Capítulo #70: "¿Qué es?"
Andrea
Ha pasado un mes desde que me mudé junto a Jey a nuestra nueva casa, es gracioso como algunas parejas tienen problemas para adaptarse a estas situaciones, pero bueno, técnicamente Jey y yo hemos vivido en una misma casa hace mucho tiempo.
— Buenos días, idiota —digo mientras acaricio su cabello.
— Buenos días, tonta —Mi novio se abraza a mi torso mientras yo duermo boca arriba, traza pequeños curculitos sobre mi panza y sinrío.
— Iré a ducharme, ¿vienes? —pregunta y cierro los ojos, dejando de acariciarlo y él ríe—. Hazte la dormida.
Río bajito — Me di una ducha hace una hora, mientras dormías, voy a descansar un rato más.
— De acuerdo —besa mi frente y se pone de pie.
Aún con los ojos cerrados escucho la puerta de la habitación cerrarse y mi mente ríe maligna mientras me pongo de pie.
Camino en puntas y abro la puerta despacio, paso por el pasillo y frente a la puerta del baño sin hacer el más mínimo sonido mientras oigo la ducha y la voz de Jey torturando la letra de alguna canción con voz de macho al matadero.
Llego a la cocina y abro el grifo con el agua caliente.
— ¡Tonta! —exclama Jey desde el baño y me parto de la risa lo más bajo que puedo.
Regreso a ni habitación y me siento como el tigre dientes de sable en "La era de hielo 3".
<Puntitas, puntitas.>
Suelto una risita bajista ante mis pensamientos cuando voy a pasar frente al baño.
— ¡Ah ah! —chillo cuando un agarre en ni muñeca me obliga a entrar al baño cuando la puerta se abre y de un momento a otro me veo acorralada contra la puerta y unos ojos azules oscuros me atrapan.
— ¿Te gusta provocarne tonta? Quiero ver cuando ya no tengas fuerzas para soportar más orgasmos —dice su voz oscurecida por el deseo y antes de que pueda decir algo su boca estampa la mía y su lengua se abre paso entre mis labios cuando un jadeo por mi parte es inevitable al sentir su piel fría por el agua contra mi cuerpo caliente y deseoso.
Mi piel se eriza cuando sus manos aprietan mis senos y gimo al sentir su lengua recorrer la piel de mi cuello, ahora más que nuca estoy sensible a cualquier contacto, cada uno es multiplicado por mil en mi cuerpo.
— Te amo, idiota —gimo al sentir sus manos en mi intimidad.
— Te amo, tonta —dice contra mi piel, mientras me da el placer que nadie jamás podrá darme.
(...)
Jey me carga en brazos hacia la habitación y me deja sobre el colchón.
— Sabes que me cobraré la broma ¿cierto? —susurra a mi oído.
— Oh, lo de hace rato no era el cobro.
Él ríe bajito y se separa de mí — Sólo una parte.
Me muevo sobre el colchón hata abrir un gaveta al lado de la cama y tomo un secador de pelo, me coloco tras Jey y comienzo a secar su cabello, sé que tiene sus ojos cerrados.
Un par de minutos después su cabello está limpio y me hace una ceña para que me voltee, obedezco y él ahora es quien comienza a secar mi cabello.
En esta posición puedo ver mi cuerpo en ropa interior a través del espejo, mi barriga ya ha tomado su volumen, no es muy grande pero se nota el embarazo. Sobo mi barriga y me miro preocupada, hasta que la mano de Jey se coloca sobre la mía y besa mi cuello, sacándone de mis pensamientos de agobio.
— ¿En qué piensas? —pregunta sentándose tras de mí, dejándome sentada entre sus piernas.
— En nada —aseguro y le veo rodar los ojos por el espejo.
— Ani, en serio piensas que te creeré, escúpelo —ordena.
— Es sólo que...—suspiro—. ¿Que pasa si mi cuerpo sufre un gran cambio luego de que nazca? ¿Y si me quedó gorda y encuentras a una chica que...?
Su gran mano tapa mi boca y su lengua recorre la piel de mi cuello, hasta llegar al lóbulo de mi oreja, deja su aliento frío escapar y me erizo.
— ¿Dónde demonios quedó la Andrea segura de sí misma que conozco? —pregunta a mi oído y me estrecha contra su cuerpo —. Eres perfecta tal y como eres, y esa pequeña pancita es causa de todo lo que provocas en mí y no te lo vuelvo a demostrar ahora porque debes estar adolorida.
Trago en seco y lo siento sonreír sobre mi piel, soba mi barriga y besa mi cuello.
— Para mí jamás habrá mujer más hermosa que tú, mi contrincante, mi mayor molestia y la madre de mi hijo.
Sonrío como boba enamorada y me recuesto sobre su pecho mientras él se balancea un poco de un lado a otro, cierro mis ojos disfrutando de su calor.
— Mañana sabremos que es —Le recuerdo—. Lo sé —dice en un susurro.
— No vayas a llorar —Me burlo y él bufa.
Cuando fuimos a escuchar los latidos del corazón de nuestro bebé por primera vez Jey lloró como nunca mientras me abarazaba y besaba.
— Es que me emocioné —replica con un puchero.
— Y dicen que la sensible debe ser la embarazada —río bajito y le veo rodar lo ojos—. No te preocupes Jey, te amo idiota sensible y llorón.
— ¿Debo alagarme u ofenderme? —dice arqueando una ceja.
— Tómalo como quieras —canturreo.
(...)
— ¿Y? —preguntan a coro nuestros amigos junto a nuestros padres al vernos salir de la consulta.
— Es... —Jey hace una oausa dramática.
— chan chan chan chan —hago como si tocara un piano.
— Niña —decimos ambos al unísono y todos gritan emocionados.
— Paga amor mío —dice divertida Melisa y Miguel le da cien dólares.
— ¿Cariño? —Mi madre y Maité extiende su mano hacia mi padre quien les da 100 dólares a cada una.
— ¿Cómo pudiste ganar?
— ¿Hicieron una apuesta? —pregunto ofendida.
— Negocios son negocios amiga —Isa se encoje de hombros y niego con la cabeza.
— Regreso ahora —aviso y me aparto de ellos dirigiéndome al baño.
Hago mis necesidades y me lavo las manos, observo mi reflejo en el espejo y sonrío.
— Eres una niña —murmuro mirando el pequeño bulto que hace mi pancita sobre la blusa escotada gris.
Abro mi bolso para sacar el brillo labial y veo aquella caja negra que contenía mi pequeño tesoro, y ya era hora de que estuviese con su dueño.
Salgo del baño y observó a Jey recostado de la pared.
— ¿Y los demás? —pregunto.
— Los mandé a casa —dice con una sonrisa traviesa, como un niño cuando logra tomar del frío el postre sin que sus padres se percaten.
Me encojo de hombros — Así mejor , quería que fuésemos a un lugar —digo.
— Iremos a donde quieras luego de ir a donde tengo planeado.
— ¿Tenían un lugar a donde ir antes? —pregunto, no me había comentado nada.
— Si, y es importante, vamos —toma mi mano entrelazando nuestros dedos.
— Vale, tú ganas.
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Seguimos en Guerra
JugendliteraturSinopsis: Luego de la separación de Jey y Ani cada uno siguió con su vida, fingiendo que todo está bien, claro, que después de todo "estoy bien" es la mentira más usada. Pero el destino aún les tiene guardado una sorpresa a ambos. La vida se la jugó...