Para tener un mundo lleno de opresión, solo se bastaba de acortar la vista de la gente y enseñarles lo mínimo para que este siempre a tu poder.
Un mundo pintado de negro fue el mundo en el que Son Dongmyeong creció, pero este sería cambiado por un j...
El gran muro que había mostraba perfectamente que la cuidad era un Domo enorme en que vivía todo el país. Pero detrás de este, un sin fin de colores habitaban.
La tierra, los charcos de agua, todo indicaba que había vida en aquel lugar.
Los pasos de Dongmyeong eran lentos, ya que estaba analizando toda la nueva información que llegaban a sus ojos.
No había mucho movimiento por la zona, pero el fresco viento golpeando en su cara era reponedor y lo llenaba de vida.
Sus pies lo llevaron hasta un pequeño arbusto donde habían diferentes tipos de rosas. Rojo, rosado, blanco, colores nunca antes vistos por los ojos del joven. Tomo una de estas para disfrutar de su aroma y mirarla con más detalle. La belleza de la flor era indescriptible.
Abrió su bolso y la guardo, para llevarla de recuerdo.
Derepente el ruido del viento que llegaba a sus oídos comenzó a traer un nuevo sonido, la misteriosa melodía. Y no solo era esta, sino tambien la voz de alguien.
Empezó a seguir aquel sonido entre el gran terreno en el que se encontraba.
En su mente aún no entendía como alguien sería capaz de privar al mundo de tal belleza, pero a veces solo quedaba vivir en la vida de otro siendo controlado como una marioneta.
Dongmyeong no sabe cuanto camino, pero sus pies ya dolían. Se sento en una roca que había cerca de un charco, y vio su reflejo en este. Sus facciones eran bellas, no había ningún problema en su piel, era perfecto. Pero no era perfecto para él.
Incluso el verde pasto que pisaba su pie tenía más vida que esos ojos cafés.
Una vez descansado, volvió su andar, hasta topar con una pequeña casa.
Más bien era una especie de block de un departamento echo de cemento, donde toda una pared se había derrumpado y había una ventana en la pared de al lado.
Una figura alta se veía por aquel agujero.
Sus dedos tocaban unos finos hilos que iban de lado a lado en la pared derrumbada y de su voz surgía aquella melodía tan hipnotizadora.
Dongmyeong iba acercando su cuerpo para mirar con más detalle aquella escena, pero su pie piso una rama, interumpiendo la pieza que tocaba el hombre desconocido.
ㅡ¿Hay alguien ahí?ㅡaquel hombre se volteo para mirar por la ventana. Dongmyeong logro esconderse y lentamente empezar a caminar por donde llego.
Una vez llegó a al agujero que creó, entro nuevamente a su cuarto y tapó con unas cajas de zapatos la entrada.
Salio del armario y miro la hora, eran las 19:37.
Revisó la pantalla que había delante de su escritorio, un mensaje del trabajo.
》》》》》》》》》》》》》》》》》 11:00
SON DONGMYEONG AUSENTE
ADVERTENCIA NÚMERO UNO
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En este mundo, cualquier falta al trabajo levantaba un temor en los dirigentes del país. Dongmyeong jamás entendió aquello, hasta que vio lo que había ahí afuera.
Tendría que excusarse con que se enfermo, y estaba tan mal su condición que durmio todo el día para reponerse, solo así no lo investigarían.
》》》》》》》》》》》》》》》》》 19:42
SON DONGMYEONG CAUSAL AUSENCIA
1)ENFERMEDAD
TIPO ENFERMEDAD 1)PASAJERA
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Se quito sus zapatos y reviso su bolso para ver nuevamente la rosa.
Dentro de este no habían nada más que una flor destrozada, casi como si fuerza ceniza, porque no importa que tan bello sea el mundo, al final siempre todo se pintaba de negro.
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