Law's POV
Sinceramente, no tengo ni la más mínima idea de porqué estoy aquí. Mi turno terminó hace varias horas, y ya le había prometido a Kid que volvería tan pronto como acabase. Pero después de lo de anoche... No quiero poner un pie en casa. Al menos no con la cabeza tan ida como la tengo ahora mismo.
Levanto la vista: frente a mí está la entrada al dojo. Hace un par de días que no aparezco por el lugar. Hasta Zoro me ha enviado algún mensaje preguntándome porqué no voy. En parte me siento algo culpable, pasar tanto tiempo sin ejercitarme hace que experimente una desagradable sensación de inutilidad y fracaso. Aunque tal y como me encuentro ahora, mejor si no me pongo frente a una persona que sería capaz de matarme si no contase con las protecciones reglamentarias. Aún me duele el mandoble de Roronoa.
Suspiro y me muevo para colocarme mejor sobre el coche. ¿Qué estoy esperando? El cabeza de musgo tiene turno de tarde esta semana, no va a aparecer mágicamente. Y de todas formas, tampoco es como si me pudiese consolar o aconsejar. No con esa inteligencia emocional de piedra pómez que tiene.
Bajo la mirada y la clavo en la acera. No solo me duele el tsuki de hace unos días. Acaricio mis muñecas, ¿por qué había tenido que pasar esto? ¿Cuándo cambió tanto todo? ¿Qué he hecho mal?
El sonido de la puerta al abrirse me saca del trance. Una reconocible figura atraviesa el umbral, mientras se despide de sus compañeros con una sonrisa amable y sencilla. ¿Esta es su hora de salida? Miro el reloj, ignorando las abundantes notificaciones en la pantalla. Mierda, llevo demasiado rato aquí. Debería volver al piso ya. Pero... Alzo la mirada una vez más y la observo: se está poniendo los auriculares. Aún estoy a tiempo, puedo conseguir que la situación no empeore y aún así...
- _____-ya.
Cuando la llamo, ella simplemente se gira y levanta la cabeza, buscando mi rostro. Parece sorprendida, como extrañada de que alguien la llame fuera del trabajo.
- Trafalgar-san - dice, medio descolocada-. ¿Desea algo?
- Sólo saludar - contesto rascándome la nuca, algo incómodo. ¿Qué carajo estoy haciendo?
- Ya veo - responde devolviendo su atención a la maraña de cables que tiene en la mano. Ha recobrado la compostura con mucha rapidez. Su personalidad también es diferente a cuando estuve con ella en la consulta-. Bueno, nos vemos otro día.
Una vez ha conseguido desenredar los cascos, simplemente me dedica esas palabras y me da la espalda, empezando a caminar sin siquiera esperar mi respuesta. Tan distinta a la última vez... ¿De verdad es la misma chica amable que estuvo hablando conmigo una hora como si nada? La veo alejarse, mientras mira la pantalla de su móvil y desliza el dedo sobre ella, buscando qué escuchar.
- ¡____-ya! - Vuelvo a llamarla, mientras camino a paso rápido para alcanzarla. Ella, una vez más, vuelve a prestarme atención-. ¿Has comido ya?
- Sí, durante el descanso - dice con simplicidad.
- Oh ya veo... - susurro, dirigiendo la vista al suelo-. ¿Y qué tal un café?
Durante unos segundos, solo se escucha el bullicio de la calle principal. La gente pasa a nuestro alrededor. Algunos con bolsas deportivas, otros con crepes, pero todos felices y sonrientes. Al no recibir respuesta, alzo cabeza. Me encuentro con unos ojos penetrantes y un gesto tranquilo y difícil de descifrar. De alguna manera, me recuerda a mí.
- ¿Está seguro? Tiene aspecto de no haber dormido en muchas horas - dice mientras se recoloca las asas de la mochila.
- Precísamente por eso me vendrá bien un café. Si duermo ahora solo será peor para mi ciclo circadiano - argumento. La joven, por su parte, vuelve a guardar silencio durante unos instantes, mirándome fijamente a los ojos.
- Está bien - contesta finalmente-. ¿A dónde quiere ir?
- El distrito comercial está a unas cuantas calles de aquí - digo dándome la vuelta-. Y por favor, tutéame. Haces que me sienta como un viejo.
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Oil (Zoro y tú)
FanfictionBañados en aceite, las caricias resbalan por nuestra piel. Los olores me embriagan y su voz se incrusta en mi mente. Borracha de placer, busco con desesperación el cuerpo ajeno. Jadeo sin poder evitarlo, ciega en el torbellino de emociones. Sin m...