Eva caminaba en dirección a aquel restaurante donde sabía que Lucía trabajaba en las noches, tenía el conocimiento también de su hora de salida por uno de los comentarios espontáneos que la más chica solía hacer, por lo que se encontraba esperándola afuera, por suerte aquella chica salió como siempre solía hacer después de una larga jornada de trabajo, se sorprendió de encontrarse con Eva quién le dijo que la acompañaría hasta la estación del metro que estaba a unas cuantas cuadras de distancia.Lucía por su parte, sintió como una obligación el acompañarla, igual sabía que Eva ya había ido a Garret en días anteriores, ya que la había ido hablar con unas compañeras suyas por los pasillos, cosa que le molestó mucho, sabía que estaba mal, pero la única razón por la que ella se mantenía cerca era para poder tener comunicación con su pequeño hermanito, pero ahora no sabía cuándo volvería ella a Garret, por lo que no había sentido alguno el permanecer cerca de ella, se escuchaba feo, pero no buscaba tener algún tipo de conexión emocional de ningún tipo, incluso sui había sido ella de haber propuesto que regresaran a ser amigas como en los viejos tiempos.
Aquello era un vil borde al que sabía que Eva se aferraba a aquella esperanza de poder regresar con ella a una relación, que todo fuese como antes, pero tristemente, Lucía se encontraba pensando las cosas ya de forma más clara, y lo que más tenía presente era que las cosas ya no regresarían a ser igual, su orgullo no dejaba que perdonase y aceptase a Eva por completo, simplemente no podía hacerlo.
Pero ahora el corazón de Lucía se encontraba una vez más enternecido pero ahora por alguien más, aquella rubia con la chaqueta de cuero que siempre procuraba hacer tiempo para ella, estuviesen en la escuela, ella solía verla si tenía descansos entre las clases, simplemente para pasar un rato hablando con ella, que usualmente solía comer con Ayla, quién también se había vuelto buena amiga de aquella rubia. Elizabeth también solía ir a verla si no podía ir en la escuela, al terminar su jornada en el restaurante Lucali, pero siempre solía procurar hablar con ella.
Solía llevarle pequeños detalles, e incluso solían salir durante los domingos a pequeñas citas a diferentes lados, algo tan bueno y divertido como ir a una fiesta o simplemente ir a dar un paseo en motocicleta a un parque que la rubia había encontrado durante la semana y que era bueno que Lucía lo conociera.
Pero al comparar la tranquilidad que le hacía sentir la rubia a como se estaba sintiendo en aquel preciso momento acompañada de Eva, las cosas no jugaban a favor de esa chica quién solo la miraba mientras caminaban por aquellas oscuras calles en Soho mientras trataban de llegar a la estación del metro, Eva por su parte pensó que aquel silencio que era incómodo para Lucía, era un silencio bueno para ella, por lo que decidió tomar la mano de aquella chica aprovechando que no había nadie rondando por la calle que era alumbrada por una tenue luz aquella noche.
Pero la acción de rechazo de Lucía no se tardó, tan pronto sintió que la otra trató de tomar su mano, ella pegó la mano a su pecho mientras se paraba en seco a mirarla, Eva sabía que su acción no había estado bien, ya que la chica le miró con los ojos muy abiertos, estaba casi asustada, mientras veía como sus manos temblaron por aquella acción.
—Perdón, no sabía que te pondrías así—. Dijo Eva asustada sin saber que hacer ni decir sintiendo como las palabras llegaban abruptamente a su boca sin pensarlas—. Perdóname.
—No me vuelvas a tocar Eva—. El tono con el que ella habló hizo que su sangre se helase, Lucía jamás le había hablado de aquella forma, realmente parecía enojada—. Y como siempre haciendo las cosas sin que nadie te vea.
—¿Por qué estás tan enojada? —. De verdad Eva no comprendía el repentino enojo que la chica tenía y aquello le molestaba más.
—Lo único que quería saber era cuando podía darle las cartas a mi hermano, pero parece ser que se te ha olvidado, como todo lo que no te beneficia—. En ese momento Eva golpeó de forma mental su frente mientras comprendía las cosas, pero al tratar de tomar la otra mano de Lucía, ella se alejó definitivamente de la cercanía que tenía de Eva.
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Afuera
Fiksi RemajaLucía tenía un secreto que le llenaba el alma, mantenía una bella relación amorosa hasta el momento en que fue descubierta por sus padres, obligándole a abandonar su pequeño pueblo. Pronto se encontró inmersa en la gran manzana, la imponente ciudad...