𝐗𝐕𝐈𝐈. 𝐀 𝐌𝐚𝐠𝐢𝐜𝐚𝐥 𝐁𝐨𝐧𝐝

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El bosque nevado, pero más tranquilo ahora.

Junhui se apoyaba en Wonwoo, tratando de ignorar que la cercanía del cazador lo ponía nervioso.

Nunca antes se había sentido así cerca de una persona.

La calidez de Wonwoo era muy evidente por el contraste del frío invernal. El fuerte brazo rodeando su cintura, sujetándola con firmeza.

El brazo del príncipe sobre los hombros anchos del cazador para tener un apoyo.

Su pierna había comenzado a arder y no entendía por qué. Primero el sangrado, luego aquella imagen. Ahora el ardor y el dolor.

Caminaron a su paso hacia la cabaña.

Junhui seguía contemplando contarle a Wonwoo lo que había visto acerca de Minghao, pero no quería preocuparlo sin estar seguro de lo que realmente sucedía con el médico, querido amigo del cazador.

—Wonwoo —Lo llamó después de que sólo se escuchaban sus respiraciones de esfuerzo y el vaho por el frío alzándose al cielo.

—¿Hmmph? —El mayor alzó las cejas hacia él—. ¿Qué pasa?

Junhui no podía mirarlo directamente, por su cercanía. Se sentía tímido.

Si giraba su cabeza en la dirección del cazador, sus rostros no tendrían más de 5 centímetros de separación.

—¿Crees que pueda enfrentarme contra Jeonghan? Ni siquiera me sé defender físicamente, ¿cómo lo haré con la magia que acabo de descubrir y no sé controlar? —dijo, con preocupación e inseguridad.

Wonwoo observó las bellas facciones plagadas de angustia.

—Que enfrentes a Jeonghan no tiene que ser algo inmediato, no vamos a dejar que nuestro príncipe vaya sin estar preparado —respondió con su voz profunda, buscando tranquilizar al joven. Miró hacia abajo y vio una gota carmesí caer en la límpida nieve, pues Jun seguía sangrando. Frunció el ceño—. No te vamos a dejar solo.

Junhui intentó sonreír, pero seguía sin estar seguro. Wonwoo notó su mueca.

—Jun, te voy a enseñar a pelear. A defenderte, más que nada.

El príncipe lo miró sorprendido, girando su rostro hacia él.

—¿Me vas a enseñar a pelear?

El cazador sonrió de lado.

—Claro, es de las pocas cosas que sé hacer bien, y aunque no me enorgullezco, no podrías tener mejor maestro —dijo, con un poco de arrogancia que a Junhui le pareció atractiva.

Sus mejillas ardieron con ese pensamiento, pero sonrió de todas maneras.

—¿De verdad? Creo que soy un caso perdido —rió suavemente—. No sería capaz de dar un golpe decente a alguien más.

El cazador negó con la cabeza, sonriendo de nuevo con adoración.

—Eso ya lo sé, sólo te enseñaré a defenderte. ¿Está bien con eso, príncipe?

El chico desvió su mirada a la nieve y asintió.

—Está bien, confiaré en ti, cazador de Yabbay, para que me hagas un poquito fuerte.

El mayor miró el rostro gentil de Junhui, con las cejas bajas.

—Fuerte ya eres, sólo necesitas confiar más en ti —dijo, mirando hacia delante y viendo la cabaña grande de los mineros.

Junhui suspiró. ¿Confiar en sí mismo? Más fácil decirlo que hacerlo.

Chan abrió la puerta al verlos desde la ventana. Notó la pierna sangrando de Junhui y puso un gesto preocupado, regresando adentro para llamar a Joshua.

The Prince And The Hunter (WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora