𝐗𝐕. 𝐀 𝐓𝐚𝐥𝐞 𝐨𝐟 𝐓𝐰𝐨 𝐁𝐫𝐨𝐭𝐡𝐞𝐫𝐬

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Abrió sus ojos, después de un sueño que lo sintió tan largo como la misma eternidad.

Lo último que Junhui recordaba era un cielo pálido, una luz atravesando las nubes, y la sensación de la nieve como una cobija cuando cayó sobre ella.

El color blanco predominando. El cosquilleo de su corazón.

—Fui con el unicornio... Le pedí su sangre... Me la dio... Y después de eso...

Junhui se sentó de inmediato, lanzando las colchas a un lado.

—¡Wonwoo!

Bajó de la cama, sin ponerse las botas, los pies descalzos recogiendo el frío. Estaba en la habitación en la que había despertado cuando fue rescatado por los mineros.

Cuando las memorias volvieron a él no tuvo más opción que salir del cuarto, sin prestar atención al pobre Chan que casi se cae de la silla en donde había hecho guardia del príncipe fuera la habitación.

Junhui corrió y detrás de él Chan apenas pudo decir su nombre.

Salió y la nieve cubría la hierba que antes se mostraba sin ese albo manto. ¿En qué momento había nevado tanto?

Corrió por el camino que ya antes había recorrido. Pisó la nieve descalzo, con sus ligeras ropas que no lo podían proteger del frío. Pero al joven príncipe eso no le importaba.

Vio la otra cabaña a la que se acercaba con prisa, sin poder esperar más.

Algo dentro de él lo atraía hasta allá. Sabía que sus pies no se equivocaban de camino.

Abrió la puerta y entró. Soonyoung y Jihoon estaban en la sala y lo miraron sorprendidos. Seokmin también se encontraba ahí.

—¿Ju-

El príncipe los pasó de largo, sin darles ni una mirada pues sólo tenía una cosa en mente. Avanzó por el corto pasillo, pero se detuvo antes de entrar a la habitación.

Puso la mano en el pomo y se mantuvo unos segundos ahí, de pie simplemente, con la respiración agitada, con el corazón latiendo en sus oídos, martillando su pecho.

"¿Y si no ha despertado?"

Le dolió internamente el simple hecho de pensar en eso. Pero confiaba en que todo había salido bien.

Cerró sus ojos con fuerza y abrió la puerta, entrando rápidamente, prácticamente tropezando hacia delante.

Un par de ojos oscuros lo miraron.

Ahí, en su cama, lúcido y vivo, Wonwoo lo miró.

Lo qué el cazador vio fue al príncipe entrar repentinamente con las mejillas rojas por el frío, resaltando en su pálida piel. Los ojos de luna llena comenzaron a brillar, se acumularon las lágrimas tan rápido como los copos de nieve caen.

Las rodillas de Jun temblaron, no tuvo más opción que abalanzarse hacia delante.

Y Wonwoo tampoco tuvo más opción que aceptar en sus brazos al joven que lo sostuvo con fuerza, mientras pronunciaba su nombre entre un llanto de alivio y alegría.

Junhui no lo había notado, pero Joshua estaba en la habitación. El mago se puso de pie y le sonrió a Wonwoo con cordialidad, bajando la cabeza, para después darle un guiño al cazador y retirarse de ahí, dejándolos solos en su reunión.

Wonwoo no se esperaba tal reacción, sin embargo no pudo evitar sentirse conmovido. Junhui lloraba en su pecho y él lo sostenía muy cerca, tratando de calmarlo.

No confiaba mucho en su voz desde que había despertado, lo cual había sucedido apenas unos veinte minutos antes.

Cuando abrió sus ojos, vio el rostro de Joshua, que le explicó rápidamente las razones por las cuales seguía vivo y había despertado.

The Prince And The Hunter (WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora