#23 |• MIS LUCIÉRNAGAS EGIPCIAS •|

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Capítulo #23 |• MIS LUCIÉRNAGAS EGIPCIAS •|



Aquí nuevamente reportándose la mentirosa mayor🤚🤚🤚 no estaba muerta solo estaba de parranda 😂😂. Nahhh ignoren eso xfa.

Una disculpa por desaparecer tanto tiempo, estoy bien pequeños roedores literarios 😜😜. Y también me pongo al día con los capítulos, subieré otros dos capítulos más y solo para avisarles que a partir de ahora los capítulos serán más largos ya que hay muchas cosas por resolver.

Los escucho así que dejen sus comentarios y votos de la historia, que me encanta leerlos y leer sus locas predicciones sobre la novela. Nos vemos y sigan al pendiente 😍😍😍😘







No puedo dormir, me muevo de un lado para otro en la cama y siento como si el aire se me fuera. Me incorporo en la cama y me quedo obsevando la puerta, por un momento deseo que él estuviera detrás de ella pero al mismo tiempo me reprendo por mis pensamientos.

Fuí una cobarde, no fuí capaz de ir y decirle la verdad. No lo hice y aún me arrepentida de poder decirle lo realmente pasó.

Me levanto de la cama y camino hacia la puerta, tomó la perilla y estoy apunto de abrirla pero no lo hago y permanezco estática en mi lugar.

—No lo hagas Azul, no lo hagas.

Retrocedo y regreso a la cama, estoy actuando mal y eso lo sé. Lo que vi en sus ojos hace unas horas fue lo más horrible que pude ver, él estaba roto y la culpable de eso fui yo.
Intento respirar pero no puedo ya que siento una enorme angustia en el pecho, tomo mis medicamentos tratando de controlar mis nervios pero me fue imposible y la angustia aumento. Me sentía acorralada y como si el aire me faltara, cada vez todo iba en aumento.

Trate de dormir pero no pude, era inútil tratar de engañarme; era inútil hacer como si él no estuviera cerca, era imposible ignorarlo.

No pude más y salí de mi habitación, necesitaba aire y al salir al salón vi una sombra tras las cortinas de la ventana. Me acerqué un poco y justo en el borde de la terraza se encontraba él, y en su mano tenía un vaso con alcohol y la botella estaba a su lado.

No sabía si darme la vuelta o acercarme; mi mente decía que me fuera pero mi corazón reclamaba esa conversación pendiente que ambos teníamos, así que terminé haciéndole caso a mi corazón. Fuí hasta donde estaba y me senté junto a él, él no se limitó a verme ya que tenía los ojos cerrados y su apariencia seguía siendo la misma que hace unas horas.

Busqué cientos de palabras para poder decirle, pero simplemente no había ninguna que expresará lo que yo estaba sintiendo. Así que solo lo imite y cerré los ojos también. Trate de respirar y cuando los ojos abrí tomé el vaso que tenía en su mano y bebí el líquido de un solo trago; el líquido quemó mi garganta pero me ayudó a tranquilizarme un poco.
Lo que hice llamó su atención porque el abrió los ojos y me vió perplejo, no quise verlo así que mire hacia en frente y luego me di cuenta que él hizo lo mismo, ambos miramos hacia el vacío. Quizás sea porque ambos estabamos igual en ese sentido.

Me acerqué lo suficiente y recosté mi cabeza en su hombro mientras cerraba los ojos, seguía doliendo pero más que eso había un enorme cansancio que no me dejaba seguir.

—Estoy cansada, realmente estoy muy cansada. —dije muy despacio.

Cuando dije eso sentí que el hombro se le tensó al igual que el cuerpo pero no dejé mi posición.

—Si algún día muero... —iba a decir algo más pero él me interrumpió.

—No lo digas, no vuelvas a decir eso por favor —dijo con voz firme y enojada.

Nunca sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora