunda mano que tenía sobre las rodillas. –Habla, entonces. Si estás esperando una invitación...

–Cara a cara. Sobre mi ahijado.

Severus cerró su libro con desprecio y se levantó con un movimiento fluido, deseando tener una túnica que le rodeara en lugar de los pantalones y la camisa abotonada que llevaba en ese momento. –La respuesta es no. Has hecho tus peticiones al director y te las han denegado. Has hablado con el chico por largo rato, y si no me equivoco, en ningún momento de su charla te ha llorado por su miseria aquí y te ha suplicado que lo rescates. He hecho concesiones, aunque no le obligaré a soportar tu compañía, y me mantendré firme en ese punto...

–Merlín, Snape, lo sé. ¿Puedo pasar?

Por mucho que Severus quisiera soltar un 'no' y simplemente apagar las llamas y sellar la rejilla, tenía mucha más curiosidad por la tensa nota de civismo que había surgido milagrosamente en el tono de Black. –Tienes diez minutos. Después, dejaré que los encantamientos se ocupen de ti.

Las llamas verdes del Flu rugieron y brillaron con más fuerza, y al momento siguiente Black estaba atravesándolo, quitando el polvo de un abrigo de terciopelo bastante gastado, de color ciruela oscuro y anticuado desde hacía varias décadas. Últimamente tenía un aspecto menos demacrado, pero aun así el color y el peso erosionados por sus años en Azkaban le daban un aspecto más macabro que humano.

Sorprendentemente, no se tumbó en el sofá de Severus como si fuera el dueño del lugar. En lugar de eso, se recostó contra la chimenea, con las manos entrelazadas flojamente en su cintura, pareciendo, si Severus no lo sabía, extremadamente inseguro, tal vez incluso nervioso.

–¿Y bien? –preguntó Severus, guardando su libro bajo el brazo–. Supongo que tienes una razón para molestarme a estas horas. Ya has hablado con el chico, y lleva una hora en la cama, así que cualquier cosa que quieras decirle tendrá que esperar hasta mañana...

–Harry dijo que lo obligaste a hablar conmigo.

Severus sintió que sus fosas nasales se abrían de par en par mientras respiraba agudamente. –Créeme, no lo hice por ningún amor hacia ti. Si no te hubieran nombrado su padrino, no te habría dado ni la hora.

Black inclinó la cabeza hacia el techo. –Sí, lo he entendido. Mira, Harry... parece estar bien aquí.

–Tu aprobación calienta mi corazón. Ahora, si eso era todo lo que tenías que decir...