Capítulo 36

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C A P Í T U L O  36.

SKYLAR BANNERMAN.

El pintar las gradas entre cuatro personas no es algo tan difícil, lo que sí es difícil es que todas las partes queden iguales siendo que cada uno de nosotros tiene su manera de pintar, Alex claramente es el que lo hace mucho más bonito y con más esmero, yo por mi parte paso la brocha con fuerza imaginado que se la paso por la cara a Carrie, la pelirroja a mi lado la pasa con flojera, mientras que Daniel dibuja figuritas extrañas.

Karen a mi lado suspira con cansancio, limpiándose las manos con un viejo trapo y acomodándose el cabello que se le sale del rodete, luce despeinada y tiene ligeras gotas de sudor en la frente.

—Esta pintura huele demasiado fuerte —se queja, echándose aire con ayuda de su mano.

Hago una mueca, asintiendo con la cabeza. El olor es tan penetrante que me comienza a dar jaqueca. Copio la misma acción de Karen y también me trato por ventilar con mi mano, la escandalosa risa de Daniel pesca mi atención y ladeo la cabeza, observándolos, Alex y él pintan el otro extremo de las gradas y al parecer ellos si se la están pasando muy bien.

Alex se ve tan bien concentrado, hace las cosas minuciosamente, sus manos toman la brocha con una precisión detallada y la desliza con lentitud, mientras que sus cejas se mantienen un poco fruncidas y su sonrisa permanece intacta, Daniel le cuenta algo que lo mantiene riéndose.


Suspiro, y dejo de mirarlos.

—Lo sé —apoyo, volviendo a mi tarea de seguir pintando —. Saldré de aquí toda drogada.

Karen se ríe y mete su brocha en el bote lleno de la pintura gris.

—Hablé con Dante hace rato —murmuro con la voz baja para que no me escuche nadie más que ella.

—¿Y ya no son amigos? —pregunta, susurrando.

Aplano mis labios en una delgada línea, sintiendo la culpa quemarme por dentro. –No lo sé... él me confesó que yo le gustaba... o que le gusto, no sé qué siente después del video.

La pelirroja posa sus ojos almendrados en mí y se apega a mi cuerpo para poder hablar un poco más elevado.

—Dante es muy dulce, la mayoría nos dimos cuenta de que le gustas por cómo te miraba.

—¿Y cómo me miraba? —inquiero.

Se queda en silencio por unos segundos, decidiéndose entre responder o no.

Y al final si me responde y me hace sentir aún más culpable: —Como si fueras la única mujer que habita en el mundo.

Bajo la mirada. —Me siento muy mal por no corresponderle, pero sabes que desde hace tiempo he deseado estar con Alex.

Karen me aprieta el hombro sin causarme dolor. —No te preocupes por Dante, estoy segura que encontrará a alguien.

Paseo la brocha por la barra metálica de la tribuna de la grada y asiento. —Eso espero, se lo merece.

—Y... —se sienta en una tribuna sin pintar a lado de mí y apoya sus codos en sus rodillas, Karen trae puesta una playera que le prestó Daniel, solo que ella decidió verse cool mientras pinta y le hizo un nudo, dejándosela como un top. En mi caso también llevo puesta una de las playeras de Alex, es de color negra y me queda floja y grande, pero me gusta traerla —. ¿Dante cómo te dijo que le gustas?

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