#12 ||• SE PUEDE OLVIDAR ••||

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Capítulo #12










—Estoy bien, estoy bien, estoy bien —repito y repito las mismas palabras para creerlo—. Estoy bien o eso creo.

Rompo en llanto y me dejó caer sobre la lápida.

—Te extraño papá te extraño mucho, sin ti todo es más duro. —agacho mi cabeza y con mis manos tocó la fría lápida. —Desde que te fuiste todo ha sido muy difícil papá, me convertí en una mala persona y estoy segura que tu estarías decepcionado de mi. He fallado mucho, les hice mucho daño a mis hijas y duele demasiado, lo recuerdas, dime qué recuerdas como perdí a mi hija.

Mis palabras duelen, duelen los recuerdos. Aún siento como si fuera ayer el momento en que las perdí, ellas no se merecía tener una madre como yo.



5 AÑOS ANTES


—Felicidades Azul, eres madre de unas hermosas niñas.


Owen me da una sonrisa y le hace una seña a la enfermera para que me acerqué a las bebés pero yo simplemente no puedo, no puedo verlas.

—No puedo Owen —giro mi cara hacia el otro lado y les doy la espalda.

—Azul, son tus hijas y ellas quieren conocer a su madre. —me toca la espalda— Vamos Azul, yo sé que quieres ver a las niñas.

—¡No! ¡Basta Owen! —gritó a todo pulmón y eso causa que el llanto de las niñas se oiga en toda la habitación.

—Ok tranquila, abrá tiempo tu solo descansa. Enfermera llévese a las niñas a los cuneros.


Escuchó los pasos alejarse y como el llanto desaparece. Me siento asqueada y decepcionada de mi misma, ni siquiera pude verlas a los ojos.
Soy una mala madre, esas niñas no se merecían a una madre como yo. Mis lágrimas comienzan a caer, siento como una opresión se apodera de mi pecho y no me permite respirar.

La enfermera se da cuenta de mi estado y me inyecta algo que deja dormida.

Despierto horas después, Liana y Liam están a mi lado; ambos están durmiendo en lo sillones. Me bajo de la cama con mucho cuidado pero al desconectarme el suero un ruido se produce y despierta a Liam.


—¿Azul?... ¿Pero que haces despierta? —se levanta del sillón y camina hacia mí.

—No pude cargarlas Liam, ni siquiera pude verlas a los ojos. ¿Soy una mala madre verdad? —las lágrimas comienzan a brotar de mi ojos, Liam se acerca y pone sus manos en mi hombros.

—No lo eres Azul —toma mi barbilla con su mano y me obliga a verlo—. Si fueras una mala madre abrías aceptado que te hicieran el degrado para que pudieran operarte y sacarte la bala de la cabeza. Haci qué si me lo preguntas de nuevo, te diré que no eres mala madre.

—No pude verlas.

—Elegiste su vida por encima de la tuya.

Liam lleva su mano a mi cabeza y toca el lugar justo donde se encuentra la cicatriz de la bala.

—La bala sigue aquí y es porque tú elegiste la vida de ellas apesar de ponerte en riesgo. —sonríe y acaricia mi cabello. —Las niñas están en los cuneros si quieres podemos ir a verlas.

—Si —respondo sin dudar.



TIEMPO ACTUAL


Esa fue la primera vez que las vi, fui a los cuneros con Liam y ese día lloré toda la noche. Lloré y les pedí perdón por no poder mirarlas y por dejarlas solas. Maia y Melek se habían convertido en lo más bonito que mis ojos habían visto y jamás me arrepentiría de haberlas elegido.

Nunca sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora