#35 |• CRUEL REALIDAD •|

535 37 2
                                    

#35 |• CRUEL REALIDAD •|



Alex




Un pistola.

Tres disparos.

Unos segundos.

Esos segundos que me parecieron eternos, Ander fue el primero en caer al piso y al verlo vi como un balazo se encontraba en cerca de su corazón y como a poco iba cerrando los ojos.

Levanté la vista y observé a mi padre, su camisa también estaba teñida en sangre y solo logro dar dos pasos para después caer de igual forma al piso. Mi corazón se detuvo, me levanté y fui como pude hasta donde él estaba; lo tome en mis brazos y trate ayudarlo.

—Robert tranquilo ya viene a ayudarnos ok, ya vienen ayudarnos solo aguanta. —miré hacia todos lados como la esperanza de que alguien hubiera escuchado los disparos y vinieran ayudarnos pero no había rastro de nadie.— ¡Ayuda, auxilio! ¡Necesito ayuda!. Robert aguanta ya vuelvo.

Quise pararme para ir por ayuda pero mi padre me tomó de la mano y lo impidió.

—N-no n-no te va-vayas. —sus ojos me miraron suplicantes y no pude dejarlo.

—Aguanta Robert, por favor aguanta ya vienen. ¡Ayuda, alguien me ayude! ¡Auxilio, una ambulancia por favor! —volvía gritar desesperado— Por ayúdenme.

—Hi-hijo mi hi-hijo. —levantó hasta mi mejilla y me acarició— T-te a-am-amo Alex, yo te amo.

—Noo, no lo hagas Robert. No lo hagas —aparte la vista de él porque sabía lo que estaba haciendo.

—Hijo, no ten-tengo mucho tiempo. —me obligó a volver a verlo a la cara— Mi-Mike y... E-Edy.

—No, no voy a escucharte porque ya viene la ambulancia y estarás bien Robert. Estarás porque Edy, Mike te necesitan. Estarás bien porque te necesito.

—No, no no hay tiempo. —apenas podía hablar y se estaba agotando de más— No hay ti-tiempo hijo.

Negué con la cabeza y trate de callarlo.

—No hables y si hay tiempo si lo hay, tenemos mucho tiempo porque te podrás bien y mañana tenemos que ir a esa estúpida cena que organizaste con mis hermanos ok. —ante mi respuesta negó con la cabeza.

—Cu-cuida a tu-tus hermanos Alex. Cu-cui-cuídalos mucho, yo los amo mucho. —volvió a poner su mano en mis rostro y sonrió— Maia, Maia.

—Robert aguanta, aguanta por favor ya vienen.

—Di-dime papá, dime papá.

Cerré mis ojos y trate de contenerme pero no pude, comencé llorar.

—Papá —susurré muy despacio.

De repente deje de sentir su mano en mi mejilla y al abrir los ojos vi como Rober cerraba los suyos.

—¡Noooo! ¡Papá, te dije papá. Te llamé papá, tienes que abrir los ojos y escucharlo! —lo moví con la esperanza de que abriera los ojos pero no lo hizo— ¡Papá no me dejes, eres mi papá y no puedes dejarme!. Por favor no me dejes, por favor abre los ojos y no vuelvas a dejar solo.
Tienes que abrir los ojos papá, prometo ya no llamarte Robert pero abre los ojos. Abre los ojos papá que tenemos que ir a cenar, tenemos que ir a ver a mis hermanos. Abre los ojos.

Lo abracé muy fuerte, lo abracé como muchas veces me negué hacerlo. No quería que se fuera, no quería que me dejara solo. No quería volver a ser huérfano, no quería estar sin él.

Nunca sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora