Para tener un mundo lleno de opresión, solo se bastaba de acortar la vista de la gente y enseñarles lo mínimo para que este siempre a tu poder.
Un mundo pintado de negro fue el mundo en el que Son Dongmyeong creció, pero este sería cambiado por un j...
Una semana paso desde que Dongmyeong salió del negro mundo en el que se encontraba sumergido, y más que nunca necesitaba una excusa para poder salir denuevo sin levantar sospechas.
Tenía que pensar en algo más elaborado que un simple resfriado para salir.
Se acerco a la pantalla táctil y busco con que excusarse. Su cerebro se encendió, sonó la alarma y se dirigió al trabajo.
Son las 14:00,hora del almuerzo. Se dirige a la cafetería como todos los días, pero escoge un menú distinto al de todos los días. Son Dongmyeong iba a enfermarse del estomago para ganar una semana libre.
Era la excusa número dos del listado.
Termina el almuerzo, vuelve a su puesto. Trabaja tranquilamente hasta que el dolor llega a su cuerpo. Los quejidos se hacen presentes y llega el jefe de su zona para revisar.
Van camino al hospital.
Una camilla blanca, cielo blanco, paredes grises, todo era deprimente, pero debía fingir estar aún más adolorido para lograr escapar.
Una, dos, tres veces pregunto el doctor, hasta que porfin cedió y escribió la prescripción.
En aquel cruel mundo, estaba prohibido faltar al trabajo, por lo que habían miles de reglas para poder salvarse de este sin ser castigado.
Ya son las 17:03.
Dongmyeong esta en su pequeño cuarto mientras toma sus pastillas y calma su dolor. Busca entre sus cosas y saca su libreta, gasta el tiempo en dibujar que se encontrara mañana mientras espera a que sus ojos pesen para ir a descansar.
La luz del agujero vuelve a abrir sus ojos, indicandole de que ya es de día denuevo.
Abre el armario, se viste, toma su bolso y abre la entrada creada hace unos días atras.
Ahora si, iba a descubrir que escondían esas cuatro paredes de la otra vez.
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