Chamusquina

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_____'s POV

Nos hemos quedado atrás, mirando a un grupo de chicos que no reconozco. Son grandes e intimidantes en más de un sentido, pero Law no duda en acercarse. Lo observo desde la distancia, más allá que acá. Me duele muchísimo la cabeza y lo único que quiero es dormir.

Vrrr

Pero claro, la suerte sigue sin estar de mi parte.

Pero claro, la suerte sigue sin estar de mi parte

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Con cansancio, dejo que mis pulmones se vacíen. ¿Qué le ha dado ahora a Alba con encontrarme novio? Nunca he tenido uno, tampoco es que me interese. Antes eso no era un problema, ¿por qué iba a serlo ahora? Sólo me interesa mi carrera. Una carrera estable que me ha permitido no solo independizarme, sino también tener un amigo. Y bueno...

La vista vuela hacia mi desliz. Lleva a Ussop a cuestas, el chico que se ha encargado de que no me duerma sobre el hombro de Law. Creo recordar que estudia ingeniería, aunque no estoy muy segura. Me perdí en cuanto empezó a hablar de funciones, gráficas y modelos. Las ciencias puras nunca han sido lo mío, esa es la especialidad de Alba; que pese a su desmadre como adolescente, consiguió una beca gracias a sus brillantísimas calificaciones.

Yo en cambio... era la madura, la sensata. La alumna estándar que se encargaba de que el núcleo familiar funcionara. La que nunca hacía locuras y volvía pronto a casa. Así que... ¿en qué me convierte lo que pasó el viernes? ¿En la idiota que busca perder su trabajo? ¿O en la chica espontánea que siempre me pidieron que fuera?

Creo que... en ninguna de las dos.

Supongo que me dejé llevar por unos deseos que no sabía que existían. Pero claro... eso no excusa que lo hiciera en la consulta, sobre la camilla, con un paciente... Mierda _____, reacciona. No es el momento ni el lugar. Deja de recordar esos brazos fuertes, esos labios suaves y las caricias ardientes que te provocaban... Porque esos ojos, no muestran lo que recuerdo. Esos ojos están colmados de una tensión que no reconozco.

Sigo el curso de su mirada, estática en la conversación de Law y el chico pelirrojo. A mí tampoco me gusta el ambiente. El más alto, en posición de dominancia: hombros atrás, mentón levemente alzado y mirada fiera. Trafalgar, encogido, con la mirada entre los ojos del interlocutor y el suelo. Efectivamente, no me gusta nada de nada. Menos cuando noto las intenciones del pelirrojo.

- Law, ¿podemos irnos ya? No me encuentro bien.

Mis pies se han movido solos y, antes de darme cuenta, ya estoy a escasos centímetros de mi amigo. Desde aquí, el aire resulta muchísimo más cargado. La ira brilla en los orbes rojos del desconocido, que tensa la mandíbula dispuesto a soltar alguna vulgaridad. Sus dedos rozan la muñeca de Trafalgar, pero terminan por retirarse para formar un puño sólido y contundente.

- ¿Qué te ocurre? - Law, al instante, saca la faceta médica. Se agacha para mirarme directamente a los ojos, buscando respuestas.
- Me duele muchísimo la cabeza, y creo que voy a vomitar - justifico, mirando de reojo al gigante que tengo en frente.
- La verdad es que tienes mal aspecto... - supongo que por una vez, me alegro de ser un desastre estético-. Kid, hablaremos luego. Voy a dejarla en casa.
- Ni se te ocurra dejarme así - gruñe el aludido. Trafalgar no le hace caso, me pasa el brazo por los hombros y me guía hacia el coche-. ¡Law, vuelve aquí! ¡AHORA MISMO!

Noto como los dedos de mi amigo tiemblan, igual que su decisión. Esto no me gusta...

- Ya sabes lo que pasará como tardes más de una hora.

La amenaza llega a nuestros oídos, pero no a los del resto. Ha sido inteligente y ha bajado la voz. Solo lo suficiente para que nos quede claro: va a haber consecuencias por nuestros actos. Durante unos segundos me cuestiono si he hecho lo correcto. ¿Debería darme la vuelta? ¿Plantarle cara? Está claro que si armo una escena, no voy a quedarme sola. Zoro es policía, Franky es enorme y Ace no parece de los que dejaría que peguen a una mujer en sus narices. Pero... ¿qué pasará con Law?

Lo miro de reojo: asustado, con remordimientos, pálido y cada vez más pequeño. No, eso no es lo que necesita.

A propósito, tropiezo con el bordillo de una de las plazas de parking. Las manos de Law me estabilizan hábilmente y, sin darle muchas vueltas, se despide del resto con la mano y me mete en el vehículo. Se para a abrocharme el cinturón y a comprobar que sigo consciente. Wow, debo tener muy mala cara.

Veo a mi hermano tras el hombro de Trafalgar. Parece preocupado, como si acabase de darse cuenta de que me encuentro mal. Le sonrío levemente: no tiene culpa, ni siquiera me encuentro mal para empezar. Pero Law necesita una excusa para alejarse del aparcamiento, para huir de Kid. Luego le enviaré un mensaje.

Rápidamente, Trafalgar arranca y me lleva hasta mi edificio. El trayecto lo hacemos en silencio, escuchando únicamente el aire que entra por la ventanilla a medio abrir. Está serio, absorto en sus pensamientos; pero aún así se gira para mirarme de vez en cuando. El gesto en su rostro me dice que no merece la pena intentar bromear.

Una vez en la puerta vuelvo a fingir tropezar, esta vez con mis propios pies. Automáticamente, Law se invita a pasar y me acerca al sofá,  donde me deposita con suavidad. Me mira con prudencia, debatiéndose entre si irse o quedarse. De verdad, ¿tan mala pinta tengo? ¿O es simple miedo ante ese tal Kid?

- Tengo sed - anuncio, poniéndome de pie.
- No te levantes, ya voy yo.

Se mueve con una seguridad pasmosa por el piso, abriendo armarios y la nevera con total calma. Parece mentira que sea la primera vez que cruza mi puerta.

- Aquí tienes - me tiende un vaso con agua fría. Buena memoria-. Menos mal que sólo te has bebido una copa.
- Sí, supongo - concedo, dando un sorbo-. ¿Te vas ahora?
- Debería - susurra. Duda unos segundos y, después de levantarse, se recoloca la chaqueta de cuero.
- ¿Debes, o quieres? - Pregunto con calma.

El silencio se instala una vez más en mi pequeño salón. Me mira con seriedad, levantando un muro entre ambos. No quiere hablar, sino esconderse. Enterrar lo ocurrido bajo metros de tierra y no darle explicaciones a nadie. Es duro, lo entiendo. Pero esos ojos no me dan miedo, llevo años lidiando con esa expresión de terror bañado en ira. Y sé de sobra que, con el tiempo suficiente, se desintegra en lágrimas. Aunque supongo que Law es demasiado inexpresivo para eso.

Así que con la duda, me vale.

- Voy a hacer chocolate - sentencio, levantádome de un salto.

Oil (Zoro y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora