『22』

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Siete de la mañana Taehyung se despertó en una cama vacía, se le hizo raro por qué era fin de semana y su novio siempre se levantaba tarde para esos días, pero pensó en que estaría en la sala.

Lo cuál no fue así luego de ir a ver todo el departamento buscando a su novio después de una ducha, no estaba, no lo encontraba y se empezaba a preocupar por un mal presentimiento que crecía en su pecho.

Estaba a nada de llamarlo cuando miró una carta en la mesita que estaba en el centro de la sala, la miró con algo de miedo pero la tomo, abrió y leyó su contenido.

En cada estrofa que leía, las lágrimas en sus ojos se iban incrementando al igual que el miedo creciendo en su pecho. El cual dolía sin saber porqué.

Rompió en llanto al terminar de leer la carta, cayó al suelo llorando y apretando la carta contra su pecho.

“Hola corazón, lamento que tengas que leer esto.

Sé que te sorprenderás y sentirás mal al no despertar conmigo a tu lado, dormido aún siendo las nueve de la mañana porque odio levantarme temprano los fines de semana... Pero solo espero que no pienses mal de mi por lo que hicimos anoche.

Te amo demasiado, esos ojos bonitos que tienen todas las estrellas del mundo, esa sonrisa que brilla más que el sol, ese bello, esponjoso y suave cabello; tus delicadas y hermosas manos que son tan suaves como el algodón, tu perfecta risa que es música para mis oídos, dios es que amo todo de tí.

Eres perfecto, que nadie diga lo contrario bebé, por qué esa persona es la que está mal, no tú.

Eres perfecto a tu manera, eres perfecto siendo tú mismo y no tratando de encajar en esta asquerosa sociedad, eres perfecto pequeño león.

No cambies, hazme ese favor. Que no cambiarás por cualquier imbécil que quiera pasarse de listo contigo, porque no eres de nadie bebé, ni mío, siempre has sido solo tuyo, tu eres de tu propiedad y que nadie puede decir lo contrario ya que tú no eres un objeto para que alguien diga que le perteneces, porque eso está mal.

... Te deseó un felíz cumpleaños, una feliz navidad, un feliz año nuevo y lo más importante, te deseó una feliz vida TaeTae.

Te ame, te amo y te amare para siempre, te encontré en esta vida y te encontraré en las siguientes. Seremos felices y talvez podamos... Tener una familia, quería una familia contigo y talvez en la siguiente vida podamos tener una.

Bueno, tengo que irme. Te dije que te iba a proteger de todo mal y eso es lo que haré, si me voy yo... Tu podrás vivir una vida tranquila, por lo que me iré primero y espero encontrarme contigo hasta dentro de mucho tiempo después bebé.

Te amo... Pequeño león, no olvides eso nunca, pero si quiero que me olvides para que puedas seguir con tu vida, cariño.

Con amor, Min Yoongi~”

Mierda que dolía cada palabra escrita en esas dos hojas de papel.

Luego una llamada de su madre llegó, ella lloraba al otro lado de la línea y trataba de calmarse para hablar.

—C-cariño... Y-yoongi está... Está muerto—. Su madre volvió a sollozar.

Esas palabras hicieron eco en su cabeza y luego un grito desgarrador se escuchó por todo el departamento y por la llamada.

Un grito cargado de irá, impotencia y dolor, mucho dolor. Le dolía todo, la cabeza, los ojos, el cuerpo pero más le dolía el corazón.

Se había muerto el único hombre que si lo amo de verdad en toda su corta vida después de su padre, ¿Por qué siempre se morían las personas que el más amaba y quería?.

Esa mañana dos cuerpos fueron encontrados bajo un puente, ambos con herida de bala en la cabeza, pero a uno se le detecto cáncer de hígado.

Más tarde los forenses los identificaron como Jeon Jungkook y Min Yoongi, un testigo aseguro que ambos chicos llegaron al rededor de las tres de la madrugada a dicho puente y uno tenía un arma, ese le disparó al contrario en la frente, cayó del puente y luego el mismo se disparó.

En las manos de Jungkook encontraron rastros de pólvora, por lo que determinaron que fue un suicidio - homicidio por parte del joven Jungkook.

Ese día Tae lloro hasta que de sus ojos no salieron más lágrimas y hasta caer inconsciente en los brazos de su madre.

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Era de día, la mañana de un ocho de septiembre fresco para la mayoría pero muy frío para un grupo de personas.

La familia de Yoongi estaba presente, ambos padres llorando por la perdida de su hijo y su hermano mayor llorando al lado de su esposa.

Ese día se estaba llevando acabó el funeral de ambos chicos, Tae lloraba sin control en los brazos de su madre mientras miraba como el ataúd de su novio era sepultado bajo tres metros de tierra.

Y del otro lado del cementerio estaba siendo enterrado Jungkook, sin nadie que llorara por él, porque sus padres murieron hace mucho, era hijo único y no tenía amigos.

Todos supieron las muerte de ambos chicos al salir dicho caso en las noticias, pero solo los amigos del menor asistieron al evento para darle apoyo moral.

Pero Jimin y Namjoon sentían que no tenían derecho alguno a asistir y claramente no lo tenían por lo que simplemente estaban con un mal sabor de boca desde sus casas.

Simplemente Jungkook había cumplido lo que le dijo al pálido que pasaría, “Si Tae no es mío, no será de nadie” y estaba hecho.

Taehyung pidió quedarse un rato más en el cementerio y cuando todos se fueron el camino hasta el otro lado del lugar, dónde estaba la tumba con la lápida en nombre de Jungkook.

—Hola otra vez... Jungkook—. Lo saludo levemente con la cabeza bajá.

—Sabes... Te llevaste lo que más quería en el mundo, me maltrataste de incontables formas, pero caiste tan bajó. Porque sabías que ya no me podías hacer daño directamente, ento ces usaste a Yoongi sabiendo que el haría todo para protegerme. Simplemente con ésto demuestras que habías llegado al límite y no sabías que más hacer, se que Yoongi no está a tu lado porqué un alma tan pura como la de él no puede ir al infierno, en cambio tú. Espero que te podrás en el rincón más oscuro, terrible y desolado del maldito infierno—. Escupió con enojo y se fue sin más, luego de despedirse de su novio.

Luego de eso Tae juro nunca más volverse a enamorar y así lo hizo, vivió como un reconocido fotógrafo soltero, su madre también se fue unos años después debido a su edad y se quedó solo con sus amigos, pero ellos si tenían sus familias por lo que igual se sentía sólo.

Todos los días iba a visitar la tumba de Yoongi, llevándole flores y hablando con el un rato de lo que hizo o haría en el día y luego regresaba a su casa o iba a su trabajo; así hasta que murió unos años después debido a la vejez.

Kim Taehyung murió a sus 48 años de edad, amando en cuerpo y alma a Min Yoongi.

FIN~.

Hello again... JungkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora