#7 |• SORPRESAS •|

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Capítulo #7 |• Sorpresas •|









SOFÍA





Hice todo lo que dijo Alex, lo saqué de la casa y lo llevé a su apartamento. Él cada vez se miraba peor y yo temía que algo malo pudiera pasarle por mi culpa, si tan solo no hubiera engañado a mi hermana todo estaría bien y nada de esto habría pasado. Yo era la culpable, la única culpable.

—Alex no te vez bien por favor vamos a un hospital, por favor —le rogué para que accediera pero él solo negó con la cabeza.

—No, estaré bien solo llama a mi amigo y él sabrá que hacer. Solo llama a Cristiano —Alex me señaló su celular.

Lo tomé y al marcarle la contestadora me respondió, el tipo tenía el celular apagado.

—Está apagado y ahora.

—Vete Sofía, yo me las apaño.

Alex se reacomodo en el sillón y se volvió a quejar del dolor, estaba demasiado mal y se miraba terrible.

—No voy a dejarte hasta saber que estarás bien, así que dime qué puedo hacer.

—Cris...tiano es el... único que... pue...puede hacer... algo —Alex apenas hablaba y parecía que en cualquier momento perdería la consciencia.

—Bien dime dónde vive y voy a buscarlo pero prométeme que vas a aguantar ok.

—Vale, la dirección está en esa libreta.

Alcance la libreta y me puse a buscar, en efecto; la dirección de ese tal Cristiano estaba allí. Arranque la hoja y me puse de pie, acto seguido Alex me tomó de la muñeca.

—Nadi...nadie debe sa...ber de esto.... solo Cristiano. —Él cada vez hablaba más con dificultad y parecía que no tenía aire suficiente.

—Ok, te prometo que solo le diré a él pero tú prométeme que estarás bien Alex.

—Lo pro...prometo Sofi. —Dijo con una sonrisa fingida.

—Ok, vuelvo pronto.

Lo cubrí con la manta antes de marcharme. Tenía mucho miedo, demasiado para ser exacto; aún no sabía nada de mi hermana y el estado de Alex cada vez me preocupaba más.

Mi ropa estaba manchada de sangre pero ahora no tenía tiempo de pensar en ello así que solo tomé una gabardina que estaba en su apartamento para cubrirme y evitar que todos pensarán que era una asesina. Al bajar del edificio vi que el Taxi de Tato aún estaba allí y lo agradecí ya que no tendría problemas para conseguir uno.

—¿Qué heces aquí Tato? Pensé que te habías ido.

—No podía irme y menos después de traerte a este lugar con ese tipo que casi está murien... —no lo dejé terminar y le cubrí la boca con mi mano.

—Cállate no puedes decir eso.

—Pero Sofí, no entiendo que hacías con ese tipo en la casa de la playa de tu familia y menos que fue lo que le pasó. —Tato se quejó y me miró con una mirada de decepción. —Se supone que somos amigos y por eso te ayude a traerlo aquí.

Tato tenía razón, cuando Alex me pidió que lo sacará de la casa no sabía que hacer ya que no sabía conducir y nunca lo había hecho. Lo único que se me ocurrió fue llamar a Tato un amigo que trabaja de taxista el cual era nieto de nuestra nana.

Nunca sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora