Capítulo #35: "Defensa"
Andrea
Me despierto cuando el sonido de mi maldito timbre se hace presente. Sonrío al ver a Jey abrazado a mí quien frunce el ceño por el ruido. Me pongo de pie y tomo una bata para ponerla sobre mi ropa interior.
Voy hasta el intercomunicador, y bufo molesta, al ver frente a mi puerta a Ava. Esta chica no tiene límites.
Abro mi puerta y entra encolerizada.
— ¡Eres una maldita! —grita—. ¡Por tu culpa Joseph se fue! ¡Se fue de mi lado! ¡Me los has quitado!
Ruedo los ojos — No es mi culpa que seas tan baja como para seguir en esto, incluso mentiste con un hijo, eso ya es pasarse ¿Qué pensabas qué ocurriría cuando se enterara? ¿Qué te reiría la gracia? —digo molesta.
— Es que no lo mereces, jamás lo has merecido —responde ella.
— Mira quien lo dice, la mentirosa, la que utiliza la debilidad de Joseph para su beneficio —contraataco—. Hazme el favor y piérdete, sube un poco tu autoestima querida, lo único que sé es que eres una ridícula y baja, tente más valor, es...
Una cachetada a mi rostro y cierro mis ojos con fuerza, siento los pasos de Jey acercándose y levanto una mano dándole la señal de que no procediera por lo que se detiene.
— No te metas en esto —Le dije y miré a la chica quien hervía en furia —. No he visto persona más baja que tú.
Di un vuelta, y en ese momento volví a voltear y con impulso le pegué un puñetazo en su rostro haciéndola trastabillar.
Ella se recompuso y tiró el primer puñetazo, el cual esquivé, me mantuve en su lado derecho obligándola a que sus ataques fuertes fueran con la zurda por lo que le resultó más difícil, lanzó una izquierda que falla e inmediatamente un puñetazo a su estómago sin dejar procesar el movimiento.
Vaciló casi cayendo, hacia atrás, y me lancé hacia ella haciéndola caer y dándole puñetazos, ella rasguña mis brazos y yo rompo su nariz.
<Desee hacer esto hace tanto>
Jey sujeta mis caderas levantándome de sobre la chica y me pone tras él girándose de lleno hacia ella.
Trato de esquivarlo y volarle arriba nuevamente a la despreciable persona que tengo enfrente y él me detiene colocando una mano en mi cintura.
— ¡Ava, lárgate de una vez! —exige
— Ella...
— Si no te vas ahora mismo mostraré las cámaras de seguridad donde se ve claramente cuando golpeas primero y perderás todo, creeme, largo.
Nos retamos con la mirada y enojada tomó su bolso que está en el suelo y miró a Jey.
— Cuando salgas por esa puerta no me volverás a ver —advierte.
— Cierra la puerta cuando salgas —Le responde y sonrío altanera.
En eso llega el guardia y hace una inclinación — Lo siento mucho, es muy escurridiza, no la encontraba, ella voltea y el guardia inmediatamente mira a Jey quien levanta las manos en inocencia y me señala.
— Llevesela —ordenó.
— Puedo caminar sola —responde ella cuando este quiere sujetarla y se marchan. Cierro la puerta y estoy dispuesta a volver a mi cama, cuando Jey me voltea por la cintura y besa mis labios, con fuerza.
Mi respiración comienza a cortarse cuando sus manos viajan por mi cuerpo.
— ¿Quién rayos dijo que necesitabas guardaespaldas? —pregunta divertido
Sonreí orgullosa — Lo que bien se aprende nunca se olvida —respondo.
Me encanta que mi novia me defienda —va a besar mis labios y lo detengo colocando una mano sobre su boca.
— ¿Quien dijo que soy tu novia? —pregunté divertida y me miró incrédulo.
Su lengua recorre la palma de mi mano y la quito asqueada.
— Lo dice tu cuerpo, tus ojos, tus gemidos y yo, ¿quieres más?
Niego con la cabeza y me carga en brazos — ¡Hey! —protesto.
Me tira en la cama y besó mi cuello, su mano da un apretón a mis muslos.
— Jey, es tarde —Me quejo.
— No hables, verte pelear de ese modo me ha prendido —Sus besos van a mis pechos y succiona—. Me encanta la Andrea agresiva.
— Pues a mi no me gusta sacarla —volteo sobre él y me detengo sobre sus labios, besándolo.
Me inclino hasta un cajón y saco una esposas de este, me mira incrédulo.
— ¿Qué? Necesitaba un repuesto, de esta no podrás liberarte —digo con gesto inocente.
Me arrebata aquello y me voltea, haciendo que quede en cuatro, y su cuerpo se extiende sobre el mío, sujeta mis muñecas al frente y me encadena al cabezal de la cama, lo hizo tan rápido que no pude reaccionar.
— ¡Jey! —Me quejo al ver que he caído en mi trampa.
— Hoy es mi turno —dice y besa mi espalda, bajando sus besos hasta que su lengua recorre mi tatuaje y jadeo, palmeó mi trasero con fuerza —. Hoy tú me obedecerás.
(...)
Han pasado tres días y mañana es la boda de Melisa, está súper nerviosa y pone de esa manera a quien se le acerca, y yo necesito practicar la coreografía de la próxima semana si quiero asistir a su boda, la verdad es que es bastante complicada, o por lo menos para mí.
Jey entra a mi casa ya que había ido a buscar ropa, básicamente está viviendo conmigo. Llega y me sonríe mientras el timbre de mi teléfono se escucha en mi oído, le lanzó un beso y sonríe, deja su mochila sobre la mesa.
— Miguel, ¿ya cancelaste mi horario para mañana?...¿Qué? No...Miguel, puedo hacerlo yo sola.. —suspiro cansada ante su respuesta y miré a Jey dirigiéndome a él—. Idiota ¿No tengo más nada hoy cierto? —pregunté, son las siete de la tarde, hoy salí temprano, pero al parecer tendría que volver a la empresa, niega con la cabeza y vuelvo a la llamada—. Vale, dile a Hugo que puedo estar ahí en...
Jey quita mi teléfono y se lo pone al oído, molesto — Dile a ese imbécil que Andrea no puede asistir, yo me ocuparé de que esté preparada —Tras decir eso colgó.
— ¡Idiota! —Lo regaño.
Se inclina hasta que su rostro queda a la misma altura que el mío — No permitiré que otro hombre toque a mi tonta, solo yo puedo sujetar esas caderas.
Nota de la Autora:
Ani peleando con Ava, es otro nivel...
Ame este capitulo porque me encanta ver a Ani defendiendo a su hombre.
Jey acelerado porque Ani golpeó a Ava, me encanta. Me encanta ver estas escenas. Celoso mi hombre.
Tengan lindo dia, besos,
Lori.
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Seguimos en Guerra
Novela JuvenilSinopsis: Luego de la separación de Jey y Ani cada uno siguió con su vida, fingiendo que todo está bien, claro, que después de todo "estoy bien" es la mentira más usada. Pero el destino aún les tiene guardado una sorpresa a ambos. La vida se la jugó...