Capítulo 1. ST

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Alex:

—Pero no entiendo, ¿por qué volvió a compartirlo? —Karen mira detenidamente la pantalla de su celular con las cejas fruncidas y con la boca torcida durante largos segundos, como si buscara la respuesta en la publicación que lee —. Siempre lo comparte cada año, pero esta vez no, sólo han pasado cuatro meses desde la última vez.

Christian se le acerca en la barra para también echarle un vistazo a su celular y ladea la cabeza.
—Y eso que al parecer ya tiene nuevo novio.

Alexandra es la única que no se acerca a mirar el celular de Karen, porque ya lo ha visto y me lo ha enseñado por la mañana.

—¿Tú qué opinas, Alex? —me inquiere ella con curiosidad, haciendo que Karen y Christian ahora se enfoquen en mí.

Yo abro el refrigerador y saco una botella de agua, sin prestar tanta importancia. No es algo nuevo.
—Nada, ya no me importa lo que diga o cuántas veces lo comparta.

—Yo jamás quisiera ser tu enemiga —murmura Karen, refiriéndose a mí –. Podría ser enemiga de ti y ti —señala a Christian y Alexandra —. Pero... ¿enemiga de Alex? No. Capaz me mandes a matar.

Entrecierro los ojos por lo que ha dicho.
—No exageres, Karen.

—Bueeeno... matarme quizás no porque soy una mujer, pero si hostigarme tanto al punto de orillarme a que yo misma me mate.

Suelto una risa con diversión y meneo la cabeza. Carrie ha vuelto a compartir su publicación famosa nuevamente, lo hace cada año, pero ahora lo ha compartido dos veces seguidas. Sinceramente no me importa, ya me da igual, me da igual si la gente piensa que soy el malo como ella lo contó.

—¿No te da coraje que todos piensen que tú eres el malo? —inquiere Alexandra, apoyando su brazo sobre la barra de granito y mirándome fijamente desde los pocos metros que nos separan.

—¿Por casarme, cobrar una herencia, demandar a la que era mi esposa por filtrar un vídeo sexual y luego divorciarme dejándola casi sin nada? —niego con la cabeza —. No. Gracias a eso tengo un apartamento, dos carros, una moto y un negocio.

Pero no la tengo a ella...

—Su mayor orgullo —agrega Christian levantando las cejas.

—¿Y no sentiste remordimiento en algún momento por ella? —se atreve a averiguar Karen, casi nerviosa por preguntarlo, todos saben que no me gusta hablar del tema, sin embargo, no me lo tomo a mal —. Digo, porque estaba embarazada.

—Solo duró embarazada tres meses, no se cuidaba, realmente no me importaba ella pero trataba de preocuparme para que tomara vitaminas y comiera bien, pero ella no quería hacerlo, porque no quería al bebé, lo hubiese querido si hubiera sido mío, pero en realidad era de... —hago una pausa y Karen asiente dándome un asentimiento de que está bien que lo mencione, aunque eso no quita que me sienta apenado por ella —. De Daniel, por eso se mal pasaba y tuvo un aborto a los tres meses, ni siquiera pensaba decírmelo, me di cuenta yo solo.

—¿Termino de pagarte los daños? —curiosea Alexandra.

—Sí. Si terminó.

—¿Y por qué le quitaste dinero si no necesitabas?

—Solo para joderla más —respondo sin preocupación.

Karen voltea su cara para echarle una mirada de ojos saltones a Christian. —En serio, recuérdame jamás meterme con Alex.

Sonrío y juego con la botella de agua en mis manos. Acabamos de terminar de comer la comida rápida que ordenamos, por lo cual cuando veo a Alexandra recoger los platos desechables yo también me acerco a ayudarle.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora