Zoro's POV
Con calma, atravieso el hall de comisaría. He dormido unas cuantas horas, insuficiente para una guardia nocturna, pero más de lo que lo he hecho en mucho tiempo.
Una cantidad abrumadora de personas se pasea de un lado a otro; muchas de ellas con esposas. Una tarde movidita para ser martes.
- ¡No es culpa mía! - Exclama uno de los detenidos, cuando mi compañero lo lleva hacia la sala de interrogatorios-. ¡Si ese desgraciado de los azules no se hubiese metido en medio nadie habría salido herido!
- Sí sí, lo que diga - contesta este. Por su expresión, lleva aguantando quejas más tiempo del que le gustaría-. Buenas noches, Zoro.
- Buenas noches - respondo antes de entrar a los vestuarios.
En la habitación hay también bastante gente, aunque las conversaciones resultan más agradables de escuchar de fondo. Son tranquilas y amenas, y alguna que otra risa se oye de vez en cuando. Parece un buen día para patrullar.
- Oficial Roronoa, ¿otra vez por aquí? - Cuestiona Koby, una de nuestras últimas incorporaciones. Es un buen alumno, pese a que tiene ramalazos de torpeza dignos de videoreacción.
- Pues sí, ya ves - contesto, empezando a desvestirme.
- Debería dejar de aceptar las peticiones de cambio de turno - asegura, atándose los cordones-. Va a darle un ataque al corazón a este paso.
Ante sus palabras no puedo evitar reír. Aunque esta vez no he tenido otra opción. Aún soy un novato, llevo apenas un año en plantilla. Así que si un superior me pide el favor... no puedo negarme.
- Por cierto, ¿ha visto al Oficial Primero Makko? - Dice, ya con el uniforme impecable-. Somos binomio.
Y hablando del demonio...
- Oh, entonces hoy patrullo contigo - notifico, antes de girarme; listo para empezar el turno-. ¿Vamos?
- Ah sí - responde, siguiéndome el paso algo desconcertado.
Nos subimos al patrulla y conducimos por la zona asignada durante un rato. No hay nada especialmente extraordinario que atender. Algún que otro aviso por música alta y uno que otro idiota saltándose un semáforo en rojo.
- La noche está tranquila - dice Koby, mientras mira por la ventanilla.
- Mejor así, ¿no crees? - Aseguro, girando a la derecha.
- Sí, supongo que sí - admite-. Aunque me gustaría ganar algo más de experiencia.
- No corras tanto, muchos alumnos caen por ser demasiado impacientes.
- No me importa arriesgar la vida por los inocentes - asegura, endureciendo el gesto.
- Te aseguro que no lo harías solo - advierto. El joven me observa desde el asiento del copiloto, sorprendido-. No me mires así. Eres un crío. Y ninguna familia deja a sus niños bambando solos - afirmo, antes de dedicarle una sonrisa.
- Vaya, es usted más amable de lo que parece - afirma con asombro.
- ¿Tan mala fama tengo? - Cuestiono, algo divertido.
- Mala fama exactamente... no - dice, mirando al frente-. Todos saben que es un gran oficial. Pero por lo general, tiene cara de haber chupado limón rancio.
- Es posible - concedo. Nunca he sido especialmente sociable, pero mi terrible horario de sueño ha terminado por rematarme.
- Si le soy sincero, la primera vez que lo vi pensé que era un demonio - admite, rascándose la mejilla con cierta vergüenza-. Aunque hoy parece estar de mejor humor. ¿Le ha pasado algo bueno?
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Oil (Zoro y tú)
Fiksi PenggemarBañados en aceite, las caricias resbalan por nuestra piel. Los olores me embriagan y su voz se incrusta en mi mente. Borracha de placer, busco con desesperación el cuerpo ajeno. Jadeo sin poder evitarlo, ciega en el torbellino de emociones. Sin m...