Capítulo 23. El príncipe que siempre fue el villano

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La música sonaba ya demasiado fuerte desde fuera del edificio, pero cuando entro se sorprendió por lo abarrotado que estaba el lugar; ya había acudido una vez antes a una fiesta de Oliver, pero esta lucia muy diferente a la de aquella ocasión.

La música sonaba ya demasiado fuerte desde fuera del edificio, pero cuando entro se sorprendió por lo abarrotado que estaba el lugar; ya había acudido una vez antes a una fiesta de Oliver, pero esta lucia muy diferente a la de aquella ocasión

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Se situó en lo alto de las escaleras que daban a la pista de baile, mientras intentaba encontrar a el rubio empresario...

Se situó en lo alto de las escaleras que daban a la pista de baile, mientras intentaba encontrar a el rubio empresario

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...pero había tanta gente que le era imposible divisarlo entre todos; estrellas de música pop, actores, futbolistas... se encontraba en el evento más VIP de todo Berlín (y tal vez de Europa), por el que cualquier persona mataría por ser aceptado.

Pero aquella fiesta era tan exclusiva y privada, que sino había sido invitado, ni siquiera te enterarías de esta.

Sin embargo, a ella no le importaba mucho eso: estaba ahí para confrontar a Oliver de una vez por todas.

Bajo por las escaleras y pese a que no le agradaba mucho la idea, tuvo que abrirse paso entre la muchedumbre que bailaba en la pista.

En un momento dado, una chica bastante intoxicada cayo sobre su cuerpo y Ariadna tuvo que sujetarla por los hombros para que no cayera al piso, y empujarla hacia el acompañante de la mujer.

Desagradablemente, no era la única persona en aquel estado; si uno ponía atención, la mayoría de los presentes estaban, o sumamente ebrios, o bastante drogados.

Esa fiesta de verdad era muy diferente a la otra en la que estuvo.

"¿Qué significa esto, Oliver?', ¿así eres realmente?", se pregunto la joven y su corazón se aceleró cuando pudo divisar al susodicho a los lejos; estaba en la parte alta del club, acompañado por dos mujeres que le hablaban muy de cerca y cuyo comentario hizo el rubio que ambas soltaron una carcajada.

Por un momento sintió unos profundos celos, y después ganas de llorar.

Pero decidió tomar aire y continuar con lo que la llevo hasta ahí.

"Tengo que dejar claras las cosas de una vez por todas. Si él no tuvo el valor, lo hare yo", pensó y se alegró cuando encontró a David en la parte de debajo de dónde se encontraba Oliver.

Ya no me duelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora