Las clases del último año de preparatoria finalmente habían terminado, así que Lucía decidió regresar caminando a casa para poder disfrutar el resto de la tarde, ella iba con una gran felicidad, ya que al llegar a su casa pediría permiso para poder pasar la tarde en la casa de su novia, Eva, con quién llevaba saliendo todo el año, ya que ambas se habían hecho muy cercanas a los ojos de los demás.
Al llegar al vecindario tuvo ganas de desviarse a la casa del Pastor García, casa en donde vivía su novia Eva, ambas tenían su relación a escondidas, ya que ninguno de los padres de ambas chicas estaría de acuerdo con su relación. Por las diferentes costumbres y pensamientos que compartían, ya que la familia de Lucía solía ir a las misas que el Pastor García realizaba por lo religiosos que eran. Pero Lucía sabía que tenía que pedir permiso como si estuviese pidiendo permiso para ir a casa de una amistad más, para que no sospecharan nada, incluso si ella se moría por decirle a todos que estaba saliendo con ella.
Incluso si aquello le dolía, ambas tenían aquel sueño esperanzador de irse a vivir juntas para estudiar tan pronto comenzara la universidad, aunque para eso parecía que aquel verano avanzaba tan lento como un caracol, pero la esperanza de poder ser un poco más libres que en su pequeño pueblo era suficiente para que siguiesen aguantando esa presión de mantener las cosas ocultas.
Tan pronto llegó a casa, ella dejó caer su mochila pesada en la entrada de su casa, corrió para abrazar a su madre quien se encontraba preparando la comida de ese día en la cocina, le recibió el abrazo, pero le pidió que levantase su mochila que había dejado en la entrada, por lo que ella, lo hizo sin rechistar. Lucía se sentó en una de las cuatro sillas que tenía su mesa, para observar lo que se encontraba haciendo su madre.
—¿Necesitas ayuda? —. Le preguntó Lucía a su madre quién negó por lo que ella se mantuvo sentada—. Hoy fue mi último día, finalmente podré divertirme en el verano mamá.
—Eso está bien, que bueno que te ha ido bien en este año—. Su madre le respondió con una gran sonrisa, pero después secó sus manos mientras se asomaba al reloj de la pared de la casa que marcaban la 1 de la tarde—. Debes ir por tu hermano, hoy sale una hora y media más temprano de lo usual.
—Al venir con mi hermano, ¿puedo quedarme el resto de la tarde en casa de Eva? —. Le preguntó ella mientras su madre asentía para que viese a quién creía que era su mejor amiga, pero su hija se levantó para abrazar y darle un casto beso en la mejilla a su madre, agradeciéndole—. Gracias, mamá por dejarme ir.
—Solo no regreses muy tarde—. Le advirtió su madre mientras le señalaba con su mano—. Y nada de ir a alguna fiesta de fin de curso, en esas fiestas solo va a ir gente a tomar y consumir drogas, y tú no tienes nada que estar haciendo allí, ¿Me oyes?
—Si mamá.
Dicho esto, ella fue a su habitación para cambiarse de ropa para poder ir a recoger a su pequeño hermano Jorge, el cual se encontraba en su último año , antes de entrar en preparatoria, ya que para el siguiente, él entraría en la misma preparatoria que era la única que se encontraba en el pueblo de Garret, observó cómo había muchos jóvenes de su preparatoria en las calles, y era lo usual, los chicos de la preparatoria pretendían dar una fiesta aquel viernes por la tarde.
Ella simplemente corrió tan pronto estaba lista con una simple camiseta azul con cuello y unos jeans de mezclilla con unos tenis rotos por el uso constante que le ponía, salió corriendo con unos cuantos dólares en su bolsillo, para poder comprarle algo en el camino a Eva. La escuela de su hermano estaba relativamente cerca en aquel pueblito que no sobresalía en ningún aspecto, pero que era todo lo que Lucía alguna vez había conocido.
Logró llegar al cabo de los minutos a la escuela, en donde afuera le esperaba su hermano quién la abrazó al verla con gran emoción, para él, también el año por fin había terminado, así que para ambos aquel verano inolvidable comenzaría, la graduación sería al día siguiente, podía ver a lo lejos como el personal de la escuela se llevaba las pancartas que serían usadas al día siguiente, pudo lograr leer: "Felicidades generación de 1993".
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Afuera
Teen FictionLucía tenía un secreto que le llenaba el alma, mantenía una bella relación amorosa hasta el momento en que fue descubierta por sus padres, obligándole a abandonar su pequeño pueblo. Pronto se encontró inmersa en la gran manzana, la imponente ciudad...