Para tener un mundo lleno de opresión, solo se bastaba de acortar la vista de la gente y enseñarles lo mínimo para que este siempre a tu poder.
Un mundo pintado de negro fue el mundo en el que Son Dongmyeong creció, pero este sería cambiado por un j...
Sus pies se sentían cada vez más pesados. No recordaba el camino, y su cuerpo ya no daba más.
Descanso unos minutos para volver a retomar su andar para cuando la melodía volvía a aparecer. Sus pasos se volvieron más seguros hasta encontrar aquel lugar.
Ahí se encontraba denuevo aque hombre. Y había alguien más. Se escondió mientras esperaba que terminara la coversación.
ㅡEs todo lo que encontre hyung.
ㅡNo me mires asi, esta perfectoㅡclaramente esa era la voz del hombre de las cuerdas. La diferencia entre las voces era grande, ya que una era más madura que la otraㅡPuedes irte, yo lo arreglo.
Las pisadas del visitante se empezaron a alejar mientras el hombre arreglaba algunas cosas en su pared para hacer música. Una vez todo en orden, retomó su trabajo.
Pasaron unos minutos y Dongmyeong seguía pensando en su mente como acercarse, pero ya se le habían adelantado.
ㅡCuanto te pagaron para venir.
Aquel hombre se encontraba detras de él, con el ceño fruncido y sus brazos cruzados. Estaba molesto.
Dongmyeong se levanto rápidamente para pedir perdon.
ㅡ¡N-nadie me pago! Yo solo...la música que tocas me trajo hasta acá.
El contrario relajo su rosto, mostrando un poco de sorpresa, hasta felicidad.
Ahora que lo analizaba bien, le ganaba por unas tres cabezas y en su cuello se veía un tatuaje rojo de una bella rosa. Nadie usaba tatuajes en la ciudad.
ㅡ¿Puedo ver tu identificación?
ㅡ¡A-ah! claroㅡel moreno busco en su bolso y le acerco la tarjeta cob todos sus datos, indicando su nombre, edad, trabajo.
ㅡAsi que Son Dongmyeong, como es que llegaste.
ㅡBueno...rompí una pared de mi cuarto.
El contrarió lo miro sorprendido, por lo que el menor le explicó lo que había vivido las últimas semanas, hasta llegar a la situación en la que estaban.
El hombre no hacía más que reir, deleitado por la situación. Dongmyeong se sintió expuesto, cosa que vió el contrario, por lo que suavizo su mirada y le respondió.
ㅡMi nombre es Jin Yonghoon. Trabajo en la red del metro. La música...es la única forma que tenemos para escapar de ese horrible mundo bañado de negro, ¿sabes?
El moreno asentía mientras escuchaba su historia. El hastío por repetir todos los días la misma rutina, estar sumido en la opresión del estado, y lo infeliz que lo hacía.
Pero Yonghoon le traía pasión al mundo junto a su armoniosa voz, y lograba pintarlo de rojo todas las mañanas junto al sol.
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