Capítulo #73: "¡No me gusta nada!"
Joseph
Bueno, las fiestas jamás han sido lo míos, pero como a Ani le hacen una fiesta. Los chicos decidieron hacerme una.
Anthony, Leroy, Ben, Matt, Miguel y yo estamos en un bar cerca del centro. Una botella de whisky está frene a nosotros. Ya hemos bebido una botella cuando la puerta es abierta.
— Oh, ya llegaron — dice Ben feliz al abrir la puerta. No le presto mucha atención.
Pero en segundos tres mujeres con cuerpos prominentes están frente a nosotros vestidas como policías sexis.
Sus vestidos son diminutos, no cubren a penas dos palmos de piel. Sus faldas diminutas cubren menos que esos short que amo que use Ani en casa.
Me pongo de pie por instinto.
Pero una de las chicas me empuja quedando encima de mi. Veo cómo mueve sus caderas encontrar de mi regazo. Otra de acerca a Matt y hace lo mismo. Veo el desconcierto en su mirada.
Leroy niega con la cabeza cuando una de las chicas se acerca a él. Anthony no espera dos segundo para besarlo haciendo alejar a la otra chica pero Ben toma su mano y la acerca a él para bailar con ella en la pista.
Yo por más de dos minutos me quedo mirándola con cara de "Aléjate por favor" pero no hago nada.
— Deja esa cara y disfruta de estas chicas — Ben le golpea en el trasero a una y me quedo helado. Oh por dios si alguien le pegase así Andrea que no fuese yo me daría un infarto.
— No, yo no haré eso — me quejé irritado.
Ben se ríe.
— Pues seguro tú futura esposa si que lo esta haciendo.
Pero un ruido en la puerta me hace sobresaltar y me obliga a no responder. Un chico vestido con menos ropa que la chicas me hace ponerme de pie.
— ¿Que haces aquí?
— ¿Eh? Yo... me he equivocado.
Dice pero ya es muy tarde, estoy frente a él. Conociendo a Tays se que tuvo la misma idea de Ben. Así que hoy mataré a alguien.
El camina por el pasillo hasta abrir otra puerta cerca de la nuestra. Me meto tras él.
— Apártense — escuché la voz de Andrea desde la entrada.
— Relájate linda, lo disfrutarás — dice un chico igual que el otro que a ido a nuestro salón, lleva esa poca ropa y la misma cara de satisfacción. Lleva su mano hacia su rostro pero antes de que la ponga sobre ella ya lo he detenido.
— Tócala y te quedas sin una muñeca por más de un mes — escupí con asco y odio en mi boca — Ustedes, aléjense de mi prometida.
— ¿Eh? — dijeron algunos pero todos se apartaron al verme la cara de "te voy a matar".
— Jey yo....
Intento hablar pero no continuó.
Vamos, no puedo reclamarle cuando también se que ella no tenía ganas de una fiesta de soltera.
— ¿Nadie te ha tocado? — pregunté aún cuando los observaba uno a uno. Y por último las miradas de las chicas desde la barra.
— No — ella negó con la cabeza.
Me apresuré a hacerlos salir. A todos, incluyendo a todas las chicas.
— Ustedes, vayan a la otra sala, están los chicos por ahí — me gusta formar el caos. Pobre Isa y Miguel. También pobre Ben y Matt.
Cerré la puerta y puse seguro antes de entrar hasta quedar frente a mi prometida. Que lleva un vestido precioso.
— Si tanto querías el bailar deberías habérmelo pedido, Andrea — la voz se llenó de oscuridad cuando la vi así vestida y en ese lugar tan lejos de todos.
— Bueno. Ya que no lo he obtenido, te lo pediré a ti.
— Genial — la empuje haciéndola quedar sentada sobre el sillón con las piernas ligeramente abiertas.
Relamí mis labios. Una música en tono bajo suena de fondo y queda perfecto para hacer un baile sexy.
Muevo mis caderas al ritmo de la música y me dejo palmear cuando quedo de espalda. Quito mi camisa botón a botón frente a ella dándole una buena vista de cada uno de mis abdominales marcados.
— Esto si que está bueno — dice ella con una sonrisa y relamiendo sus labios.
— Si, mucho mejor que todos esos — entrecerré mis ojos.
Quite el botón de mi pantalón dejando ver los bóxers oscuros que portaba.
Ella pasó su mano por encima y ya comenzaba a tener volumen.
La puse pie. Colocando ambas manos sobre su trasero.
— Esto si que está mejor que esas mujeres con poca ropa — dije con una sonrisa sobre su espalda cuando la besaba.
— ¿Quienes? — ahora ella fue quien entrecerró los ojos hacia mi.
— Ben las busco. Salí antes de que se quitasen más telas.
Ella esbozó una sonrisa tirándome hacia el sofá.
— Si querías un baile privado debías haberlo pedido — dice ella burlándose por lo que yo también le dije.
— Bueno, te lo pido ahora — le seguí la corriente.
La vi quitarse el sipper del vestido, dejando que éste cayera.
Trae un juego de lencería negro con detalles en plateado. Me pongo de pie dejando caer el pantalón y ambos con tan poca ropa bailábamos contoneándonos por todo el salón.
Hasta que el volumen bajó mi bóxer era verdaderamente grande y difícil de ocultar.
— Ven aquí — dije palmeando su trasero y haciendo que su espalda se arquee para mi.
La ayude a sentarse antes de abrir sus piernas para arrodillarme frente a ella. Mi lengua recorrió la parte interior de sus muslos, beso y jugó con su parte más sensible haciéndola temblar en mis brazos.
— ¡Jey! — la escuché gemir mientras jalaba mi cabello para que no me separase de ella.
La acosté en sofá boca abajo y me tendí sobre ella. Apreté su trasero antes de colocarlo en su entrada.
— ¿Quieres qué hoy te recuerde porque te vas a casar conmigo? — le pregunté con una sonrisa.
— Mejor comiénzame a recordar porque nunca me voy a separar — ahí le has dado cariño.
Di una estocada furtiva dentro de ella haciendo que todo su cuerpo se tensase. Una y otra vez. Joder, su cuerpo siempre se sentía caliente y apretado.
— ¡Por favor! — pedía más rapidez, amo provocarla con cada movimiento lento.
La complazco con movimientos más rápidos y fuertes que la hicieron morder el cojín frente a ella.
Tomé una botella de alcohol de encima de la mesa dejándolo sobre su espalda. El frío líquido sobre ella la hizo temblar.
Lo bebí con rapidez.
Unos segundos después la ayude a acostarse esta vez quedando frene a frente. Tomé un cubo de hielo en la boca recorriendo todo su cuello, pecho hasta llegar a sus pezones duros.
— Oh Jey — suplico con los ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás.
— Vamos, Andrea dímelo — se que tenía algo que decir que no era capaz.
— Quiero que me hagas tuya cada día de mi vida.
— Será un placer, prometida.
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Seguimos en Guerra
Dla nastolatkówSinopsis: Luego de la separación de Jey y Ani cada uno siguió con su vida, fingiendo que todo está bien, claro, que después de todo "estoy bien" es la mentira más usada. Pero el destino aún les tiene guardado una sorpresa a ambos. La vida se la jugó...