Elizabeth estaba conduciendo para llegar al centro de rehabilitación en donde estaba metido su tío, la razón por la cual aquel hombre terminó en ese sitio fue por decisión de él, fue una pelea muy grande entre ella y su tío, ella sabía que aquel hombre se transformaba en un agresor cuando se encontraba ebrio y que era capaz de matar, por ello peleó verbalmente con él tratando de hacerle llegar sus sentimientos por la situación que llevaba largos años aguantando
—Este soy yo—. Su tío hipaba al terminar cada una de sus oraciones las cuales no medía por el grado de ebriedad constante en el que siempre se encontraba después de ingerir grandes cantidades de cerveza fría—. Y yo me quiero quedar así y aquí porque es mi casa.
—¿Desde cuándo no trabajas en el taller? —. Le reprochó ella mientras sentía que su voz se rompía al gritarle a la persona que más le cuido años atrás dándole todo como si fuese su propia hija—. ¡Yo tengo que estar trabajando para que ambos tengamos algo de comida!¡Solo te la pasas tomando sin ninguna preocupación mientras el mundo se me viene encima con todas las responsabilidades que tengo que suplir porque tú no eres capaz de hacer las tuyas!
El hombre tiró una cerveza en una de las paredes para que fuese suficiente para que Elizabeth guardase silencio, pero en ese punto, una simple lata le causaba indiferencia, para ella, era una lata más que ese hombre no se bebería, así que decidió quedarse callada por unos segundos para después seguir hablando, esperando una segunda lata que fuese arrojada en la pared en cualquier momento.
—Te llevaré a un centro de rehabilitación, he esperado años para ver si tu solo podrías recuperarte de tu adicción, pero el tiempo sigue fluyendo y estás estancado en lo mismo—. Ella pudo ver como su tío se quedaba sorprendido mientras ella sentía como su voz se rompía incluso más y unas solitarias lágrimas se arrastraban por su rostro—. Él no regresará, por su bien debes de salir adelante, has estado tantos años en lo mismo que incluso ya no me preocupo por ti, si fuese cualquier otra persona, pude haberte echado de la que dices que es tu propia casa, pero pensé que tenías compostura, así qué tu decidirás: rehabilitarte o irte de casa a tomar a otro sitio.
Su tío simplemente se quedó mirando a la pared mientras suspiraba para después asentir como si por primera vez en muchos años tomase una decisión que no fuese ver cuál era la marca de la cerveza con la que se emborracharía aquel día, él escogió rehabilitarse, por lo que Elizabeth le llevó a un centro comunitario en donde recibieron a aquel hombre y lo dejaron despedirse de ella, para después ver como a lo lejos le explicaban a su sobrina cuales serían los horarios de visitas.
Ella había decidió ir un sábado por la mañana, estacionó el auto blanco en el que había llegado y se dirigió directamente a la sala de visitas, que era una pequeña sala con una mesa y dos sillas, eran sencillas pero cumplían su uso, el poder tener la visita con los internados en aquel lugar. Elizabeth esperó pocos minutos y salió su tío con mucha emoción, le recibió con un abrazo muy efusivo que hizo enternecer su corazón, ambos se sentaron frente a frente en aquellas sillas que incluso eran un poco incómodas por lo duras que eran.
—Los días aquí dentro han sido duros, pero me siento mejor—. Aquella sonrisa hizo sentir un poco de alivio—. La comida no está tan mal, prefiero la tuya sinceramente.
—Cuando salgas te haré lo que tú quieras así que ve escogiendo tu plato preferido—. Le dijo ella con bastante emoción al ver que su única familia ya se encontraba mejor.
Ambos comenzaron a hablar de las condiciones y pequeñas interacciones que tenía su tío con otras de las personas que buscaban al igual que él rehabilitarse y otras cuantas que habían sido buscadas por sus familiares para terminar metiéndose en uno de esos sitios, pero la verdad que le ocultaba su tío era que las condiciones en aquel sitio eran muy malas , sin embargo el ver la cara de felicidad y alivio que sobrina tenía, sabía que quizás después de mucho tiempo estaba haciendo la decisión correcta y que trataría de mejorar por ella, ya que por él las razones no eran suficientes, así que mejor lo haría por ella.
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Afuera
Подростковая литератураLucía tenía un secreto que le llenaba el alma, mantenía una bella relación amorosa hasta el momento en que fue descubierta por sus padres, obligándole a abandonar su pequeño pueblo. Pronto se encontró inmersa en la gran manzana, la imponente ciudad...