Domar al Tigre. || ｢BajiTora」

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Los meses que eran necesarios para su recuperación pasaron rápidamente, se sentía bien ya no tener aquel yeso y poder caminar sin usar muletas, pero esa felicidad duro poco porque Kazutora ya no estaba más a su lado, los policías no ayudaban en nada y Takemichi aunque sufriera por la perdida de su amigo, no podía descuidar su trabajo, también el tiempo que estuvo en casa estuvo pensando en un plan poco elaborado, sabía que Kazutora estaba metido en pandillas y tenía la pequeña esperanza de poder encontrarlo a través de ellas, junto a sus amigos podrían crear una e investigar a las demás hasta llegar a él, pero por más que lo pensara, se le hacia inútil que unos niños pudieran hacer algo así. 

Y si lograban hacerlo, no quería arrastrar a sus amigos a un camino que solo lo beneficiaria a el, podía ver grandes futuros en ellos, el vanidoso de Mikey era buen deportista, Draken se veía interesado en la mecánica, Mitsuya en la costura, en Pah-chin y Peh-yan no sabia exactamente que les gustaba, pero si que terminarían trabajando juntos. Ellos tenían sus propios sueños y seria egoísta de su parte arruinarlo con una pandilla. 

—Últimamente estas muy pensativo.— Habló el rubio mientras comía un dulce y se mantenía sentado encima del juego de barras que había en el parque. —¿Sigues pensando en él? 

—¿Como podría olvidar la paliza que te dio?— Con la intensión de molestarlo contestó burlón, su sonrisa se agrandó al esquivar un golpe del rubio. 

—Ojala y nunca regrese, no me agrada.— Se bajó de las barras y pateó el suelo. —Hizo llorar a Takemitchy. 

—Él es muy sentimental.— También se bajó de las barras y envolvió su brazo al rededor de los hombros del contrario. —Vayamos a tu casa, quiero jugar con Shinichiro-kun.

Había decidido hacerlo todo solo, no quería que sus amigos se metieran en algo que no los involucraba, aquel sujeto, Yamagishi Kazushi a pesar de ser un adulto estaba muy informado de las actuales pandillas, fue alguien de ayuda para seguir con su pequeña esperanza de encontrar a Kazutora, hasta le hizo saber en las cosas que estaba metido el de mechas rubias, de como comenzó hasta donde termino, por sus insistentes peticiones el adulto de gafas volvió a investigar y con temor le explicó que estaba más allá de lo ilegal, pidió que no hablara con nadie sobre esto. 

Mientras tanto en los meses que pasaron, Kazutora logró que su vientre cicatrizara, los cuidados que la joven adolescente le brindaban eran muy cálidos y cuidadosos, como la chica era omega por instinto no la rechazaba, dejaba que hiciera peinados con su cabello, recibía los abrazos que le daba y las caricias en su rostro, la rubia le pedía a su hermano que le dejara pasar tiempo con el, se había encariñado tanto que le cocinaba y daba postres de bocadillos, algo que observó fue que Izana era muy débil ante su hermana, dejando que hiciera lo que ella quisiera sin ningún problema. 

—Eres muy joven, deberías estar estudiando.

—Estudio en casa, Kaku-chan es mi profesor.— Respondió mientras pasaba el peine por las hebras negras del mayor. —Cuando mi hermano me dijo que cuidara de ti, me sorprendió, no me deja estar al lado de otras personas, siempre estoy en casa.

Sentía algo de lastima por esa niña, el como se pegaba a el sin respetar su espacio personal era un claro ejemplo de su falta de socialización, luego de que pasaran esos tres días en aquel hotel, Emma le pidió a su hermano que Kazutora se quedara en su casa, los planes de Izana eran distintos, pero aceptó porque no le gustaba ver triste a su pequeña hermana, al comienzo se sintió incomodo ser llevado hacia los lugares a donde quería ir la rubia, también el contacto físico que hacia la contraria lo inquietaba, pero prefería estar a su lado que estar aún más incomodo con Izana y aquel alfa que siempre estaba detrás del moreno. 

Cuando su omega despertó de aquel largo sueño, el cambio de ambiente lo irritó un poco, pero se sentía muy cómodo junto al omega de la rubia, aunque fuera absurdo, nunca estuvo tanto tiempo al lado de otro omega, siempre estaba rodeado de alfas o betas hasta que estuvo en el territorio de Inui, pero tampoco era como que conviviera tanto con ellas, con Emma fue tan distinto que su lobo estuvo siendo manso. 

 Estuvo pensándolo bastante, esto era una gran oportunidad y aunque se sintiera mal por querer utilizarla, Emma era muy importante para realizar su plan. 

En su adolescencia escuchó sobre el vínculo omega, uno donde ambos tocaban sus glándulas olfativas y realizaban una unión íntima, casi parecido a la unión de alfa y omega pero en esta no era necesario que ambos fueran pareja, la paz que ambos omegas sentían al estar juntas era suficiente para hacerlo. 

Uno de esos días ambos omegas se tenían la confianza suficiente que no dudaron en hacer un vínculo, Kazutora tuvo que dejar a su omega salirse un poco con la suya, tuvo que quitarse su collar para unirse con ella y permitir que acaricie su glándula de olor, al comienzo fue una sensación extraña, pequeñas corrientes pasaban por su columna al sentir esos delicados dedos pasar por su cuello, la pequeña omega de Emma ronroneaba encantada queriendo recibir el mismo trato, Kazutora pasaba la yema de sus dedos por su glándula sintiendo como se estremecía, un gemido de placer se escuchó en la habitación, las feromonas no tardaron en esparcirse en todo el cuarto, su nariz se sintió empalagada por el aroma a miel con fresas, esto era incómodo, pero si su omega estaba tan dócil como para hacer tal cosa, iba a utilizarlo a su favor. 

Obviamente esto trajo consecuencias, cuando Izana se enteró del vínculo, más que sentirse emocionado al saber que su hermana se relacionó con otra persona, sintió celos.  

Días después de ese suceso, Izana fue a la casa y fue directo a la cocina en donde estaba Kazutora y Emma, el moreno sorprendió a todos dándole un golpe en el rostro al de lunar. 

—Mierda, realmente tienes las agallas de meterte con mi hermana.

Kazutora no pudo controlar su equilibrio y cayó al suelo, mientras que Izana lo agarró del cuello de su vestimenta, Emma era retenida por el alfa de gran cicatriz. 

—Tuve la amabilidad de cuidar de ti. ¿Y me lo agradeces manipulando a mi dulce hermana?— Estaba enojado, pero aún así mantenía una sonrisa en su rostro mientras volvió a golpearlo.

El albino se sentía indignado, no importaba cuanto quisiera hacer ese vínculo con su hermana, el lobo dentro de ella le tenia miedo y odiaba no poder interactuar con él, no quería aceptar que sus lobos nunca tendrían esa cercanía por lo que estuvo manteniéndola siempre en casa, pero lo que no pudo tolerar fue saber que Kazutora logró lo que el tanto deseaba, todo se distorsiono en un malentendido. 

—¿Qué culpa tengo de que mi omega congeniara con ella? Sabes que no podemos controlarlos.— Tenía buena resistencia, los dos golpes que recibió iba a soportarlos, debía de mantenerse calmado pero no podía evitar sonreír. —¿Celos? Si deseas también podemos intentarlo.— Atreviéndose, deslizó su mano sobre el brazo del contrario y dio gentiles caricias. 

—Repugnante.— Alzó su mano y abofeteo la mejilla del contrario, no le gustaba malgastar su tiempo y eso estaba haciendo por lo que lo soltó y se retiró. 

Kakucho dejo de retener a Emma y siguió al moreno, la rubia no tardo en buscar el botiquín mientras que Kazutora descansaba en el suelo, su plan ya comenzó, al estar vinculado con Emma era imposible que Izana fuera hacerle algún otro daño, ahora debía manejar lo demás con cuidado y acercarse al albino.

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Tremenda fumada q me hago, siento que esta yendo muy rápido, pero no puedo ver a este Kazutora siendo amable de la nada con otra persona.

Lo que me gusta del omegaverse es que el autor puede modificar a su gusto, en otro fanfic vi sobre esto del vínculo entre omegas, no dio mucha información pero a mi me gustó y lo quise profundizar(?

Aquí el vínculo entre omegas es casi parecido al de alfa y omega, no es necesario que sea romántico, ambos pueden saber cuando se sienten en peligro y si se llega a romper la unión no morirán pero si entraran en una depresión.

Espero que se haya entendido, si no fue así me lo dicen para aclarar aún más(?