Zeus medía treinta metros de altura y sostenía el Argo II por la proa.
—¡AGARRAOS! —tronó el dios.
A continuación levantó el barco y lo lanzó con la mano por encima de la cabeza, como si fuera un balón de voleibol.
Règine se sostuvo fuertemente de un mástil, que se encontraba cerca del de los demás. Les juraba que por poco termina cenando con Michael Jackson en los campos de Elíseo. Sus órganos se revolvieron de su respectivo lugar y su corazón terminó en la garganta.
El cielo se tiñó de negro. El barco traqueteó y crujió. La cubierta se agrietó como hielo fino bajo las piernas de Règine, y el Argo II salió como un rayo de las nubes con un estallido sónico.
—¡Jason! —gritó Leo—. ¡Date prisa!
Leo estaba sujeto a la consola de mando, tratando desesperadamente de enderezar el barco mientras caían en picado. Las velas estaban en llamas. Festo chirriaba en señal de alarma. Una catapulta se desprendió y se elevó por los aires. La fuerza centrífuga lanzó los escudos de las barandillas como discos voladores de metal.
En la cubierta se abrieron grietas más anchas cuando Jason se dirigía tambaleándose a la bodega, utilizando los vientos para mantenerse sujeto.
Si no podía llegar hasta los demás…Entonces la escotilla se abrió de golpe. Frank y Hazel la cruzaron dando traspiés, tirando del cable guía que habían atado al mástil. Piper, Annabeth, Règine y Percy les siguieron, todos con aspecto desorientado.
—¡Vamos! —gritó Leo—. ¡Vamos, vamos, vamos!
Por una vez, el tono de Leo era totalmente serio.
Habían discutido detenidamente el plan de evacuación, pero el guantazo a través del mundo había quemado la mente de Règine. A juzgar por las expresiones de los demás, no se encontraban en mucho mejor estado.
Buford, la mesa, los salvó. Cruzó la cubierta haciendo ruido mientras su Hedge holográfico gritaba:
—¡VENGA! ¡DAOS PRISA! ¡BASTA YA!
Entonces la superficie de la mesa se abrió y se convirtió en unas palas de helicóptero, y Buford se fue zumbando.
Frank cambió de forma. En lugar de un semidiós atontado, pasó a ser un dragón gris atontado. Hazel y Annabeth se montarom en su pescuezo. Frank agarró a Percy y a Règine con sus garras delanteras, desplegó las alas y alzó el vuelo.Mientras caían en picado, Règine vio un enorme ejército de monstruos desplegado a través de las colinas, cynocephali, hombres de dos cabezas, centauros salvajes, ogros y otras criaturas cuyo nombre ni siquiera conocía, rodeando dos diminutas islas de semidioses. En la cumbre de la Colina Mestiza, congregado a los pies de la Atenea Partenos, se hallaba el ejército principal del Campamento Mestizo junto con la Primera y la Quinta Cohorte, reunidos alrededor del águila dorada de la legión. Las otras tres cohortes romanas estaban en formación defensiva a varios metros de distancia y parecían las más afectadas por el ataque.
Águilas gigantes daban vueltas alrededor de Jason, chillando en tono urgente, como si esperasen órdenes.
Frank, el dragón gris, volaba con sus pasajeros.—¡Hazel! —gritó Jason—. ¡Esas tres cohortes están en apuros! Si no se juntan con el resto de semidioses…
—¡Ya voy! —dijo Hazel—. ¡Vamos, Frank!
El dragón Frank viró a la izquierda con Annabeth en una garra gritando « ¡A por ellos!», Percy en la otra chillando « ¡Odio volar!» y Règine gritó por un momento de manera eufórica para después interrumpirse y gritar «¡Creo que voy a regresar la arepita con huevo que comí por la mañana!» a lo que Percy respondió «¡Nada más te pido que no me vayas a vomitar encima!» lo último que se escuchó de ellos fue que Règine le dijo «¡No te preocupes tanto por mí, eh!»
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𝐋𝐄𝐀𝐕𝐈𝐍𝐆 𝐏𝐀𝐑𝐀𝐃𝐈𝐒𝐄, heroes of olympus
FanficTodos tenían un mal concepto de Afrodita y sus hijos: débiles y vanidosos. Eso le molestaba a Règine Tanaka, sus falsas imágenes hacia ellos, siempre trataba de hacerlos callar la boca, lo cual logró. A comparación de su hermana Drew, ella era buena...