Los días siguieron transcurriendo, Kazutora de vez en cuando iba a la escuela, aunque solo lo hacía para dormir y regresar junto a Takemichi a su casa y otra vez a descansar, en su extraña rutina se había unido el pequeño azabache que comenzó a llegar a la entrada de su instituto para pasar tiempo con el omega, otras veces era arrastrado hasta el dōjō para que vea sus avances, no era desagradable porque también se encontraba con Wakasa, se sentia cómodo al rededor de esas personas, por otro lado, también evitaba que todas esas personas fueran involucradas en la pandilla en donde estaba, nunca le dijo a Baji que pertenecía a una manada porque no era necesario que lo sepa, tampoco quería que ese niño metiera sus narices donde no debía.
Últimamente con los meses, la pandilla comenzaba a crecer, ya sea de personas, reconocimiento y poder, Kisaki había limpiado el crimen que había cometido al matar a otra persona, por lo que se lo debía y seguía permaneciendo en la manada, ignorando las situaciones de corrupción que hacían con adultos que buscaban darle una lección a sus rivales, uno de los administradores, se encargaba del dinero, Hajime Kokonoi no era fuerte como un alfa, ni era un omega único como Kazutora, era un beta con buena inteligencia casi idéntica a Kisaki, su destreza es asombrosa, generando buenos ingresos, bastante dinero que nadie podría imaginar que podría hacer un adolescente, al igual que Kazutora, Kokonoi era una de las fortalezas de Valhala, al beta no le importaba la forma en como ganaban dinero, ya sea entrando en la prostitución, las drogas, haciendo el trabajo sucio para algunos empresarios que querían derribar a su rival o terminando con la vida de otras personas, lo único importante para Kokonoi era el dinero.
—Me encanta el color verde.— Sonrió contando los billetes que tenia bien ordenados en su escritorio, había terminado su conteo y como siempre, era una gran y buena suma de dinero.
—¿A quién no?— Con los pies en la mesa y cruzada de brazos, veía desde el sillón en donde estaba sentada al beta jugando con los billetes. —¿Sabes Kisaki? No estoy satisfecha con solo compartir territorios, unifiquemos ambas manadas, sé mi sublíder, tu necesitas una imagen para la pandilla y yo necesito tu inteligencia e influencia.
Kazutora veía como ambos líderes comenzaban hablar, no sabía ni el porque lo habían citado, no era de su interés lo que estuvieran hablando, con tal de tener dinero y poder divertirse era suficiente, podía ver que Senju era una alfa algo codiciosa, si no fuera por ella, por los trabajos que traía con las drogas y prostitución, no habría nada de dinero en el escritorio en donde estaba Kokonoi.
—Te dije que no me llamaras a menos que haya una pelea.— Fue donde Hanma y se quejó golpeando su brazo.
—Tienes un lindo rostro, es bueno tenerte aquí para contemplarte.— Juguetón se sobaba el brazo.
Ignorando sus comentarios fue donde Koko y agarró algunos billetes, tenia hambre y queria comer algo delicioso, también ignoró las quejas del pelinegro y se retiro del lugar, iba a seguir en lo suyo, ignorando todo lo que sucedía, a pesar de que no le gustara la forma en como trataran a los omegas, tal vez sea algo hipócrita de su parte, odiar a esas personas que abusan de los omegas y ser uno de ellos, aunque no lo hacia directamente, era un cómplice, dio un largo suspiro por todo lo que estaba pasando en su vida, de solo pensarlo era tan penoso y patético.
Comenzaba a ir por un mal camino, pero no había más opciones, no tenía alternativas siendo omega, prefería arriesgarse a ser uno de esos porcientos en donde los omegas eran agredidos o abusados. Ahora mismo se dirigía a la casa de Baji, era hora de comer, después de todo le prometió a la madre del azabache que iba a cuidarlo mientras ella trabajaba.
La vez que se quedó durmiendo, se encontró con la madre del pelinegro, la mujer era muy amable y cariñosa, era atenta y le daba palmadas en su cabeza que le gustaba, era tan maternal que le aceptó cuidar a su hijo, pues Baji solía meterse en problemas y llegaba algunas veces tarde con golpes en el rostro, Kazutora no queria que esa mujer se preocupara por las idioteces de su hijo por lo cual iba a cuidarlo, a su manera, después de eso los días se volvieron meses y los meses años.
Kazutora tiene la edad de dieciocho años, se alquilaba un pequeño apartamento al tener el dinero suficiente que recibía de Kisaki, por fin pudo irse de ese lugar que no era un hogar, no queria jamás volver a encontrarse aquel hombre y mucho menos a esa mujer que le daba la espalda, el silencio en su nueva vivienda era relajante, podía descansar sin ser molestado y mucho menos dejarse golpear por ese abusador.
—¡Kazutora-san!— Gritó el azabache al ver al contrario desde su ventana, luego fue corriendo hacia afuera y recibirlo.
El de orbes ámbar subía las gradas hasta llegar al hogar del menor, iba a llevarlo a comer algo delicioso y luego comprarían suministros para hacerle la cena a la madre de Baji.
—Sigues igual de escandaloso.— Se sobó el oído, aún no podía acostumbrarse a su eufórica voz.
Fue hasta la entrada e hizo que Baji fuera por un abrigo, luego se dirigieron algún restaurante cerca, el azabache pidió Yakisoba y Kazutora un plato diferente, gastar el dinero que ganó de forma inmoral hacía que sintiera una pequeña incomodidad, pero su omega siempre solía gruñir por esos pensamientos, él sabía que era lo correcto por la situación en la que estaban, era dinero sucio, pero lo necesitaban mucho más.
Después de todo era agradable ver aquella sonrisa en el rostro del menor.
Todo estaría bien mientras no se involucraran las personas que lo rodeaban.
—Come despacio, te estas embarrando todo.— Con una servilleta limpió la comisura del labio del menor que estaba sucia con migajas de los fideos.
—Esta muy delicioso, perdón.— Se disculpó con una sonrisa, dejándose limpiar gustoso.
Desde que Kazutora comenzó a ir a su casa, ya sea a dormir en su cama, a ver la televisión, ayudarlo hacer la cena para su madre o sacarlo a comer, se volvió un poco pegadizo, no ocultaba su emoción al verlo llegar a su casa, también no pasaba más tiempo con sus amigos como solía hacerlo, prefería quedarse a pasar tiempo con él.
Aún mantenía la pequeña esperanza de que Kazutora es su destinado.
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Ya salió el tema de drogas y prostitución, q emoción uwu.
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Domar al Tigre. || 「BajiTora」
FanfictionKazutora es un omega al cual no le hace efecto las feromonas, puede sentir el aroma pero no reacciona a ellas. Mezclado en pandillas hasta llegar a una organización criminal, esta liado en crímenes que no puede evitar, siendo afectado por la jerarq...