Prólogo

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Henrik

— Recluta número 389, saliendo — dice un oficial de cabellera oscura y barba. Su arma colocada en la parte izquierda lo que me hace pensar en que es zurdo.

— Aquí está todo con lo que has llegado — una mujer mayor que tiembla al hablar me entrega algunas de mis cosas. Un anillo color plateado, una pulsera y mi cartera. Lo abrí para observar la fotografía de ella.

Su cabello y ojos café, sonriente como siempre y por inercia sonreí de manera malévola.

<Voy a encontrarte, querida>

(...)

Dos meses. Dos putos meses para saber toda tu rutina, encontrar toda tu información y por fin poder cazarte.

Abrí la puerta de mi departamento en Corea del Sur. He tenido que mudarme para poder seguir su rastro, pero por fin lo tengo todo.

Lo que necesito ya está en mi cabeza.

Una de las paredes de mi habitación está llena de posters. Solo de ella. Su cabello a cambiado mucho. Ahora es rubia pero esos ojos cafés brillantes no han cambiado.

Ahora todos la conocen por su nombre artístico: "Karys"

Muy ingenioso: "Guerrera" en latín.

Sonrió al ver esa cantidad de fotos de ella, muchos cambios de ropa, de color de cabello en los últimos años. Siempre viéndose mejor que la última vez.

Acaricio una de las imágenes.

— Pronto te tendré a mi lado, como siempre debió ser — relamí mis labios con deseo de besar los suyos una vez más.

<Serás mía Andrea Milton>

———
Nota de la autora:

Aquí el prólogo de este libro que nos dejó sin estabilidad en su primera parte. Y si, a mi también. Pero es hora de recuperarla, ¿o no?

Seamos positivos y crucemos los dedos para que esta vez todo vaya bien.

Besos,

Lori.

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