Capítulo 08

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C A P Í T U L O 0 8

SKYLAR BANNERMAN

Con una sonrisa de boca cerrada salgo del salón de ofimática cerrando la puerta tras de mí. Las clases aún no terminan pero para mi sí, ya que el profesor de Química se ha ausentado y ahora tengo las dos siguientes horas libres. El timbre sonó hace diez minutos y los pasillos se encuentran despejados y en silencio total.

Camino por el largo pasillo apresuradamente, y cuando doblo a la esquina mi cuerpo choca con el de alguien más, bruscamente y de forma muy dolorosa, U que me tambalee hacia atrás. Lo bueno es que las manos de ése alcanzan a tomar mis hombros para que me estabilice y no caiga al piso.

Levanto la cabeza una vez que me estabilizo y la persona retira sus grandes manos de mis hombros, y cuando mis ojos conectan con los suyos él me da una sonrisa en modo de disculpa.

-Lo siento, Skylar - Sonrío y me paso una mano por detrás de la oreja, acomodando mi cabello -. Venía distraído.

Mi corazón empieza a latir descontroladamente y el revoloteo de mariposas se hace presente en mi vientre. Mi respiración se hace caótica pero trato de lucir pasible y normal.

-Yo igual - Él ladea la cabeza -. Discúlpame tú.

-Bueno, los dos veníamos distraídos y no nos fijamos - Ríe entre dientes y yo lo acompaño, y no sé porque, creo que es por instinto.

-Fue culpa de los dos.

-Dejando atrás el chocamiento - Alex mete sus manos en los bolsillos de su pantalón -. ¿A dónde vas?

Han pasado dos días desde la cena con tía Gina en casa. Después de lo sucedido con Alex, Evan y Daniel no pasó algo importante o interesante.

Tía Gina se retiró con Evan a eso de las diez de la noche, porque ella tenía trabajo pendiente que hacer. Y papá todavía para esa hora no llegaba, y ya era un poco tarde, ¿un director en una preparatoria pasadas las diez de la noche? No es muy común, ¿verdad?

Daniel y Alex se ofrecieron quedarse un rato más para que yo no me quedara sola pero terminé negándome. Primero, porque no era la primera vez que papá llegaba tarde. Y segunda, porque tampoco era la primera vez que me quedaba sola en casa. Así que ellos al final y a regañadientes aceptaron irse, después de que les repitiera como mil veces que iba a estar bien.

Los días anteriores solo se basaron en que la entrenadora nos estuviera explotando - literalmente - estando ensayando la coreografía una y otra vez más horas de lo normal para que mañana todo salga perfectamente bien. Y también muchos proyectos nuevos a entregar en poco tiempo, haciéndome poner exhausta hasta la mierda.

Cambio el peso de mi pie al otro.-Pues..., voy a dejar unos libros a mi casillero, ¿tú?

Alex asiente y se aclara la garganta. -Estaba buscando a Daniel, pero igual, esto te involucra a ti - Juego con la correa de mi mochila esperando que siga hablando -, conseguí las entradas para ver a ése qué canta.

Frunzo el ceño, confundida. -¿De qué...? - Chasqueo los dedos al saber que de habla -. Ah ya, ¿las entradas para el club?

Asiente. -Las tengo en mi casillero, vamos por ellas y te las entrego.

No creía que Alex conseguiría las entradas tan rápido, ¿cuántos días han pasado? ¿menos de una semana? ¿cinco días? ¿seis? ¿así de fácil?

-¿En serio las conseguiste? - Pregunto, atónita.

-Sí. Mi tío es el dueño del lugar, y hablé con él - Tose llevándose la mano en un puño a la boca, y girando la cabeza al lado opuesto -. Todo ya estaba agotado, pero tenía varias entradas que había tomado para él. Ven - Alex se gira y me mira por encima del hombro -. Acompañame.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora