Capítulo 34. Nostalgia

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"Uno, dos... uno, dos", Ariadna contaba en su cabeza cada vez que le daba un golpe al costal.

Había pasado mucho tiempo en casa de Oliver recientemente; y es que por más de que le fascinara el cuerpo de ese rubio engreído, aún tenía que continuar con su rutina diaria

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Había pasado mucho tiempo en casa de Oliver recientemente; y es que por más de que le fascinara el cuerpo de ese rubio engreído, aún tenía que continuar con su rutina diaria.

Era refrescante tener al fin un suspiro de ese hombre que algunas veces le parecía quería monopolizar su tiempo; recientemente solo parecía tener tiempo para el trabajo, su familia y tener sexo con Oliver.

Estar de nuevo lanzando golpes, escuchando las voces de sus compañeros emocionarse por un combate aunque fuera de entrenamiento, el sudor en su rostro... eso también la hacía feliz.

Desafiarse a si misma en cosas que nunca creyó posibles, y lograrlas era algo que la llenaba de sobre manera...

Y era por eso que en parte odiaba a aquellos dos; la veían como si fueran parte de su propiedad

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Y era por eso que en parte odiaba a aquellos dos; la veían como si fueran parte de su propiedad... peleando entre ellos, usando trucos para quedarse con ella... como si fuera un objeto.

Realmente lo detestaba.

—Mmm...- se quejo su entrenador mientras la miraba dudativo.

—¿Qu... que sucede? - pregunto la chica deteniéndose.

—Creo que has perdido el ritmo recientemente. Debes esforzarte para regresar a tu estado físico anterior, al menos.

Ariadna asintió.

Estaba consciente de que aquellas escapadas con Oliver le estaban cobrando factura.

Estaba consciente de que aquellas escapadas  con Oliver le estaban cobrando factura

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Ya no me duelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora