Capítulo 5

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Lucía finamente se encontraba en el último autobús para poder llegar a Nueva York, había logrado pagar lo justo desde Allentown quedándose solo con 5 dólares la bolsa, al menos se sentía un poco relajada, había logrado llegar, pero tenía hambre y viendo por la ventana, podía ver que llegaría de noche a Nueva York, lo que más le preocupaba era ahora saber en donde podría dormir sin que le pasara nada malo pero ya pronto llegaría.

Y realmente no faltaba mucho, llevaba 3 horas viajando, Lucía se ponía a pensar todo lo que sobraba del camino, hasta que finalmente el autobús paró en la estación, ella decidió bajarse junto con el resto de los pasajeros quienes venían pon diferentes equipajes, sin embargo ella solo traía su chaqueta encima y los 5 dólares que le sobraban, decidió que iría a una tienda a gastar aquellos dólares en algo en que comer.

Antes de hablar con 1 de los empleados del lugar para que le diese indicaciones de en donde se encontraba un albergue, decidió olfatear su propia ropa, según ella no apestaba lo suficiente como para causarle a alguien repudio al acercarse, por lo que decidió ir al Centro de Información, el cual le dijo que si había un albergue, pero que abrirían hasta la mañana siguiente, ella observó el reloj que estaba en la pared de aquella estación que marcaban las 9:00 de la noche.

Decidió entonces, dirigirse a aquella zona, parecía ser que esa sería su primer noche en dormir en la calle, sin embargo por no llevar ningún tipo de equipaje, la mujer del Centro de Información le dijo que había una zona en donde se podía dormir con tranquilidad si no tenían donde quedarse, aquello hizo que la curiosidad de Lucía aumentase, según la mujer aquel lugar se llamaban "Los Muelles" , y estaba muy cerca de ahí a unas simples cuadras, así que ella no decidió perder el tiempo y se dirigió en aquel lugar en donde dormiría al menos esa noche.

Comenzó a caminar en aquellas frías y oscuras calles de nueva York mientras pateaba una lata tirada que había encontrado a unos cuántos metros al salir de la estación, se alegraba un poco de al menos por fin haber llegado a su destino, sabía que la siguiente cosa que debía de hacer, era conseguir trabajo y por lo menos tener algún lugar en donde quedarse. Logró llegar al sitio que efectivamente era un muelle, había muchas bancas con bastantes personas también dormidas simplemente con la ropa que tenían encima, que se encontraban quizás igual que ellas, sin nada más que ellos mismos.

Aquello le dio un poco de confianza a Lucía, quién sentía que alguien la estaba observando, incluso si trató de acomodarse un poco en aquellas duras bancas, aquel sentimiento de incomodidad iba creciendo más y más, por lo que decidió abandonar el sitio, ya que eso no le estaba dando buena espina. Mientras caminaba, pudo observar a la lejanía una tienda que seguía abierta, por lo que decidió ir a gastar los dólares que tenía. Decidió tomar un Sándwich empaquetado más barato que vio, costaba un dólar, junto a una botella de agua pequeña que también costaba un dólar.

—Serían dos dólares señorita—. Le dijo el hombre del mostrador al ver los artículos que ella llevaba en la mano, por lo que ella sacó de su bolsillo dos dólares arrugados y un poco mojados, se los entregó al hombre quien miró con desprecio a aquellos dos dólares y los tomó con las puntas de sus dedos.

Ella decidió salir de la tienda, y a unos cuántos metros, pudo ver que había un pasillo realmente oscuro de donde se escuchaban gritos, por lo que decidió ir a ver qué era lo que estaba sucediendo, observó que estaban golpeando a un chico, eran al menos, unas cuatro personas que estaban pateándole, mientras le gritaban cosas despectivas, eran muchas patadas que le estaban dando a ese chico, quién no se podía ni defender parecía ser un ataque en grupo, mientras lo único que podía hacer ese pobre chico era meter las manos para proteger su rostro mientras se hacía bolita en el suelo.

—¡Eres un maricón! —. Le gritó uno de ellos, cosa que hizo enfurecer a Lucía, y en tomó un pedazo de madera mojada que estaba en uno de los basureros de aquel callejón.

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