『21』

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Si bien las pesadillas son causados por el estrés o ansiedad, hay veces que esas pesadillas se vuelven realidad y ocurren cosas más feas que lo que soñaste.

Jungkook moría, le quedaban pocos días, una semana a lo mucho. Por lo que antes de su tiempo límite, el mismo se mataría. Los dolores en su cuerpo siempre insoportables, había perdido peso y el apetito también, cada cierto tiempo le daban nauseas y no tenía fuerzas para nada.

Pero él ya lo tenía decidido, esa misma madrugada moriría por su propia mano y se llevaría a una persona en específico con él, esa madrugada...


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Un año, cumplían un año de estar juntos como pareja. Tae y Yoongi bebían vino sentados en el sofá de su apartamento mientras miraban una película. Ambos lo más relajados posibles, Yoongi apoyando su espalda en el brazo del sofá y Tae apoyado en el pecho del mayor.

Las horas pasaban y ninguno se dio cuenta cuando fue que habían iniciado un guerra de besos, Tae sentado a horcajadas en el regazo del mayor y este último agarrando al peliazul de la cintura, donde le daba leves caricias con los pulgares.

Los minutos pasaban y la temperatura en esa habitación subía, al igual que la intensidad de los besos.

Y querían más, ambos querían más, pero Yoongi no le haría nada en ese estado, porque no quería que el menor se arrepintiera después de lo que pueda pasar al estar posiblemente en estado de ebriedad por el vino.

Por lo que con todo su autocontrol restante se separó del menor un poco—. Espera, Tae. Así no, no quiero que te arrepientas luego...

Tae sonrió con cariño, tomó las mejillas del mayor e hizo que lo viera a los ojos—. Sí quiero hyung, estoy listo Yoonie

Y le creía, el mayor le creía pero igualmente no quería lastimarlo—. ¿Estás seguro? Porque puede ser otra noche, no quiero que te obligues a hacer algo que no quieres—. Simplemente quería protegerlo de todo mal, porque el menor era alguien demasiado bueno para un mundo de porquería.

¿Y cómo no estar enamorado de Min Yoongi? Era afortunado de tener al mayor en su vida y una dicha poder decir que era su pareja.

—Estoy listo hyung, de verdad—. Susurro sobre los labios ajenos y luego los volvió a besar.

Bien, Yoongi ya estaba asegurado que su bebé quería y que estaba listo, entonces tenía pase libre para seguir hasta el final.

Las pálidas y huesudas manos del mayor bajaron lentamente hasta los muslos del menor, los cuales apretó levemente sacándole un jadeo ahogado al peliazul, que para Yoongi ese sonido fue música para sus oídos.

Claramente no quería que la primera vez de ambos juntos fuera en el sillón, por lo que cargó al menor y lo llevó a su habitación, en donde lo acostó con cuidado dejándolo bajo suyo.

En esa posición el pálido tenía libertad de tocar con más facilidad la anatomía del menor. Sus manos recorrían desde sus muslos hasta el pecho del menor y esos toques hacen al menor jadear de satisfacción.

Tae por su parte tocaba toda la espalda, hombros y pecho de su pareja, sacando jadeos roncos y que de vez en cuando apretaba sus muslos.

Ambos se despojaron de su estorbosa ropa poco a poco, sin dejar de darle placer al contrario, los besos de Yoongi bajaron de los labios del menor hasta su cuello en donde ahora tenía el lujo de dejar marcas y no para que los demás vieran que el menor tenía pareja, no. Eran marcas solamente para el menor, para que recordara lo bello que fue ese momento juntos.

Beso las clavículas del menor con tanto amor y cariño, por que el cuerpo de su pareja era hermoso, las marcas que dejó Jungkook en el solo demuestran lo fuerte que Tae había sido para seguir con su vida, por lo que beso cada cicatriz con amor, porque eso era lo que sentía Yoongi por Tae, sentía amor.

Beso su adorable pancita y bajó más a su vientre en donde descubrió que el menor era sensible luego de escuchar un gemido de su parte.

Simplemente esa noche hicieron el amor, que era lo único que uno sentía por el otro, se habían unido en cuerpo y alma luego de tal acto de amor. Ambos dormían abrazados, calentitos luego de una noche de pasión.

Simplemente una madrugada perfecta para ellos, durmiendo entre los brazos del otro con las piernas cruzadas, pero el celular del mayor sonó en una llamada de un número desconocido.

Yoongi se levantó con cuidado de no despertar a su pequeño león -y vaya león que dejó marcada la espalda del mayor-, contestó la llamada con algo de inseguridad y un mal presentimiento.

Parece que se divirtieron mucho ¿No?— La maldita voz del otro lado de la línea tosió.

Yoongi se vistió lo más rápido que pudo y en silencio para no despertar a Taehyung, salió de la habitación y fue a la sala para hablar un poco más tranquilo.

—Si te estás muriendo, espero que lo hagas de una buena vez y dejes de jodernos la vida—. Hablo el pálido con enojo.

Si me estoy muriendo y esta noche me mato, pero... No me iré solo—. Jungkook aclaró del otro lado.

—¿De qué demonios hablas?—. Estaba confundido.

Hablo de que si yo no puedo tener a Tae, nadie más lo tendrá—. Hablo cínicamente.

Eso no lo iba a permitir nunca—. Sobre mi cadáver Jeon Jungkook—. Lo amenazó pero es que el azabache no había terminado de hablar.

Esperaba que dijeras eso, por eso te tengo un trato—. El azabache sonrió del otro lado de la línea.

Y es que Yoongi haría de todo por proteger a su bebé, a su amor... A su pequeño león, por lo que no le importaba hacer un trato con el mismo diablo para poder proteger lo que más quiere en esa vida...

El pálido suspiro y miro la puerta de la habitación en donde estaba su novio, miro esa puerta con amor por saber lo que había atrás de ella y saber que estaría a salvo.

—Habla...


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(1/?)

Es cortito, lo se. Pero la verdad no iba a actualizar hoy porque me enferme y la verdad me siento mal. Pero hoy vamos a terminar la historia :)

Hello again... JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora