Reencuentros

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Zoro's POV

Retrocedo unos cuantos pasos y observo a mi contrincante. Mantiene un agarre firme sobre el shinai*, pero por cómo se mueve, puedo ver claramente que está en medio de un viaje astral. Algo molesto, cargo sobre él. Mi oponente tarda en responder, pero termina por bloquear todos mis ataques. No obstante, sé que lo tengo contra las cuerdas, así que continúo la ráfaga de mandobles hasta que finalmente consigo asestar un tsuki*.

Mi compañero cae al suelo, pero en vez de volver a la guardia, simplemente se incorpora y mira el suelo pensativo.

- Acabas de darme dos puntos de gratis - comento divertido, quitándome el men* de la cabeza.

- Anda, cállate - responde molesto, imitándome.

- Estás en las nubes hoy - afirmo rascándome la nuca-. ¿Ha pasado algo?

- Lo de siempre supongo...

- Sinceramente, no tengo ni idea de qué es "lo de siempre" - mi amigo me mira con el ceño fruncido-. Siempre estás con cara de que se te ha muerto el hámster y nunca es por lo mismo.

- Eres idiota, ¿lo sabías? - sonrío y le tiendo la mano, ayudándolo a levantarse-. Esta mañana he discutido con Kid.

- Oh... Así que problemas en el paraíso.

- Cierra la boca - me ordena con cansancio, sacudiéndose el bogu*. 

Lo observo durante unos instantes. Normalmente habría respondido con un comentario sarcástico del estilo "Al menos yo tengo paraíso". Pero para que conteste así... ha tenido que ser algo gordo.

- Bueno entonces... - susurro pasándole el brazo por los hombros-. ¿Qué te parece si esta noche nos vamos al bar de siempre y bebemos hasta que olvides tus penas?

- Gracias pero... Creo que lo mejor será volver a casa temprano y aclarar esta mierda cuanto antes - dice escapándose de mi agarre-. Además, ir a beber contigo es un suicidio. Y no quiero tener que acompañarte hasta tu casa, brújula desmagnetizada.

Ahí está de nuevo, esa actitud de intelectual prepotente que le caracteriza. Yo sonrío y alzo el sable, colocándolo bajo su barbilla.

- Pienso meterte el shinai por el culo, cerebrito.

- Me gustaría verte intentándolo.

- ¿Puedes ponerte así de chulo estando desarmado? - Cuestiono, señalando con la cabeza la espada en el suelo.

- Soy lo suficientemente rápido como para recogerlo y conseguir un sho men* antes incluso de que pestañees.

- Oh...

Esas palabras me encienden, así que ambos tensamos los músculos, listos para responder al primer movimiento del otro. Pero antes de que alguno inicie el ataque, una potente voz nos frena.

- Law, Zoro, basta por hoy - ambos nos giramos y observamos atentamente a Mihawk-. Id a que os ayuden a elongar y os den un masaje.

Ambos obedecemos al instante, yendo a dejar el material en la sala correspondiente. Tardamos unos cuantos minutos en salir, pero cuando lo hacemos, estamos completamente bañados en sudor, notando ahora el calor que se pasa con la armadura puesta.

- Tu jefe da miedo, que lo sepas - comenta mi compañero sin mirarme.

- No te quejes, que seguro que tú en el hospital eres peor - aseguro.

Atravesamos el hall y el gimnasio discutiendo, como siempre, entre comentarios sarcásticos y bromas amargas. Allí hay bastante gente. Algunos levantando peso, otros corriendo en la cinta, pero todos nos dedican al menos una mirada al pasar junto a ellos. Lo de siempre.

Oil (Zoro y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora