Capítulo 3

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C A P Í T U L O  03.

SKYLAR   BANNERMAN.

El barrio donde vivo siempre ha sido tranquilo, los vecinos no son chismosos ni problemáticos — excepto por la vecina de cincuenta años que vive a lado de nuestra casa — a nadie más que ella le interesa saber lo qué pasa alrededor.


Tarareo una canción en la mente y sigo caminando por la orilla de la calle.

¿Nunca te han tocado días donde no tienes nada que hacer, aunque tengas ganas y energías de hacer algo productivo pero no cosas que hacer? Hoy es un día de esos. No tengo tareas pendientes, limpie mi habitación hasta dejarla reluciente e impecable y también la casa. Papá como siempre, estaba metido en su despacho firmando unos papeles. Solamente quedábamos mi bebé y yo, solitarios en casa sin que hacer y con mucho aburrimiento.

Agarro con más fuerza la correa azul de mi labrador al ver que quiere echarse a correr libremente por la calle.

En mi cumpleaños número dieciséis papá me regaló un pequeñito cachorro. Yo en ese entonces estaba en la época donde no tenía muchos amigos ni con quien pasar el rato. Y fue el mejor regalo que me pudo haber dado. Aun recuerdo cuándo tomé su pequeño cuerpo entre mis manos y lo acurruque contra mi pecho.


Su nombre es Beni y fue de mucha ayuda. El siempre quiere andar jugando detrás de mí y sobretodo, es un labrador hermoso. Padece de heterocromía: el ojo derecho lo tiene completamente de color gris, mientras que el izquierdo es marrón. Simplemente se ve maravillosamente hermoso.




Apenas esta comenzando a anochecer, aquí el clima por las noches cambia. En el día puede haber un extremo calor y en las noches refresca. La brisa de aire fresco revolotea mis cabellos, haciéndolo fastidioso tener que dejarlos en su lugar. Daniel me avisó qué estaría en el parque cercano de su casa, me faltan dos cuadras para poder llegar.

Beni luce contento de que lo haya sacado a pasear un rato fuera de casa.

«Ingrata.»

Ubico mi cabello detrás de mi oreja para que no me tape la vista. Visualizo a Daniel a unos metros de distancia, él está de pie frente una banca de concreto. Su cabello rubio cae por su frente y tiene la cabeza hacia atrás. Él voltea a mi dirección y sonríe. Creo que le dice a la persona que se encuentra sentado en la banca de concreto algo que lo hace voltear a mí.




Raúl. Es Raúl.

Beni intenta de correr a con Daniel haciendo que dé un traspié bruscamente en la banqueta. Gruño y ejerzo fuerza en su correa azul para que no se vaya a zafar.

A metros de distancia Daniel se acuclilla en el suelo mirando a Beni tratando de zafarse y huir de su dueña.—¡Suéltalo!


Lo pienso bien y termino por soltar la correa de Beni. Mi perro no pierde más tiempo para arrancarse a correr a Daniel. Mi amigo lo espera aún acuclillado con las manos en el aire.

Río entre dientes cuando Beni se le echa encima a Daniel y caen al suelo. Beni lo lame del rostro moviendo su cola de un lado a otro.


—Perrito bonito — Daniel lo acaricia mientras le habla con voz aguda. —Hermoso, chiquito.


Las personas que caminan por el parque miran la escena divertidos y con ternura.

Saludo a Raúl y me siento en la banca de concreto.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora