En la nueva pandilla, más que lealtad temían a su líder, Senju siendo una alfa dominante no medía su fuerza ni impulsividad, los subordinados no estaban presentes porque era un problema que solo los ejecutivos debían de ver, otro grupo de personas adultas al cual le dieron de sus servicios; de eliminar a quienes no deseaban ver, habían sido traicionados al casi ser estafados, se habían negado a pagar la cantidad de dinero en el cual quedaron, esto para nada le gusto a la mujer, Senju en toda su vida supo que el dinero es sagrado, que debe ser recibido luego de un arduo trabajo, ser pagado a quienes prestaste u ofreciste servicio, sus feromonas agrias y picantes inundaban el techo del almacén abandonado, todo ese grupo que intentó estafarlos estaban agonizando en el suelo, cubierto de sangre, con sus dedos rotos y con sus rostros casi irreconocibles por los golpes, era un milagro que siguieran respirando.
—Si estaban pensando hacerlo desde que pidieron nuestros servicios, debieron pensarlo muy bien, alfas ineptos.— Se acercó al líder de ese grupo y pisó sus genitales, disfrutando el grito que soltó. —¿Qué se puede esperar de ustedes? Alfas hombres que solo piensan con el pene.— Pateó su cabeza estrujándola en el suelo, estaba agotada luego de desquitar su ira. —No existen segundas oportunidades, te aseguro que tus familiares serán vendidos, vivos o muertos. ¿Qué importa?— Sarcástica, comenzó a reírse, burlándose de como comenzaban a llorar y a suplicar piedad por sus familias.
Ninguno de los ejecutivos se atrevió a decir algo, Kisaki ordenaba a Hanma para que trajera algunos subordinados y lidiaran con el desastre, en cambio otro de los ejecutivos, un hombre de largo cabello rubio, de mirada relajada y desinteresada, haciendo resonar el sonido de sus tacones al caminar, se acercaba con un pañuelo y su celular en mano hacia su líder, sus orbes verdes la miraron sin intimidación, después de todo también era un alfa dominante.
—¿Pongo manos a la obra? Justamente necesito rostros nuevos en el trabajo.— Cuando la albina recibió el pañuelo, tomó distancia dirigiendo su vista a los recién golpeados. —Según mande a investigar, tienen unas hermosas hijas y afortunadamente omegas.
—Omega, beta o alfa, agarra a las que quieras y a los demás manda a vender.— Cuando limpio sus manos, le tiró el pañuelo al rubio y comenzó alejarse, le dio hambre.
Hanma junto a Kisaki tambien se retiraron, mientras que Kazutora se fue junto a Kokonoi cuando los subordinados llegaron para limpiar el caos, el beta pelinegro había pasado su brazo por sus hombros, estando en una incomoda cercanía.
—Escuché que andas rechazando a las putas que te envía Kisaki. ¿Tienes un gusto en particular?
—No entiendo de que hablas.
—Ya sabes, no es bueno ver enojado a Inupi teniendo un lindo rostro, le haces el trabajo duro, capaz si le dijeras tus preferencia se ahorraría lo extra.
—En serio no se de que mierda hablas, a la puerta de mi casa nunca llegó alguna mujer.
Fuera del almacén, Inui estaba cruzado de brazos apoyado en el auto que iba a llevarlos a el y a Kokonoi, aunque no quisiera, había escuchado la conversación, su ceño fruncido cada vez se arrugaba más.
—¿Me estas diciendo que el hijo de puta anda jodiéndome?— Kisaki según observaba era un dolor en el trasero, pero no esperaba que se metiera con el, no había nada en particular que los haga estar en conflicto, entonces. ¿Por qué meterse con su tarea haciendo que perdiera partes de su ganancia? —Joder, beta bastarda.— Maldijo golpeando el auto, lo que más odiaba era que lo vieran como un idiota, pero si no era lo que suponía, estaba metiéndose en la boca del lobo, primero debía de investigar más a fondo y llevar todas sus evidencias con Senju.
El beta pelinegro junto con el alfa rubio se retiraron del lugar, Kazutora tomó su moto y manejó hacia su residencia, estaba confundido, no tenia idea de que Inui estuviera enviándole prostitutas a petición de Kisaki, y que este estuviera desapareciéndolas. ¿Por qué desaparecerlas si ordenaba enviarlas? Capaz y si queria molestar a Inui, haciéndole recordar, hace tiempo que no jugaba consigo mismo, de solo pensarlo su omega comenzó a ponerse ansiosa, desde que comenzó su extraña abstinencia su omega que no era para nada impaciente en busca de placer, aumentó en lujuria sintiéndose insatisfecho con las masturbaciones que se hacia, su trasero húmedo exigía una carne dentro de él, aunque de vez en cuando intentó acostarse con algún hombre o mujer, simplemente no podía pasar a más que besos o roces, no soportaba el tacto mucho tiempo sobre su cuerpo, el perfume de las mujeres hacían que su cabeza doliera, sus feromonas eran muy dulces como para su gusto, los hombres pasaban sus manos en su cuerpo como si de una presa se tratase y eso lo asqueaba peor aún.
Su única solución, era un dildo.
Mientras tanto, Baji estaba esperando con ansias el resultado de su examen sobre su segundo género, días antes había sido la inauguración de su año escolar, era un nuevo año que estaba comenzando en secundaria, luego de esperar dos largos años pensando cual sería su segundo género, en cuestión de minutos lo descubriría, sus otros amigos que estaban en distintos salones ya habían recibido la carta donde dice sus resultados, no era de esperar que Mikey junto con Draken salieran alfas, obviamente iban a serlo, en cambio Baji tenía algunas inseguridades del cual sería el resultado, sea alfa, beta u omega, no debería de importar, su madre dijo que iba amarlo sin importar cual fuera el resultado, pero temía no ser el destinado de Kazutora, ahora no iba a negar que realmente se había enamorado de ese omega, solo queria abrazarlo y dormir en sus brazos, sintiendo como el pecho del contrario subía y bajaba por la tranquilidad y comodidad en la que estaba, el como sus orbes dorados se dirigían a su persona y así podía contemplarlos aún más, mejor aún que su comportamiento no era tan difícil de tratar como antes, ahora podía ir a su casa y pasar el rato con él, Kazutora ama las cosas dulces y no le importaba cuanto se demorara en cocinarle algún postre, ver el rubor en sus mejillas degustando el postre era una hermosa vista.
Perdido en sus pensamientos, reaccionó cuando sus compañeros comenzaron hacer bulla cuando su profesora entró al aula, en sus manos tenía las cartas con los resultados de sus exámenes, ahora solo iba a esperar pacientemente y abriría su carta, sea cual sea el género, no iba a rendirse con Kazutora.
En cuanto a Kazutora, tomó una ducha de agua fría, quitándose aquel agrio aroma que quedó en sus ropas luego de la furia de su jefa, mientras se lavaba, comenzó a sentir como su líquido que sirve de lubricante comenzaba a desbordar por sus glúteos hacia sus muslos, sus pensamientos de tocarse apenas llegue a casa fueron suficiente para que su omega se preparara ansiando tal acción, los roces que se daba al pasar la espuma por su cuerpo lo hacían estremecer, estaba más sensible que de costumbre, pasar sus dedos por su pecho lo hacían jadear, al bañarse se había quitado su collar y ahora que estaba sensible, el solo tocar aquella zona lo hacia arquear su espalda, daba leves caricias con sus dedos en su nuca, su glándula de olor comenzaba a esparcir sus feromonas, Kazutora estaba excitado.
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Por si las dudas, pasaron otros dos años.
Baji 12 || Kazutora 20.
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Domar al Tigre. || 「BajiTora」
Fiksi PenggemarKazutora es un omega al cual no le hace efecto las feromonas, puede sentir el aroma pero no reacciona a ellas. Mezclado en pandillas hasta llegar a una organización criminal, esta liado en crímenes que no puede evitar, siendo afectado por la jerarq...