Capítulo 28

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C A P Í T U L O 2 8.

SKYLAR BANNERMAN.

"Ya han pasado muchos días"

"Atiende mis llamadas"

"Por favor"

"Te extraño"

"No aguanto un día más sin ti..."

"Te van a entregar un detalle de mi parte hoy"

"Espero puedas perdonarme"

Sus mensajes fueron enviados a las 3:50 de la madrugada, cuando yo estaba dormida.

Me quedo absorta en la pantalla de mi celular, leyendo en mi mente una y otra vez sus textos, sintiendo una punzada desgarradora en mi corazón. El leer que me extraña me hace darme cuenta que yo también lo extraño, lo extraño a montones, lo extraño como nunca extrañé a alguien, extraño escuchar su voz, ver su sonrisa o reírme junto a él. Echo de menos a la Skylar que era con él, pero quiero mentirme a mí misma de que no lo hago.

Mis dedos pican por querer responderle de la misma manera, sin embargo, solo bloqueo la pantalla, sin siquiera tomarme la molestia de meterme a la aplicación para leerlos, porque no puedo, sé que mi debilidad estaría totalmente expuesta y podré ceder. Y algo dentro de mí no lo permite. No aún.

Observo las casas y los árboles pasar a través de la ventanilla del auto de mi padre y suelto un suspiro inconscientemente, apoyando el puño de mi mano sobre mi cachete, intentando distraerme.

—¿Y ese suspiro, hija? —centro mi atención en mi padre, que me mira de reojo mientras me lleva a la prepa.

—Solo tengo sueño, pá —miento, reposando mi cabeza sobre la cabecera del asiento.

Lo escucho reírse por lo bajo y me cruzo de brazos. —Pero ese no fue un bostezo, fue un suspiro.

Niego con la cabeza y él se detiene en un semáforo en rojo y aprovecha para beber de su café de las mañanas.

—¿Andas de enamorada ya? —continúa y me río tratando de fingir gracia, esperando no sentir el calor en mis mejillas y que me delate.

—Claro que no, papá —comento, mirándolo a los ojos, esperando que me crea.

—Ya estás en la edad, hijita —murmura, y bajo la vista a mis zapatos.

—Pero yo te dije que jamás tendría novio y que siempre me quedaré contigo —le recuerdo, acordándome de mi yo pequeña asegurándoselo al salir del kínder.

"—Papá, una niña del salón dice que tiene un novio pero iugh —hice una mueca de asco, sintiendo escalofríos en mi cuerpo —. Qué asco me da.

Mi padre se empezó a reír mientras caminábamos agarrados de las manos. —Cuando crezcas no creo que me digas eso, Sky.

—No papi, te juro que yo siempre me quedaré contigo y que nunca pero nuncaaaaa tendré novio —prometí, enseñándole todos mis dientes en una grande sonrisa."

Mi papá se ríe y yo nostálgica con el recuerdo sonrío. –Pero ya estás grande, hija, y no me opondré a eso.

—Pero sí me quedaré siempre contigo.

Levanta las cejas. —Pero tendrás un novio.

Me echo a reír con él y el sonrojo inunda mi rostro, es algo que no puedo negarle así que solo guardo silencio.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora