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Capítulo Ocho. Recuerdos.
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La rubia sonreía, había sido incluida en el baile por Bastian y no pudo negarse, aunque se atrevió a llevar su cámara para tomar fotografías.— Con cuidado, Maggie no te caigas.
— Maldición... lo siento no quise insultar.— río avergonzada, Bastian tomó el cinturón y la ayudó a anudarlo, Yukie le había obsequiado un kimono azul con el logo que representaba a Miyagi-Do, que acompañó con el pañuelo en su cabeza, el cual obtuvo por su sensei y no dejó nunca más, pero como siempre el cinturón era un problema.— Hace más de diez años que batalló con estos cintos.
Bastian río.— Si a estas alturas no creo que lo mejores... entonces, ¿Regresaras a Estados Unidos?
— Si.— Maggie sonrió.— Mis amigos me esperan y mi futuro también, Okinawa es hermosa, pero debo volver a casa.
— Bueno, Maggie espero volver a verte.
— Lo mismo digo.— sonrió.
— Cuando vi el abanico pensé que bailarías.— susurro bromeando ya que el baile había comenzado.
— Oh no, solo se lo robe a K... ¡Cuidado! — grito, la rubia fue rápida, fue hacia la chica al ver a Chozen acercarse, aunque solo la reemplazó, ya que el chico la tomó por ello brazos y colocó un objeto filoso en su cuello.
Otra vez se sentía indultos, indefensa, el recuerdo de aquella tarde llegó a su mente inhabilitando su valentía por completo.
— ¡Atrás!, ¡Atrás o la matare! — grito cuando Daniel, Bash, Sato y Miyagi quisieron ayudarla.
— ¡Chozen, no hagas esto! Me equivoqué, odiar esta mal se acabo.
— No puedo escucharte tío, estoy muero para ti, ¿Recuerdas?— Maggie se sentía mareada y asustada, sabía que podía convencer a Chozen pero tenía un nudo en la garganta que no la debaja hablar.
Miyagi dio un paso hacia delante—Chozen, eres el mejor alumno de tu tío. No lo deshonres aquí.
— ¡Su estudiante me deshonró! Ya no tengo honor por su culpa.
Los ojos azules de Maggie observaron con desespero a Daniel.— Te pido disculpas por lo que fuera, pero suelta a Maggie te lo suplico.
— ¡Tus disculpas no me devolverán mi honor!
— Esto tampoco.
— A sus ojos si, basta de hablar... ¡Cruza el puente o la mátare!
— Daniel-San, esto no ser torneo.— musitó Miyagi.— Esto es un combate de verdad.
Larusso cruzó el puente sin dudar, Chozen lo obligó a sacar el puente para que nadie pudiese intervenir en la pelea.— ¡Ya quite el puente déjala ir!
— Ahora lucharemos hasta la muerte.
Chozen empujó a Maggie provocando que se golpee contra el piso, quien rápidamente se movió hacia atrás, consternada por lo recuerdos y el acto del chico contra ella. Dio un gran suspiro y se puso de pie, debí ayudar a Daniel.
Fue hacia Chozen y lo golpeó, acto fallido ya que aquel golpe no provocó nada, más que el enojo de él, haciendo que una patada impactará contra su rostro, dejando inconsciente unos minutos. No supo exactamente cuándo terminó la pelea hasta que las personas comenzaron a Victorear y su amigo la abrazó con cuidado.
— Ya estas bien, ya paso.— exclamo abrazándola.
— Lamentó no ayudarte.— musitó cerrando los ojos.
— Tranquila.— susurró Daniel abrazándola.— Se te está haciendo costumbre recibir patadas en la cabeza por mi.
