Ariadna ha sido siempre la novia incondicional: capaz de sacrificarse a ella misma si es necesario. Después de todo, eso es lo que hacen las personas en una relación, ¿cierto?
Pues ella descubrió de la peor manera que a veces ofrecer tu corazón no e...
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Aún no nos hemos bloqueado de las redes sociales, solo quitamos nuestra relación; quedamos en ser amigos. Pero eso ha sido muy difícil para mí.
No puedo evitar checar su perfil y ver con quien se habla.
Está mal.
Lo sé.
Ya no es mi novio... pero me es tan difícil entenderlo. ¿Y si le hablo? Quedamos que seriamos amigos, ¿no? Antes lo hacíamos mucho. ¿Por qué no hablar como antes?
Veo que está en línea y le mandó un mensaje:
Hola, le escribo en el chat.
Pasan unos minutos y el comienza a escribir:
Hola, me contesta. Su respuesta me emociona mucho.
¿Cómo has estado? , le pregunto inmediatamente.
¿Qué habrá hecho desde que no nos vemos hace un mes? Nunca había estado tanto tiempo sin saber de él.
Comienzo a ver que escribe. Se demora un poco.
¿Tantas cosas habrá hecho?
Lo de siempre, por fin me contesta flojamente.
Suspiro.
Esperaba una respuesta más descriptiva.
¿Y tú?, me pregunta.
Le comienzo a dar una descripción detallada de mi vida. No lo puedo evitar.
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¿Ah sí? Que interesante, contesta.
Siento que lo hace por compromiso. Debo responderle algo que llame su atención, quiero platicar más con él. Pero antes de que termine de escribir él lo hace:
Me acaban de reportar un problema. Lo siento, te escribo luego, se despide y se desconecta del chat.