#20 |• LA GRAN MENTIROSA •|

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Holi, la historia se nos está yendo como agua entre las manos😭😭, este es el último capítulo de hoy, disfrútenlo y ¡Expresen sus sentimientos!😉👉😔😭

Nos veremos hasta en la próxima y una disculpa porque había dicho que publicaría diario pero se me es imposible por las mil cosas diarias que tengo que hacer, pero no sé preocupen que eligiré uno o dos días por semana para publicar maratones de 3 capítulos. No olviden que el calendario de capítulos ya lo tengo y vuelvo a repetir que se nos va la novela en éste mes y no hay nada más que decir, solo que disfruten.

Y... Ya me voy😂😂😂






Capítulo #20






—¿Nuestra hija murió Azul...? —dice en un hilo de voz— Dime qué no es verdad, dime qué nuestra hija no murió. Por dímelo Azul, por favor dímelo.

Su voz es suplicante y está llena de sufriendo, lo veo a los ojos y allí veo la necesidad por parte de él de negar lo que escuchó. Creo que está mal lo que voy a decirle, pero necesito esto, necesito decirle mi verdad.

En el momento de querer hablar las palabras se atoran en mi garganta, debo ser fuerte y evitar romperme una vez más.

—Si —digo titubeando—. Mi bebé no está conmigo, ella no está —se me rompe la voz al decir eso, me duele demasiado— Se fue de mi lado y yo no pude hacer nada, se fue de mi lado y no pude protegerla.

Las palabras al fin salen de mi boca y al levantar la mirada; lo veo. Él está de rodillas con la cabeza agachada, su cuerpo está temblando y unos sollozos salen de su boca. Esta llorando, está roto al igual que yo me rompí ese día, se siente miserable y su llanto está amargo al igual que el mío.

Me siento triste al verlo de ese modo, una parte de mi se siente culpable por lo que hice pero... Al despertar en aquella habitación y ver mi foto en su mano de cuando estuve embarazada me llenó de coraje, él ya sabía de mi embarazo y no me había preguntado nada. Yo lo vi en la esquina de la puerta cuando abrazaba a Mike y es por eso que había decidido decirle eso, yo quería que sufriera lo mismo que sufrí yo o incluso más pero ahora que lo veía en este estado no sabía que hacer o que sentir.

Era tan diferente a como me imaginé este momento, se suponía que no debería sentir tristeza por él, se suponía que no debería sentirme culpable; ¿Por qué me sentía así? ¿Por qué esa confesión a medias no había logrado hacerme sentir mejor? ¿Por qué verlo roto me dolía también? ¿Por qué...?.

—Perdóname —susurró—. Perdonenme por favor, perdonenme las dos yo jamás quise hacerles daño.

Él no levantó la mirada mientras hablaba, escondía su rostro entre sus manos y su llanto de oía cada vez más desgarrador.

—La perdí porque nos abandonaste, ella se fue porque tú no nos creíste —le dije cada palabra llena de odio y eso fue suficiente para que él alzará la vista y sus ojos chocarán conmigo—. Si no te hubieras ido, si no nos hubieras abandonado otra cosa sería y ella quizás estaría conmigo.

—¡No! ¡Por favor perdóname! —él comenzó a gritar mientras le daba golpes al piso con los puños— ¡No, dime qué hija no murió por mi culpa! ¡Por favor dime!.

Sus ojos me miraban suplicando mi perdón y esa imagen rota de él solo hizo que recordara el momento en que perdí a mi hija. Me había dolido demasiado incluso aún dolía de la misma manera, solo quería que el supiera como me sentí, lo único que quería era que él sintiera lo mismo que yo.

—Todo fue tu culpa, todo fue tu culpa y es por eso que no puedo y jamás voy a perdonarte —lo vi a los ojos y limpié las últimas lágrimas que me quedaban—. No puedo perdonar al hombre que tuvo la culpa de que perdiera a mi hija, no puedo.

Nunca sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora