𝐗𝐈𝐗. 𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐥𝐢𝐳𝐳𝐚𝐫𝐝 𝐖𝐢𝐭𝐡𝐢𝐧

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No paró de nevar. Como si sus lamentos escaparan fuera de su control. Los copos siguieron cayendo, aún después de que el cazador intentara tranquilizar al príncipe en vano.

Pero no podía hacer nada. Había algo que Jun sentía que él no, con más fuerza tal vez, por su magia, algo en el aire que pasaba desapercibido para él, pero para el más joven no. Porque lo único que Wonwoo podía percibir era ese mal presentimiento que provenía de su buen sentido con el que había nacido y desarrollado de sus años de cazador.

No supieron cuánto tiempo se mantuvieron así, Junhui calmando su llanto en el pecho de Wonwoo, mientras este lo sostenía con fuerza sin soltarlo en ningún momento.

Nunca en su vida imaginó semejante cercanía con alguien así. Menos con un príncipe.

Pero se separaron hasta que vieron por el pasillo (pues seguían en el marco de la puerta) como Jihoon pasaba para entrar a otra habitación, cargando a alguien consigo.

No cualquier persona, claramente. El corazón de Wonwoo dio un salto doloroso al reconocer a su mejor amigo en los brazos del minero.

—Minghao... —dijo con voz airosa y Junhui por fin levantó su cabeza desde el pecho de Wonwoo al escuchar ese nombre salir de sus labios.

—¿Dónde? —preguntó, con ojos grandes y brillantes, el rostro rojo por las lágrimas, moviendo la cabeza en busca del médico.

Wonwoo lo tomó de la mano y caminó hacia la habitación en la cual entró Jihoon. Junhui lo siguió, con una nueva angustia en su interior.

Ellos también entraron a ese cuarto, donde el minero colocaba con delicadeza a Minghao sobre la cama.

El cazador sintió otra punzada dolorosa al ver el estado en el cual se encontraba su amigo. Minghao siempre fue delgado, pero ahora parecía como una hoja que el otoño marchita, como si el viento se lo fuera a llevar lejos de todos.

Incluso su piel lucía bastante pálida y su cabello miel parecía haber perdido su brillo. Parecía una rama de sauce a la cual el arroyo no le brindó su agua.

Se acercó con Jun siguiéndolo detrás, que a pesar de que ya había tenido una visión de Minghao, se sorprendió de todas maneras de verlo así de frente.

Pero el médico seguía vivo, porque su pecho subía y bajaba, mientras Jihoon lo cubría con la cobija.

—Joshua lo trajo, pero él no parece estar en condiciones tampoco de hacer mucho en este momento —explicó el minero, asegurándose de que el chico estuviera cómodo y luego girándose para ver directamente a Wonwoo y al príncipe—. Creo que todos necesitamos un descanso. Hansol y Soonyoung van a preparar la cena. Yo iré por leña, no ha dejado de nevar y me temo que será más difícil buscar leña decente si lo dejo pasar.

Después de lanzar un suspiro y mirar a Junhui con ojos más suaves, Jihoon caminó hacia la puerta, pero se detuvo poniendo una mano en el hombro del príncipe.

—No sé si sea mi imaginación, pero tengo un mal presentimiento, descansemos mientras la tormenta no se desate.

Después de decir eso y mirarlos a ambos una última vez, salió de la habitación.

Se mantuvieron en silencio unos momentos, el eco de la puerta reverberando, hasta que el cazador se aclaró la garganta, dando un apretón ligero a la mano del príncipe. Para ser alguien rezagado a la servidumbre a pesar de ser un noble, Junhui tenía manos muy suaves y gentiles, a diferencia de las suyas, que eran rugosas y acostumbradas a usar la fuerza.

Pero sostenía la mano de Jun con toda la delicadeza que podía tener.

—Creo que tendré que enseñarte a pelear lo antes posible, pero Jihoon tiene razón, por ahora descansemos un poco, el día ha sido largo y aún no ha terminado.

The Prince And The Hunter (WonHui)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora