Capítulo 38

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C A P Í T U L O  3 8.

SKYLAR  BANNERMAN.

—¿Entonces? —frunzo mi boca ante la voz de Karen a mi lado, ella me mira esperando una respuesta de mi parte y enlaza su brazo junto al mío. La diferencia de altura es notable cuando caminamos juntas, Karen mide algunos diez centímetros más que yo con su metro setenta.

—No lo sé... —contesto, mirando las hojas verdes de los árboles. Las miradas morbosas han parado un poco, ya no me miran como antes lo hacían, y tampoco los escucho hablar cosas sexuales a mis espaldas, no sé por qué, solo sé que ya no están tan intensos como al principio, aunque debo pensar que también es gracias a el grupo de chicos de fútbol, se molestan si escuchan algo de mí, como la vez que Dante me defendió —. En la noche estaré ocupada con Alex.

Karen levantas sus cejas con picardía, dándome una sonrisita de complicidad. —Pero Skylar... en la fiesta también podrán hacer sus cositas —le doy una mala mirada por saber a lo que se refiere con "cositas" —. Puede ser en el carro, en el baño, en una habitación, o en el piso... ¿lo has hecho en el carro? —inquiere, frunciéndome las cejas con curiosidad —. Se siente increíble, porque es más intenso y como que sientes que están más pegados que en una cama.

Suelto una risita por su comentario y meneo la cabeza. —No.

—¿No lo has hecho en el carro? —vuelve a repetir, tomando mi respuesta mal.

—No —dejo en claro, encogiéndome de hombros y desviando la mirada en el camino para no ponerme roja —. Pero yo me refiero a que estaré ocupada porque los papás de Alex tendrán un evento y me invitó.


Su cara se arruga, tiene puesto en los pómulos sombra de brillos plateados que usamos las porristas cuando hay algún partido. —¿Otro?

Asiento con la cabeza, apretando su brazo con el mío. —Seh, eso fue lo que dije yo.

—Pues, ¿cada cuánto tienen eventos?

Observo en el plantel de la preparatoria a Dante en la lejanía hablando por teléfono y noto que está solo, no lo acompaña alguien más, ni Christian o Raúl. Está solo. Sigo caminado con Karen y como si sintiera que lo estoy mirando voltea, y su mirada conecta con la mía y le brindo una instantánea sonrisa, sabiendo que tal vez no me va a corresponder, sin embargo, él también me sonríe de vuelta aún con el teléfono en su oreja.

Un alivio se adueña de mi pecho.

No está tan enojado conmigo.

Cuando Dante deja de mirarme y se concentra en lo que hace yo también me centro en recordar lo que me preguntó la pelirroja. —Mmm no lo sé, solo me dijo que quiere llevarme para presentarme.

—¡¿Presentarte?! —chilla, sin poder creérselo —. Uoah pero si ya lo tienes súper amarrado, pásame la receta.

Le doy un leve empujón con mi cuerpo y ambas nos tambaleamos. —Mejor pásame la receta porque domaste primero a mi amigo Daniel.

Se echa a reír libremente. —Sabiendo usar lo que tenemos entre las piernas podemos conseguirlo todo —me guiña un ojo —. Pero ya, en serio, vamos a esa fiesta que habrá hoy.

—No sé a qué hora acabará el evento —justifico.

—No creo que dure hasta media noche, o si dura ustedes pueden irse antes, de seguro habrá muchos vejetes de negocios, se aburrirán.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora