“Deberías mirar un poco más, sin perder ningún detalle”.
Tales fueron las palabras dichas por Kim Taeyoung luego de haberse presentado con él. No agregó ni una otra más, avanzó hacia la salida con los brazos detrás de su espalda mientras silbaba una canción y desapareció de su vista.
¿Qué era lo que tenía que ver y aún no lo hacía? ¿Por qué nadie se lo hacía ver en vez de dejarle con incógnitas? Minhee ya no podía soportarlo. No. Él quería volver a casa. Pero, ¿a qué casa quería volver? ¿A esa donde lo esperaba una madre amorosa, quien le sonreía con dulzura cada que lo observaba entrar por la puerta principal y le cuestionaba sobre su día? ¿O a esa realidad, dónde su padre le esperaba con maletas para volver a cambiar de casa, ese padre que aparecía en mitad de su clase online y le revolvía el cabello, o ese mismo que le brindaba todo su apoyo cada que un nuevo aniversario de la muerte de su madre llegaba? No tenía idea. Se sentía perdido, en un limbo, sin idea de dónde estaba ni a dónde debía dirigirse.
En casa de Kang Minhee, caminó hacia el cuarto de su otro yo. No prestó atención a la voz suave de la mujer que le dió la vida, solo dejó que sus piernas lo guiaran al lugar donde despertó hace semanas sin recordar quién era en verdad. Apoyó su espalda sobre la madera pintada de blanco, manteniendo una mirada analítica sobre aquella extensión.
Algo que le generó curiosidad respecto al otro Minhee era su orden sobre la habitación: esa misma que mantenía sin tocar nada más que la cama para poder dormir. Cada cosa tenía su lugar correspondiente, ordenado tan pulcramente que asustaba. Tanto orden le aterraba, cada que volvía de clases se daba cuenta de que esa habitación no le pertenecía. Esa vida no le pertenecía. Tal vez era su balde de realidad después de haber pasado tantas horas junto a Seongmin, deseando inconscientemente quedarse ahí, junto a Ahn para siempre.
De pronto extrañó despertar con cajas al rededor suyo, extrañó despertar por la música de BTS a gran volúmen gracias a que su padre los escuchaba mientras arreglaba la casa. Y deseó que estuviera abriéndole la puerta, solo para verle y asegurarse que estuviera bien, que si no lo estaba entonces se quedara sentado a su lado, ambos hablando en susurros bajos, como si estuvieran compartiendo un secreto que el mundo no podía escuchar.
No le gustó quedarse sentado en solitario, pese a haber amado antes el tener a su progenitora con él.
Decidió que se rendiría, que le rogaría a Woobin volver a casa, a su hogar, donde su padre lo esperaría para una competencia de quién come el ramen picante más rápido. Así que se levantó, saliendo de la habitación a pasos rápidos.
Golpes.
Vidrios rotos.
Llantos.
— ¡Ayuda!
Abrió los ojos lleno de angustia, llenándose de la oscuridad en la que su cuarto estaba sumido. Debió sentarse en la cama, posando la mano derecha en su corazón, tratando de calmar esos latidos tan desesperados.
Su llanto le resonaba en los oídos cada vez más fuerte, tan potente que ni estando ya consciente podía dejar de oírlos. Rogaba ayuda, pedía a gritos que alguien lo rescatara de ese lugar lleno de tanta oscuridad, donde la nada residía. Buscaba una forma de escaparse, ser libre al fin, sin ser capaz de obtener su propia libertad. Necesitaba ayuda de alguien, que lo saquen de esa celda vacía, una donde escaparse era una misión imposible. Se notaba cuán agotado estaba, puesto que sus gritos no estaban siendo tan altos como en principio. Tal vez estaba muriendo...
— Está pidiendo ayuda. —susurró, levantándose de la cama. Se topó con su cuerpo, parado en la puerta de su habitación, observandole. En otra circunstancia, habría estado aterrado. Ahora, solo lo miró con súplica—. Por favor, déjame ayudarle antes de que sea tarde.
— No debes ser tú, lo sabes.
— ¡Está por morir, Woobin! ¡Seongmin tiene que dejarlo salir de ahí!
— Te prometo que él se va a dar cuenta antes de que pase, Allen. Solo un poco más.
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MIRROR. minijeu
Fanfictionminhee estaba seguro de que el reflejo que le devolvía el espejo definitivamente no era el suyo. cravity ; minijeu ff !